TAÑEN LAS CAMPANAS (VI)
El toque de clamor, o cuando las campanas lloran
Como en los toques festivos, en los toques de clamor quien ejercía de campanero también debía subir a la Torre, a su explanada final, y situarse en el centro de ella, mirando hacia la campana grande o principal. Tomaba con la mano derecha la cuerda correspondiente a la citada campana, y con la izquierda la cuerda que conectaba los badajos de las dos campanas que miran hacia Paradinas, que quedaban situadas a la izquierda del campanero. A este propósito, hago constar de nuevo que la cuarta campana, la campana pequeña, la que está mirando hacia el Monte Arauzo, siempre estuvo inactiva durante la época que rememoro.
Seguidamente, el campanero comenzaba a tañer de forma pausada y lenta y con el ritmo que describo seguidamente: tan, tin, tan, ton / tan, tin, tan, ton / TLON, TLON / tan, tin, tan, ton / tan, tin, tan, ton / TLON, TLON..., etc.
El tan se corresponde con el toque de la campana del lateral derecho de la Torre, la que está situada a la izquierda si miramos desde el antiguo frontón de la plaza.
El tin con el toque de la otra campana del frontal derecho, la que está situada a la derecha si miramos desde el antiguo frontón.
El ton, con el toque de la campana grande, la situada en el frontal de la Torre.
El TLON, finalmente, se corresponde con el toque de las tres campanas juntas a la vez, al unísono.
Esta cadencia o ritmo, que como todos sabemos despierta sentimientos de nostalgia, melancolía y tristeza es el que hace llorar de forma lastimera a las campanas de Aldeaseca.
Se trata del toque de clamor, de difuntos, a muerto, que se activaba con sus correspondientes modalidades, buena parte de ellas ya en desuso, en diferentes momentos de la vida de nuestro pueblo.
Las describiré en el siguiente capítulo.
Saludos cordiales desde Zaragoza, JEP
El toque de clamor, o cuando las campanas lloran
Como en los toques festivos, en los toques de clamor quien ejercía de campanero también debía subir a la Torre, a su explanada final, y situarse en el centro de ella, mirando hacia la campana grande o principal. Tomaba con la mano derecha la cuerda correspondiente a la citada campana, y con la izquierda la cuerda que conectaba los badajos de las dos campanas que miran hacia Paradinas, que quedaban situadas a la izquierda del campanero. A este propósito, hago constar de nuevo que la cuarta campana, la campana pequeña, la que está mirando hacia el Monte Arauzo, siempre estuvo inactiva durante la época que rememoro.
Seguidamente, el campanero comenzaba a tañer de forma pausada y lenta y con el ritmo que describo seguidamente: tan, tin, tan, ton / tan, tin, tan, ton / TLON, TLON / tan, tin, tan, ton / tan, tin, tan, ton / TLON, TLON..., etc.
El tan se corresponde con el toque de la campana del lateral derecho de la Torre, la que está situada a la izquierda si miramos desde el antiguo frontón de la plaza.
El tin con el toque de la otra campana del frontal derecho, la que está situada a la derecha si miramos desde el antiguo frontón.
El ton, con el toque de la campana grande, la situada en el frontal de la Torre.
El TLON, finalmente, se corresponde con el toque de las tres campanas juntas a la vez, al unísono.
Esta cadencia o ritmo, que como todos sabemos despierta sentimientos de nostalgia, melancolía y tristeza es el que hace llorar de forma lastimera a las campanas de Aldeaseca.
Se trata del toque de clamor, de difuntos, a muerto, que se activaba con sus correspondientes modalidades, buena parte de ellas ya en desuso, en diferentes momentos de la vida de nuestro pueblo.
Las describiré en el siguiente capítulo.
Saludos cordiales desde Zaragoza, JEP