Las aves, pequeñas y mayores, constituyen un auténtico problema para la vida urbana, especialmente para la conservación de aquellos edificios de carácter histórico o artístico. Ha habido que ingeniárselas para hacerlos desaparecer de tales lugares. En algunos sitios han llevado aves rapaces que se encargan de cazar y ahuyentar a las palomas, tordos, golondrinas, gorriones, etc.; en otros se les destruyen los nidos como puede ser el caso de las golondrinas o de las cigüeñas (que por el peso que acumulan pueden hundir las techumbre), en otros lugares han puesto aparatos que emiten ultrasonidos, también se utilizar trozos de hierros finos colocados en punta y muy junto para evitar que se posen o, como el caso de la fotografía, se cierran los espacios, tallas y demás con una fina malla metálica que evite que las aves se acerque y llenen de excrementos los monumentos