Visité Alaraz con un grupo de estudiantes Universitarios de la Universidad de Salamanca y no pienso volver más.! Vaya pueblo tan primitivo!. Ni distracción para la juventud ni nada de nada. Lo único bueno fueron unos embutidos que me comí y que encima me sentaron mal (bueno es que me pasé comiendo). Me gustaron los torreznos y las cervecitas que estaban un poco calientes pero entraron bien. La gente es muy amable pero un poco fanfarronilla. Lo mejor para todos creo que va a ser quedar que la plaza un día con toda la peña española para hacer un buen botellón. Si se hace sí que volveré.