¿Cuántos republicanos, generalmente armuñeses, hay allí enterrados?, ¿cientos, como dicen algunos?, ¿miles, como dicen otros?
Diego (Martín) Veloz (Diego Veloz – como se le conocía, o “Martinillo”, por su estatura, de ascendencia española, aunque nacido en Cuba, moriría en su domicilio de la Cll/ Gran Capitán, Salamanca, en 1.938, tras haberse alistado en el ejército y haber estado luchando en Cuba, tratando de impedir su independencia.
Logró numerosas condecoraciones en el ejército (mi madre me contaba que era porque había salvado de la muerte segura a un militar de alta graduación o a un hijo del mismo), pero se vio obligado a volar a la península, continuando su carrera militar en Marruecos y en la península.
En 1.915 adquirió, en Salamanca, numerosas propiedades, entre ellas la finca La Cañadilla, de 150 hectáreas, en el municipio de Villaverde de Guareña, no lejos de mi pueblo.
Se le califica, desde “matón de casino” a “caudillo rural” o a “el último cacique salmantino”. Un personaje controvertido.
Con su bigotito de “señorito cabrón”, entre “matón de discoteca” y “agente 007, con permiso para matar”, se le acusaba de monopolizar el juego ilegal de la región.
Nombrado Presidente del Casino de Salamanca (en cuyo cargo apenas duró 10 días) fue herido de bala por un rifirrafe con un notable salmantino.
Durante la república trató de continuar su vida política como monárquico
Fue elegido diputado varias veces, tanto por Salamanca como por Peñaranda de Bracamontes.
Fue nombrado “hijo predilecto de La Armuña” e “hijo adoptivo de Salamanca”.
Tras comenzar la guerra civil (18 de Julio), el 28 es nombrado Presidente de la Diputación por su amigo, el General Miguel Cabanellas, pero renunciaría al cargo el día 1 de Agosto del mismo año “por tener deberes militares que cumplir”
Político ultraconservador, reaccionario, atrabiliario.
Iba, a menudo, borracho al Parlamento y, tras llamar “hijoputa” al diputado católico Mirat (que lo había derrotado por la circunscripción de Salamanca) y recibir, por parte de éste, un bofetón en toda la mandíbula, reaccionó instintivamente sacando una pistola (que siempre lo acompañaba).
Fue Indalecio Prieto, que estaba a su lado el que, con sus más de 100 Kilos, se le echó encima, sujetándole la mano. No obstante, apretó el gatillo, y menos mal que la bala se le encasquilló que si no…
Amigo de Queipo de Llano, que más de una vez estuvo en La Cañadilla, era dueño de La Voz de Castilla, periódico desde el que se promocionaba.
Enemigo de Unamuno, contra el que siempre estaba enfrentado, al tiempo que evitaría que lo linchasen al oponerse Unamuno a la construcción de nuevos cuarteles en Salamanca.
Personaje tan controvertido que, tras el incidente del Paraninfo entre Unamuno y Millán Astray, ante la presencia de Dñª Carmen Polo de Franco, y haber sido recluido en su casa, era el único que lo visitaba.
Era tanta su aversión hacia él que le puso su nombre a un burro de su propiedad.
Entraba en los despachos de los ministros sin pasar por secretarías.
Fue una de las personas en la que más confianza depositaron los militares.
Reclutaba voluntarios para el frente y es a él al que se le atribuye la propuesta de usar el Monte de la Orbada para depositar los cadáveres de los
republicanos fusilados.
Tenía poder para salvar o condenar.
Refugió y protegió a algunos, cuya vida estaba en peligro, escondiéndolos en su finca de La Cañadilla
Combinaba actos de crueldad (como luego veremos) con gestos de clemencia, como ocurrió con el médico del Pedroso, o con el mismo Filiberto Villalobos.
Igual les facilitaba a algunos el paso a Portugal como a las líneas republicanas, aunque fuera disfrazándolos de mujer.
Pronto se puso al frente de la represión fascista-franquista, al frente de las hordas falangistas, con el robo, el asesinato y la violación como norma de comportamiento.
Son muchos los pueblos de La Armuña que guardan, aún hoy, un triste recuerdo de hordas falangistas a su mando.
Aunque era envidia, el odio, la maleficencia, el rencor,… de los propios vecinos, generalmente de baja extracción, los chivatos que denunciaban falsamente y señalaban a los “merecedores de ser fusilados”.
Los curas párrocos, como veían el conflicto como una lucha contra el ateísmo, el materialismo, el marxismo-leninismo,… enemigos de la iglesia y de la única religión verdadera, no fueron ajenos a tanto desastre, aleccionados por los propios obispos.
Una de las cuadrillas represoras más temidas era la capitaneada por Diego Veloz, el “beligerante terrateniente armuñés”, una columna de derechistas del Bloque Agrario, Acción Popular, que iba arrasando La Armuña, reclutando fuerzas rebeldes a, tiempo que purgaban la zona de republicanos.
Igualmente una milicia derechista, la Guardia Cívica, que era financiada por la Cámara de Comercio de Salamanca.
Por ejemplo, CANTALPINO, donde mataron a una mujer y a 22 varones y donde se violó y se robó a discreción.
El “Cagalubias”, Anastasio González, disparó y mato a Eladia, “la jaboneta”, cuando defendía a su hijo, al que iban a detener y a la que, al llevarla al cementerio, como no cabía en la hoya cavada, le cortó la cabeza con la pala, arrojando cuerpo y cabeza al fondo de la misma.
Uno de los peores fue el cura, Don Pablo, que, a continuación daba la bendición a los que iban a “dar el paseo”.
A 100 mujeres les raparon el pelo al cero, violando a alguna de ellas en la cama, tras sacar al marido de la misma, robándoles todo lo que pudieron a continuación.
Algo parecido ocurrió en POVEDA DE LAS CINTAS, a pocos kilómetros de Cantalpino.
Igualmente en VILLORUELA, a unos 10 kilómetros de Cantalpino y donde hasta las mismas monjas les negaron ayuda a las viudas, con el argumento de que “esto es una Cruzada”.
O en BABILAFUENTE, cuando el guardagujas y otros 13 republicanos trataron de impedir el paso del tren que transportaba tropas a Madrid.
Al poco llegaron al pueblo los falangistas y se les daría “el paseo”, siendo fusilados en el Monte de la Orbada (excepto al médico, salvado por Diego Veloz).
En EL PEDROSO, antes de fusilar a toda la Corporación Municipal en el Monte de la Orbada, por el delito de “ser izquierdistas”, los falangistas asesinos habían sido llamados por el cura del pueblo, Don Manuel que, luego, intentaba confesarlos para que murieran en gracia de Dios y, durante el trayecto, les iban cantando el entierro.
Igualmente a las hijas de los fusilados, les raparon la cabeza al cero y les hacían cantar el “cara al sol”.
Se sabe que Diego Veloz, este lúgubre personaje, intervino en la ejecución de muchos republicanos procedentes de las “sacas” (ejecuciones extrajudiciales practicadas sobre los prisioneros encarcelados, sacados de sus celdas por pistoleros de la falange).
La tradición cuenta que a un republicano, antes de matarlo, le clavaron las “banderillas negras”.
O cuando a Sandalio, primo carnal de la vecina de mis padres, la “tía Teresa, la “changuina”, pero que vivía en Los Pizarrales, y al que sacaron de la cama a “dar un paseo” y que les hizo notar a los falangistas que, con la obscuridad, llevaba puestas una zapatilla blanca y otra negra, y que aparecería fusilado en una cuneta, en la carretera, cerca de CAÑIZAL.
Diego (Martín) Veloz (Diego Veloz – como se le conocía, o “Martinillo”, por su estatura, de ascendencia española, aunque nacido en Cuba, moriría en su domicilio de la Cll/ Gran Capitán, Salamanca, en 1.938, tras haberse alistado en el ejército y haber estado luchando en Cuba, tratando de impedir su independencia.
Logró numerosas condecoraciones en el ejército (mi madre me contaba que era porque había salvado de la muerte segura a un militar de alta graduación o a un hijo del mismo), pero se vio obligado a volar a la península, continuando su carrera militar en Marruecos y en la península.
En 1.915 adquirió, en Salamanca, numerosas propiedades, entre ellas la finca La Cañadilla, de 150 hectáreas, en el municipio de Villaverde de Guareña, no lejos de mi pueblo.
Se le califica, desde “matón de casino” a “caudillo rural” o a “el último cacique salmantino”. Un personaje controvertido.
Con su bigotito de “señorito cabrón”, entre “matón de discoteca” y “agente 007, con permiso para matar”, se le acusaba de monopolizar el juego ilegal de la región.
Nombrado Presidente del Casino de Salamanca (en cuyo cargo apenas duró 10 días) fue herido de bala por un rifirrafe con un notable salmantino.
Durante la república trató de continuar su vida política como monárquico
Fue elegido diputado varias veces, tanto por Salamanca como por Peñaranda de Bracamontes.
Fue nombrado “hijo predilecto de La Armuña” e “hijo adoptivo de Salamanca”.
Tras comenzar la guerra civil (18 de Julio), el 28 es nombrado Presidente de la Diputación por su amigo, el General Miguel Cabanellas, pero renunciaría al cargo el día 1 de Agosto del mismo año “por tener deberes militares que cumplir”
Político ultraconservador, reaccionario, atrabiliario.
Iba, a menudo, borracho al Parlamento y, tras llamar “hijoputa” al diputado católico Mirat (que lo había derrotado por la circunscripción de Salamanca) y recibir, por parte de éste, un bofetón en toda la mandíbula, reaccionó instintivamente sacando una pistola (que siempre lo acompañaba).
Fue Indalecio Prieto, que estaba a su lado el que, con sus más de 100 Kilos, se le echó encima, sujetándole la mano. No obstante, apretó el gatillo, y menos mal que la bala se le encasquilló que si no…
Amigo de Queipo de Llano, que más de una vez estuvo en La Cañadilla, era dueño de La Voz de Castilla, periódico desde el que se promocionaba.
Enemigo de Unamuno, contra el que siempre estaba enfrentado, al tiempo que evitaría que lo linchasen al oponerse Unamuno a la construcción de nuevos cuarteles en Salamanca.
Personaje tan controvertido que, tras el incidente del Paraninfo entre Unamuno y Millán Astray, ante la presencia de Dñª Carmen Polo de Franco, y haber sido recluido en su casa, era el único que lo visitaba.
Era tanta su aversión hacia él que le puso su nombre a un burro de su propiedad.
Entraba en los despachos de los ministros sin pasar por secretarías.
Fue una de las personas en la que más confianza depositaron los militares.
Reclutaba voluntarios para el frente y es a él al que se le atribuye la propuesta de usar el Monte de la Orbada para depositar los cadáveres de los
republicanos fusilados.
Tenía poder para salvar o condenar.
Refugió y protegió a algunos, cuya vida estaba en peligro, escondiéndolos en su finca de La Cañadilla
Combinaba actos de crueldad (como luego veremos) con gestos de clemencia, como ocurrió con el médico del Pedroso, o con el mismo Filiberto Villalobos.
Igual les facilitaba a algunos el paso a Portugal como a las líneas republicanas, aunque fuera disfrazándolos de mujer.
Pronto se puso al frente de la represión fascista-franquista, al frente de las hordas falangistas, con el robo, el asesinato y la violación como norma de comportamiento.
Son muchos los pueblos de La Armuña que guardan, aún hoy, un triste recuerdo de hordas falangistas a su mando.
Aunque era envidia, el odio, la maleficencia, el rencor,… de los propios vecinos, generalmente de baja extracción, los chivatos que denunciaban falsamente y señalaban a los “merecedores de ser fusilados”.
Los curas párrocos, como veían el conflicto como una lucha contra el ateísmo, el materialismo, el marxismo-leninismo,… enemigos de la iglesia y de la única religión verdadera, no fueron ajenos a tanto desastre, aleccionados por los propios obispos.
Una de las cuadrillas represoras más temidas era la capitaneada por Diego Veloz, el “beligerante terrateniente armuñés”, una columna de derechistas del Bloque Agrario, Acción Popular, que iba arrasando La Armuña, reclutando fuerzas rebeldes a, tiempo que purgaban la zona de republicanos.
Igualmente una milicia derechista, la Guardia Cívica, que era financiada por la Cámara de Comercio de Salamanca.
Por ejemplo, CANTALPINO, donde mataron a una mujer y a 22 varones y donde se violó y se robó a discreción.
El “Cagalubias”, Anastasio González, disparó y mato a Eladia, “la jaboneta”, cuando defendía a su hijo, al que iban a detener y a la que, al llevarla al cementerio, como no cabía en la hoya cavada, le cortó la cabeza con la pala, arrojando cuerpo y cabeza al fondo de la misma.
Uno de los peores fue el cura, Don Pablo, que, a continuación daba la bendición a los que iban a “dar el paseo”.
A 100 mujeres les raparon el pelo al cero, violando a alguna de ellas en la cama, tras sacar al marido de la misma, robándoles todo lo que pudieron a continuación.
Algo parecido ocurrió en POVEDA DE LAS CINTAS, a pocos kilómetros de Cantalpino.
Igualmente en VILLORUELA, a unos 10 kilómetros de Cantalpino y donde hasta las mismas monjas les negaron ayuda a las viudas, con el argumento de que “esto es una Cruzada”.
O en BABILAFUENTE, cuando el guardagujas y otros 13 republicanos trataron de impedir el paso del tren que transportaba tropas a Madrid.
Al poco llegaron al pueblo los falangistas y se les daría “el paseo”, siendo fusilados en el Monte de la Orbada (excepto al médico, salvado por Diego Veloz).
En EL PEDROSO, antes de fusilar a toda la Corporación Municipal en el Monte de la Orbada, por el delito de “ser izquierdistas”, los falangistas asesinos habían sido llamados por el cura del pueblo, Don Manuel que, luego, intentaba confesarlos para que murieran en gracia de Dios y, durante el trayecto, les iban cantando el entierro.
Igualmente a las hijas de los fusilados, les raparon la cabeza al cero y les hacían cantar el “cara al sol”.
Se sabe que Diego Veloz, este lúgubre personaje, intervino en la ejecución de muchos republicanos procedentes de las “sacas” (ejecuciones extrajudiciales practicadas sobre los prisioneros encarcelados, sacados de sus celdas por pistoleros de la falange).
La tradición cuenta que a un republicano, antes de matarlo, le clavaron las “banderillas negras”.
O cuando a Sandalio, primo carnal de la vecina de mis padres, la “tía Teresa, la “changuina”, pero que vivía en Los Pizarrales, y al que sacaron de la cama a “dar un paseo” y que les hizo notar a los falangistas que, con la obscuridad, llevaba puestas una zapatilla blanca y otra negra, y que aparecería fusilado en una cuneta, en la carretera, cerca de CAÑIZAL.