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ALDEASECA DE LA FRONTERA: Hace unos días, al pasar por una estrecha callejuela...

Hace unos días, al pasar por una estrecha callejuela -hay pocas en Aldeaseca, pero las hay, a pesar de ser un pueblo carretero, no mulero como los de la Sierra- vi dos cerdos recién destazados -destrazados, decimos nosotros en esa tendencia nuestra a dar más fuerza de expresividad a las palabras, que no quiere decir que estén mal, (arrascar, acribar, atronchar,...)-. Luego, en casa, vi un viejo artilugio que hace años rescatamos del montón de la chatarra, una especie de espada muy estrecha con mango de madera. Ambas cosas, al calor de la camilla, me recordaron una antigua tradición, que yo no llegué a conocer pero la he oído. Al parecer, por esta época del año, creo que los "mozos quintos" (para los más jóvenes que lean esto, los que iban a hacer la "mili" ese año o al año siguiente, no sé bien, pues yo fui tras muchas prórrogas de estudiante) iban por las casas pidiendo diversos productos de la matanza (chorizos, farinatos, trozos de tocino -supongo que la mayoría de lo recogido sería de esto último-, pies, orejas,...) que iban ensartando en esa especie de espada fina. Después, en la plaza, supongo que debajo del viejo olmo o negrillo que había en el medio, como en casi todos los pueblos, donde ahora hay una fuente, se subastaban los donativos recogidos. No sé más detalles de esta vieja tradición y quizás lo que he dicho no se corresponda fielmente con la realidad de lo que era, pero sé que algunos de los que intervienen en este foro la conocieron y podrían contarnos "con pelos y señales" en que consistía.
Además de la fiesta y juerga, que se suponen, esta tradición tenía su pequeña función social, ya que esa subasta permitía que, al menos, pudiesen probar las delicias de la matanza aquellas familias que no podían hacer su propia matanza.
Feliz año y que los Reyes os traigan esta noche todo lo que, por supuesto razonablemente, les hayáis pedido. Jesu
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
COSAS DEL PUEBLO

-Con el único propósito y finalidad, Jesús, de añadir a tu espléndida, concisa y lacónica descripción, --llena de sobriedad y belleza-, de una tradición perdida y absorbida, al parecer y entender de los apologistas sociales, por avances, progresos y mejoras sociales y económicas de la ciudadanía, --comportamientos dignos, no obstante ello, de gran regocijo y satisfacción personales--, corroboro todo lo que dices y colaboro, con la venia, con mis infantiles recuerdos vividos de ... (ver texto completo)