Esta preciosa fotografía en la que, además del tejado y la torre de la iglesia parroquial ocupando el centro de la misma, aparecen los copos de nieve cayendo mansamente sobre ella, constituye un verdadero relax para los que la contemplamos con la añoranza de que, quizá, no vamos a tener otra ocasión para contemplar el fenómeno meteorológico en la vida real en virtud del cambio climático.