PALABRAS EN DESUSO.-9ª (Continuación)
SOLERO:- Una vez trillada la mies y aparvada o amontonada con la cañiza, quedaban restos que la cañiza no podía materialmente arrastrar y es lo que se denominaba “solero”, que más tarde se barrería formando montones, que recibirían, a su vez, el nombre de ”grancias o granciones”.
GRANCIA:- Palabra que recoge el diccionario del castellano tradicional como “residuos de paja larga y gruesa que quedan después de beldar”, y como sinónimos: granza, granzón, espigazo y granazón, granción.
-El DRAE recoge granza y granzón entre otras definiciones, como “residuos de paja larga y gruesa, espiga, grano sin descascarillar, etc., que quedan del trigo y la cebada cuando se avientan y criban”.
-Cuando se disponía de tiempo que las labores principales permitían, estos restos sufrían un proceso de cribado para eliminar polvo, tierra y otras impurezas o se utilizaba como alimento para el ganado.
BOCÍN:- Con esta palabra, tanto el DRAE con el diccionario del castellano tradicional, recogen múltiples definiciones, en referencia a trabajos en bodegas, enseres, componentes de carros y molinos. Tiene sinónimos como bocalón, bocana, bocarón, bocino, boquero, boquerón, según el diccionario del castellano tradicional.
-Pero la descripción más usada y popular en nuestro entorno, es la que hace referencia a una ventana alta por la que se metía la paja en los pajares, abriéndose únicamente en la época de la recogida, estando, el resto del año, clausurada con puertas de madera, ladrillos o adobes.
-Una vez acabadas las faenas propiamente dichas de la recolección, -la siega, el acarreo, la trilla, la guarda o el almacenamiento del grano en las paneras-, en las eras quedaba, formando montones, toda la paja extraída de la trilla y de la limpieza del grano, que previamente había sido recogida con la cañiza. Con los carros preparados al efecto con las barcinas, se transportaba la paja, que en su recorrido hasta el pajar, dejaban en las calles un reguero de paja que era, previo barrido y amontonado, aprovechado por algún vecino necesitado que a lo largo del año servía de combustible para formar la lumbre.
-La paja almacenada en los pajares, era vital para los animales que, mezclada con grano, constituía su dieta alimenticia, o usada para ellos a modo de cama; así mismo, su utilidad en el hogar era de suma importancia, para preparar la mañanera lumbre que caldeara la casa y para que los pucheros y sartenes cocieran y frieran respectivamente, con lentitud, los sabrosos y deliciosos alimentos.
-Llegado al pajar, se desataban las barcinas y la paja, que por propia inercia y empujada a su vez por un mozo de labor, caía amontonándose en el suelo, dispuesta para que otro jornalero, gario en ristre, iniciara el lanzamiento de la paja, con destreza, habilidad y fuerza, y la gariada,- (porción de paja cogida con el gario)-, entrara totalmente por el bocín; empeño y objetivo, por otra parte, en ocasiones fallidos, por circunstancias ajenas al lanzador, como viento contrario y adverso.
-Dentro del pajar y abocado en el bocín, otro trabajador, sudoroso, con su cara irreconocible, cubierta como si de una máscara se tratara por el polvillo que se desprendía de la paja, se dedicaba, diligente y activo, a ”desembocinar” y apilar la paja e incluso a apisonarla para una mayor capacidad. Y así, un carro y otro carro, hora tras hora hasta el atardecer. Trabajo ímprobo, agotador, impagable, inhumano, realizado con entereza, con ánimo, con fortaleza, con constancia e incluso con alegría y regocijo, siendo habitual y no dejando de oírse, acompañando su quehacer alguna popular “cantiquiña” y algún que otro festivo y compartido chascarrillo, y así aligerar y aliviar el agotador trabajo.
-Dicho lo cual, me pregunto ¿qué sentido tenía el bocín? ¿Acaso no hubiera sido más positivo y práctico abrir una puerta en la pared para que el carro entrara en el pajar y en situ descargara? Deduzco que así se evitaría un trabajo inútil, vano y estéril, con ahorro de energía, de tiempo y ganancia en eficacia y rendimiento. ¡Vamos! Creo yo… ¿no?
Saludos
¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez desde Valladolid, con tiempo que amenaza lluvias y cambio a peor.
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