DE GOBERNANTES Y GOBERNADOS
-Estimada Lola, no hay motivo para pedirme perdón por un involuntario, simple e intranscendental equívoco de personalidad, pero si ello te sirve de tranquilidad y consuelo, por supuesto que acepto tus disculpas y que seas bienvenida a este foro, que poco a poco se va quedando huérfano de participantes donde algunos “últimos de Filipinas”, están gravemente afectados y contagiados de síndrome de apatía, abulia y desinterés, que puede degenerar en una lenta y dolorosa “agonía” de participación e intervención. Esperemos que a este cuerpo mortecino y apagado se le insufle como terapia, un hálito esperanzador de ánimo, seducción y atracción participantes, que hagan revivir y resucitar, para gozo y disfrute de todos, un cuerpo que, a mi entender, está exánime, sumamente debilitado.
-Siento, GATO, el pinchazo de la rueda de tu coche, que, ni que decir tiene, que es una gran contrariedad y trastorno, situación en la que muchos nos hemos encontrado y sufrido. ¡En fin! ¡Paciencia!.
-No me mueve más afán e interés, como estoy seguro, ¡qué duda cabe!, que son los mismos sentimientos expresados en las denuncias que formulan LOLA, GATO Y ALBERTO, y otros muchos más que se callan, --de las que participo en su totalidad--, que el cumplimiento de las leyes u ordenanzas para el buen gobierno, orden y convivencia, limpieza y seguridad ciudadanos.
- Ni que decir tiene que todo ello se lograría con un Ayuntamiento enérgico y con autoridad, que no autoritario, que sencilla y simplemente cumpliera con áquello para lo que, democráticamente, ha sido elegido y a lo que ha optado de manera libre y voluntaria, sin más objetivos, presuntamente, y… ¡ya es bastante!, que la administración y gestión de los intereses ciudadanos y municipales, cumplimiento de las ordenanzas, del buen gobierno, del orden y de la convivencia, de la limpieza y de la seguridad, como anteriormente indico, siendo valoraciones y criterios prioritarios y preeminentes a los de utilidad, provecho, lucro y ganancia personales, familiares o de correspondidas amistades, y que su quebrantamiento, en numerosas ocasiones, es producto de una connivencia o disimulo de quien está en la obligación de la aplicación y ejecución de las citadas leyes o normas de convivencia.
-Haciendo un esforzado y sano ejercicio de objetividad, - ¡que ya me cuesta!-, considero complicado y complejo regir un municipio demográficamente pequeño, como el nuestro, sin, entre otras cosas, la presencia de agentes de la autoridad cuya existencia contrarrestara, paliara y neutralizara perversas actitudes incívicas y bárbaras, donde la familiaridad en la convivencia, las relaciones y tratos diarios, la cercanía y proximidad en los sentimientos y afectos, conexiones endogámicas y lazos indelebles de ancestral amistad entre gobernador y gobernados, -- cualidades o defectos, por otra parte humanos--, arrastran, presionan e inducen a disimulos, parcialidades y connivencias por parte del regidor, que soslayan y sortean la leyes y normas, donde vecinos con conductas y comportamientos incívicos, amparándose en falsos privilegios y prerrogativas que transgreden las leyes, sean, si no sancionados, al menos reconvenidos o avisados de sus irregularidades y, consecuentemente, su lógica y justa reparación a través de los mecanismos existentes y disponibles al efecto, y en su defecto, condenar según lo establecido por la ley.
-Pero igualmente que valoro los inconvenientes mencionados anteriormente, que suponen y entrañan la gobernabilidad con ecuanimidad de un pueblo, así mismo, esas cortapisas, obstáculos y dificultades deben de ser previamente, a la presentación de su candidatura, analizados y considerados por los aspirantes con seriedad, honestidad y dignidad y ser consecuentes, fieles a sus principios y coherentes con la realidad de la situación de la cosa pública que van a representar y, supuestamente, a defender dentro de los límites de los errores y fallos humanos, y por tal condición y naturaleza dignos de algún rasgos de comprensión y tolerancia. “Errare humanum est”, --nos decía nuestro paisano Séneca, para a continuación añadir--, “sed perseverare diabolicum”. Creo que no es necesaria su traducción.
Dicho todo lo cual, no me imposibilita ni me impide para, por mi parte, apoyar y suscribir libremente lo que expresan en sus manifestaciones LOLA, GATO Y ALBERTO, a la vez que denunciar, por mi parte, algunas irregularidades observadas y directamente sufridas, como los cortes de agua, que sin previo aviso se producen en la época veraniega, provocando y originando, por tal motivo, situaciones embarazosas y nada gratas, hasta el extremo, cuando son coincidentes con el aseo personal, de perder la razón, la templanza y moderación, -uno es humano-, entre mezclas de exabruptos e imprecaciones, no sé si en arameo o en suajili. No cuestiono ni objeto los cortes que por averías, reparaciones o mejoras del alcantarillado o suministro de la red de agua hayan de hacerse, ¡qué va, qué va!, sino la anarquía y desgobierno con que se producen y el trastorno ocasionado por falta de previsión.
-Y a modo de pregunta reflexiva y a la vez de manifiesta crítica y protesta: ¿Es necesario abrir el ayuntamiento al público solamente dos días a la semana? Conozco a ciudadanos que han tenido que hacer gestiones oficiales en el Ayuntamiento y por desconocimiento del horario, han alterado o variado su programa con los consiguientes perjuicios y extorsiones a sus intereses. Recuerdo la época dorada, no muy lejana, cuando Andrés Ronco era el alguacil, ¡qué digo alguacil!, era el secretario, era el alcalde, era el electricista, era, en definitiva, el polivalente, diligente, valioso y hacendoso funcionario con amplios conocimientos en diversas materias, de aguda y natural inteligencia que abarcaba campos muchos de manera altruista y desinteresada, fuera de sus específicas funciones, acudiendo a él solicitando ayuda, y ofreciéndola, en situaciones de necesidad y siempre, salvo excepcionales circunstancias, el ayuntamiento abierto al servicio del pueblo. Ello era un privilegio y un lujo de atención al público que se ha perdido, como otras muchas cosas más.
-Efectivamente, Alberto, en el charco del camino de Paradinas, algún vecino aparca sus utensilios y maquinaria de labor, imagen que no es muy ilustrativa, ni bella, ni bucólica, ni agradable a la vista en el citado paraje, pero según me ha manifestado ante un comentario que con algún vecino hice al respecto, se le advirtió de la anomalía para que retirara la maquinaria, respondiendo que cuando el herrero quitara los hierros chapas y demás enseres que ocupa parte de la calle. Y así, sumamos o restamos día tras día, candidatura tras candidatura pasando indiferentes, indolentes y apáticos de situaciones, cuestiones y comportamientos que importan y conciernen en exceso para el buen desarrollo de la vida en sociedad. Saludos
¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez.- Valladolid (Con tiempo fresquito que invita al abrigo)
-Estimada Lola, no hay motivo para pedirme perdón por un involuntario, simple e intranscendental equívoco de personalidad, pero si ello te sirve de tranquilidad y consuelo, por supuesto que acepto tus disculpas y que seas bienvenida a este foro, que poco a poco se va quedando huérfano de participantes donde algunos “últimos de Filipinas”, están gravemente afectados y contagiados de síndrome de apatía, abulia y desinterés, que puede degenerar en una lenta y dolorosa “agonía” de participación e intervención. Esperemos que a este cuerpo mortecino y apagado se le insufle como terapia, un hálito esperanzador de ánimo, seducción y atracción participantes, que hagan revivir y resucitar, para gozo y disfrute de todos, un cuerpo que, a mi entender, está exánime, sumamente debilitado.
-Siento, GATO, el pinchazo de la rueda de tu coche, que, ni que decir tiene, que es una gran contrariedad y trastorno, situación en la que muchos nos hemos encontrado y sufrido. ¡En fin! ¡Paciencia!.
-No me mueve más afán e interés, como estoy seguro, ¡qué duda cabe!, que son los mismos sentimientos expresados en las denuncias que formulan LOLA, GATO Y ALBERTO, y otros muchos más que se callan, --de las que participo en su totalidad--, que el cumplimiento de las leyes u ordenanzas para el buen gobierno, orden y convivencia, limpieza y seguridad ciudadanos.
- Ni que decir tiene que todo ello se lograría con un Ayuntamiento enérgico y con autoridad, que no autoritario, que sencilla y simplemente cumpliera con áquello para lo que, democráticamente, ha sido elegido y a lo que ha optado de manera libre y voluntaria, sin más objetivos, presuntamente, y… ¡ya es bastante!, que la administración y gestión de los intereses ciudadanos y municipales, cumplimiento de las ordenanzas, del buen gobierno, del orden y de la convivencia, de la limpieza y de la seguridad, como anteriormente indico, siendo valoraciones y criterios prioritarios y preeminentes a los de utilidad, provecho, lucro y ganancia personales, familiares o de correspondidas amistades, y que su quebrantamiento, en numerosas ocasiones, es producto de una connivencia o disimulo de quien está en la obligación de la aplicación y ejecución de las citadas leyes o normas de convivencia.
-Haciendo un esforzado y sano ejercicio de objetividad, - ¡que ya me cuesta!-, considero complicado y complejo regir un municipio demográficamente pequeño, como el nuestro, sin, entre otras cosas, la presencia de agentes de la autoridad cuya existencia contrarrestara, paliara y neutralizara perversas actitudes incívicas y bárbaras, donde la familiaridad en la convivencia, las relaciones y tratos diarios, la cercanía y proximidad en los sentimientos y afectos, conexiones endogámicas y lazos indelebles de ancestral amistad entre gobernador y gobernados, -- cualidades o defectos, por otra parte humanos--, arrastran, presionan e inducen a disimulos, parcialidades y connivencias por parte del regidor, que soslayan y sortean la leyes y normas, donde vecinos con conductas y comportamientos incívicos, amparándose en falsos privilegios y prerrogativas que transgreden las leyes, sean, si no sancionados, al menos reconvenidos o avisados de sus irregularidades y, consecuentemente, su lógica y justa reparación a través de los mecanismos existentes y disponibles al efecto, y en su defecto, condenar según lo establecido por la ley.
-Pero igualmente que valoro los inconvenientes mencionados anteriormente, que suponen y entrañan la gobernabilidad con ecuanimidad de un pueblo, así mismo, esas cortapisas, obstáculos y dificultades deben de ser previamente, a la presentación de su candidatura, analizados y considerados por los aspirantes con seriedad, honestidad y dignidad y ser consecuentes, fieles a sus principios y coherentes con la realidad de la situación de la cosa pública que van a representar y, supuestamente, a defender dentro de los límites de los errores y fallos humanos, y por tal condición y naturaleza dignos de algún rasgos de comprensión y tolerancia. “Errare humanum est”, --nos decía nuestro paisano Séneca, para a continuación añadir--, “sed perseverare diabolicum”. Creo que no es necesaria su traducción.
Dicho todo lo cual, no me imposibilita ni me impide para, por mi parte, apoyar y suscribir libremente lo que expresan en sus manifestaciones LOLA, GATO Y ALBERTO, a la vez que denunciar, por mi parte, algunas irregularidades observadas y directamente sufridas, como los cortes de agua, que sin previo aviso se producen en la época veraniega, provocando y originando, por tal motivo, situaciones embarazosas y nada gratas, hasta el extremo, cuando son coincidentes con el aseo personal, de perder la razón, la templanza y moderación, -uno es humano-, entre mezclas de exabruptos e imprecaciones, no sé si en arameo o en suajili. No cuestiono ni objeto los cortes que por averías, reparaciones o mejoras del alcantarillado o suministro de la red de agua hayan de hacerse, ¡qué va, qué va!, sino la anarquía y desgobierno con que se producen y el trastorno ocasionado por falta de previsión.
-Y a modo de pregunta reflexiva y a la vez de manifiesta crítica y protesta: ¿Es necesario abrir el ayuntamiento al público solamente dos días a la semana? Conozco a ciudadanos que han tenido que hacer gestiones oficiales en el Ayuntamiento y por desconocimiento del horario, han alterado o variado su programa con los consiguientes perjuicios y extorsiones a sus intereses. Recuerdo la época dorada, no muy lejana, cuando Andrés Ronco era el alguacil, ¡qué digo alguacil!, era el secretario, era el alcalde, era el electricista, era, en definitiva, el polivalente, diligente, valioso y hacendoso funcionario con amplios conocimientos en diversas materias, de aguda y natural inteligencia que abarcaba campos muchos de manera altruista y desinteresada, fuera de sus específicas funciones, acudiendo a él solicitando ayuda, y ofreciéndola, en situaciones de necesidad y siempre, salvo excepcionales circunstancias, el ayuntamiento abierto al servicio del pueblo. Ello era un privilegio y un lujo de atención al público que se ha perdido, como otras muchas cosas más.
-Efectivamente, Alberto, en el charco del camino de Paradinas, algún vecino aparca sus utensilios y maquinaria de labor, imagen que no es muy ilustrativa, ni bella, ni bucólica, ni agradable a la vista en el citado paraje, pero según me ha manifestado ante un comentario que con algún vecino hice al respecto, se le advirtió de la anomalía para que retirara la maquinaria, respondiendo que cuando el herrero quitara los hierros chapas y demás enseres que ocupa parte de la calle. Y así, sumamos o restamos día tras día, candidatura tras candidatura pasando indiferentes, indolentes y apáticos de situaciones, cuestiones y comportamientos que importan y conciernen en exceso para el buen desarrollo de la vida en sociedad. Saludos
¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez.- Valladolid (Con tiempo fresquito que invita al abrigo)
Paco, en casi todas tus conversaciones hay que darte la razon, por que la tienes. Tambien me gustaria decirte que si fueras mas concreto y no te deleitaras tanto explicandote leeriamos mas atentamente tus mensajes y prestariamos mas atencion... pero bueno si que seria muy de agradecer a toda la gente que no utilizara la calle para dejar las cosas que a todos estorban y dan mala imagen al pueblo. Al Ayuntamiento le corresponde dar un toque a esas personas, que ademas son siempre las mismas. Cada uno que recoja lo suyo.
UN SALUDO A TODOS LOS FOREROS.
UN SALUDO A TODOS LOS FOREROS.