Como bañista que acudo a primera hora a nadar, reitero y reafirmo, quizá con más contundencia, firmeza, entereza y constancia, las manifestaciones que he realizado en mis anteriores manifestaciones a cerca del comportamiento de los socorristas, de su eficacia y eficiencia en el cometido de sus funciones, de la corrección y afabilidad en el trato, cumplidores con su deber, diligentes y solícitos ante cualquier requerimiento, dispuestos a cualquier favor. He presenciado como testigo directo y mañanero, cómo se realizaban las labores de limpieza y mantenimiento de las piscinas, así como la toma de agua para el control de la calidad de la misma y pH. Efectivamente, Beatriz, ha habido días, realmente pocos, que he tenido que esperar a que finalizarais vuestras labores de limpieza, pero ello no es motivo para pedir disculpas, ya que estabais realizando una labor, dentro de vuestra obligación y cometido, que redundaría en mi beneficio, en el beneficio de todos. Y que ¡conste! Que esperar cinco minutos el inicio de la natación, no me produce ningún traumatismo psíquico, ni estado de enervación, ni enfado. Vaya todo ello, Beatriz, en apoyo y ayuda de vuestro buen estado anímico. Nos veremos este año.
A los veladores, custodios y denunciadores de la falta de observancia y cumplimiento de las normas y reglas de la salud e higiene públicas en las piscinas, entre los que se encuentra el querido anónimo 2007.06.15 19:15:19, permítanme que les recuerde ciertos comportamientos habituales en nuestra piscina, donde se infringen las normas de SALUD E HIGIENE, salvo honrosas excepciones. En todas las piscinas, mejor dicho, en casi todas, las normas obligan y exigen el uso del gorro de baño y la ducha antes de entrar en la piscina.
El uso del gorro de baño, tiene como misión, el impedimento de que se desprendan pelos de la cabellera y se depositen en la piscina, evitando de esta manera, al margen de la limpieza, que el bañista se impregne de pelos ajenos, o ¡lo que es peor!, se los trague al tomar aire.
Darse una ducha antes de entrar en la piscina, es un comportamiento del más elemental y primario sentido de la razón, como norma natural de la práctica de higiene, salubridad, urbanidad y respeto hacia los demás, así como de seguridad para el bañista, ante el peligro para su integridad que le puede acarrear, un cambio brusco de temperatura. Casi, casi, un estado de empatía, como decías tú, Beatriz.
Todas las denuncias que se hagan para las exigencias del severo y estricto cumplimiento acerca de la salud e higiene, de las cuales estoy de acuerdo, sobre todo en lugares de mucha aglomeración, son de obligación cívica, pero absolutamente todas, no solamente las que los demás alteren y violen, y las nuestras subrepticiamente disimuladas, complacidas o consentidas. ¡No hombre, no! .Son normas que se debieran de imponer. Hago una llamada de atención al Ayuntamiento para su cumplimiento. Saludos.
¡¡¡PAZ Y BIEN!!! ¡¡¡SALUD Y ALEGRíA!!!
Paco García Sánchez.-Valladolid.
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