TAÑEN LAS CAMPANAS (I)
Llevo tiempo queriendo escribir sobre uno de los elementos más queridos, interesentes y emblemáticos de todos cuantos componen el patrimonio histórico y cultural de nuestros pueblos y ciudades: las campanas.
Como se narra en los libros de historia, las campanas fueron utilizadas por persas, griegos y romanos. En la Edad Media tuvieron usos militares. Pero creo que fue en Italia, allá por el siglo VI, a mano de los benedictinos, donde las campanas de bronce y con badajo de hierro se introdujeron por primera vez como un lenguaje de sentimientos, destinado a la comunicación entre la Iglesia y los habitantes de un pueblo.
Más adelante, en el siglo XII, las campanas comenzaron a hacerse más grandes, y se puso de moda instalarlas en torres que permitiesen que sus tañidos llegasen más lejos.
Estos son, de forma muy resumida, los principales antecedentes históricos de las campanas de nuestro pueblo, que ya nunca nos ofrecerán las sinfonías de antaño, esas que les arrancaron del alma, a mano, generaciones y generaciones de aldeasequinos, antes de que las nuevas tecnologías se apoderasen de ellas, arrebatándoles la viveza y sonoridad de sus antiguos repiques y señales.
Yo aún puedo hacer sonar en mi cabeza los diferentes sonidos de las campanas de Aldeaseca, con sus significados tan diversos, y hasta reproducir los movimientos corporales necesarios para arrancarles sus tañidos más ancestrales. Añoranzas para el recuerdo...
Un cordial saludo desde Zaragoza, JEP
Llevo tiempo queriendo escribir sobre uno de los elementos más queridos, interesentes y emblemáticos de todos cuantos componen el patrimonio histórico y cultural de nuestros pueblos y ciudades: las campanas.
Como se narra en los libros de historia, las campanas fueron utilizadas por persas, griegos y romanos. En la Edad Media tuvieron usos militares. Pero creo que fue en Italia, allá por el siglo VI, a mano de los benedictinos, donde las campanas de bronce y con badajo de hierro se introdujeron por primera vez como un lenguaje de sentimientos, destinado a la comunicación entre la Iglesia y los habitantes de un pueblo.
Más adelante, en el siglo XII, las campanas comenzaron a hacerse más grandes, y se puso de moda instalarlas en torres que permitiesen que sus tañidos llegasen más lejos.
Estos son, de forma muy resumida, los principales antecedentes históricos de las campanas de nuestro pueblo, que ya nunca nos ofrecerán las sinfonías de antaño, esas que les arrancaron del alma, a mano, generaciones y generaciones de aldeasequinos, antes de que las nuevas tecnologías se apoderasen de ellas, arrebatándoles la viveza y sonoridad de sus antiguos repiques y señales.
Yo aún puedo hacer sonar en mi cabeza los diferentes sonidos de las campanas de Aldeaseca, con sus significados tan diversos, y hasta reproducir los movimientos corporales necesarios para arrancarles sus tañidos más ancestrales. Añoranzas para el recuerdo...
Un cordial saludo desde Zaragoza, JEP