Ni lo estará nunca. Estas obras duraran más que las de la
catedral nueva de
Salamanca, hoy día no existe el fervor religioso de otras épocas y solo sería posible si los ingresos de visitantes fueran similares a otra obra inacabada, como la Sagrada
Familia de
Barcelona. Esta de Alba es de menos proporciones y aspiraciones que la barcelonesa, pero las posibilidades económicas también son infinitamente menores.