Carlos III colocó en el centro del nuevo retablo el 13 de octubre de 1760 la urna de mármol negro jaspeado que contiene a su vez otra de plata con el cuerpo de la Santa. Espléndidas donaciones, una y otra, de su hermano Fernándo VI, fallecido el año anterior, y de su esposa, Dª Bárbara de Braganza. El sepulcro es debido a Jacques Marquet (1759), el arquitecto francés que el Duque de Alba había traído a España y había pasado al servicio de la Corona. Y se realiza de acuerdo con los postulados estéticos del momento.