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ALDEASECA DE LA FRONTERA: 8º:- EL BAILE DE LA BODA...

8º:- EL BAILE DE LA BODA

-El baile era una parte muy importante de todo el conjunto de la ceremonia. Usualmente se celebrada en el salón del Ayuntamiento, o en su defecto en alguna panera, a los sones de la orquesta, aquí muchas veces recordada, compuesta por MARIANILLO Y YAYO a la trompeta y MARINO al bombo y maracas. Tiempo después se celebraba en el salón de Satur, --q. e. p. d.-- y la Angelines, al lado del antiguo frontón. Era público, para todo el pueblo. Más adelante las modas y gustos cambiaron y economías solventes amenizaban su baile nupcial contratando alguna orquesta puntura por aquellos pagos, como por ejemplo la incombustible “LA RAI”. O simplemente el socorrido tocadiscos.

-Todo el mundo, --entiéndase los invitados--, como un requisito de la tradición y del rito, tenía que bailar con la novia, unos para cumplir con la costumbre y otros… ¡vaya Vd. a saber! No era de extrañar que la parejita al menor descuido de los vigilantes para que no huyera, --que los había--, escapara para alejarse a lugares de complicada y difícil localización para protegerse de los continuos acosos de los molestos e impertinentes “cumplidos bailadores” y así y todo, para su disgusto, a veces, tras una persecución al estilo del sabueso Colombo, eran localizados y traídos al baile nuevamente, para continuar, ¡qué martirio!, con sus bárbaras prácticas, hoy día felizmente desparecidas.

9º:-LA SANGRÍA DE LA BODA

-Al día siguiente a la boda, los mozos asistentes al enlace, iban casa por casa de los invitados solicitando o colectando una aportación económica, que junto con la obtenida “voluntariamente” de los novios por medio de la compra de partes troceadas de corbata del novio o prendas interiores de la novia, --bragas, ligas, etc. --, eran empleadas para la compra de almendras que luego en casa de la novia se repartían entre todos los convidados, empleando para ello un tazón como medida equitativa, ecuánime, justa y partes iguales. Más tarde las ricas y sabrosas almendras vinieron envasadas en paquetes de plástico, siendo esta la medida usada para el reparto. Este episodio era complemento y parte del ritual de la boda, y tal cual lo cuento se practicaba, pudiendo existir ligeras matizaciones fundadas en las opiniones e interpretaciones personales al respecto y al que se le denominaba “SANGRÍA”.

-Independientemente de las crueles burlas que tradicionalmente se practicaban en las bodas, y que más adelante recordaré algunas, se celebraba una en la provincia de Salamanca la mañana de la tornaboda, no exenta de simbolismo y que es la etimología y semántica de “SANGRÍA”. Consiste en descubrir la pantorrilla de la novia, y aún más arriba si la sorprende, y con un cuerno, hacer un simulacro a modo de sangrado, llamado “LA SANGRÍA”, que como es fácilmente deducible, representa el sangrado vaginal que había de sufrir la novia virgen la noche de bodas. Esta práctica no se realizaba en Aldeaseca, pero sí he presenciado en aqueos tiempos, llamado por la curiosidad infantil, algo similar, como acudir mozos a la casa donde presuntamente había pasado su noche de bodas el nuevo matrimonio y a través de la ventana y usando un largo varal, revolver las sábanas del supuesto tálamo nupcial para encontrar restos que denunciaran la virginidad de la recién desposada y que en infinidad de ocasiones la búsqueda era infructuosa por ser otro lugar el primer nidito de amor.

-Existe otra antigua leyenda sobre las almendras, en la que se relata que a las familias y amigos de los novios se les obsequiaban con cinco almendras que representaban simbólicamente AMOR, SALUD, FELICIDAD, PROSPERIDAD Y UNA LARGA VIDA JUNTOS.

I0º:- EL ATUENDO NUPCIAL:-

-El atuendo, aunque difería mucho de la posición y de la condición sociales y económicas de los contrayentes, siempre estrenaban traje para la ocasión o se ponían las mejores galas que tuvieran. Entre las clases populares, en algunas zonas, eran prendas obligadas para las mujeres la mantilla y la capa para los hombres. Como curiosidad, el vestido nupcial contrariamente a lo que es común hoy día, solía ser negro, de falda corta o larga,-- manteos típicos de la época o regionales con abalorios--, y que tuviera una utilidad de uso diario o festivo,--algo no dado actualmente--, y que la costumbre de portar un ramillete de azahar como símbolo de pureza, es una moda importada de Francia a comienzos del siglo XX, aunque hay creencias que aseguran que su práctica era común en las nupcias de la época egipcia para ahuyentar a los malos espíritus; otros historiadores indican que fueron los cruzados los encargados de introducir la costumbre de utilizar en los enlaces guirnaldas formadas por flores de azahar como símbolo de pureza.

-No obstante, fueron las altas clases urbanas las que introdujeron su uso y costumbre así como el color blanco por excelencia en los vestidos de la novia, --actualmente en total y constante período de modificación y variación cromática y conformación--, modas extendidas a la sociedad urbana, y luego a toda la sociedad rural, aunque en los pueblos la costumbre del uso del traje negro, continuó hasta la década de 1940.

-La evolución, desarrollo y transformación del vestido de novia según las creencias y culturas de los pueblos, modas y costumbres sociales a lo largo de la historia, han sido muy notables en los comportamientos sociales. En la época romana la novia se casaba con la misma túnica blanca que usaba a diario complementada con un velo de color púrpura, adornada con corona de flores. En la Edad Media se ponían vestidos rojos con decoraciones doradas que representaban la realeza y el poder. En el Renacimiento la importancia del color era escasa, siendo esencial que fuera bordado con piedras preciosas, perlas y diamantes, estilos y modas inalcanzables e inaccesibles para las clases bajas.

-La popularidad del color blanco aplicado al vestido de novia, se remonta en nuestra época, --según cuentan las crónicas--, a 1840 cuando la reina Victoria I del Reino Unido,--tatarabuela del rey Juan Carlos I--, contrajo matrimonio con Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha. La reina eligió para el acontecimiento un vestido blanco. Por la importancia del evento, la boda fue difundida extensamente a nivel mundial y muchas novias optaron por seguir las pautas de la moda marcadas por la influencia de la real solemnidad.

-El vestido blanco vino a simbolizar la pureza del corazón y la inocencia de la niñez. La tradición dictó que el blanco encarnara la virginidad, cuya representación correspondía anteriormente al color azul.

11º:- COSTUMBRES INHERENTES A LA BODA:-

-La noche de bodas los novios eran objeto de burlas crueles y brutales y bárbaras bromas que en infinidad de ocasiones afectaban a la integridad física, a la dignidad y honestidad, decoro y honra, estima y decencia humanos en beneficio de unos atávicos comportamientos y salvajes diversiones donde imperaba la grosería, la zafiedad, la vulgaridad y todos los principios de convivencia y respeto personal. Se daba la paradoja que estas conductas eran mayoritariamente admitidas,--hoy por ti, mañana por mí--, como parte componente del ritual nupcial y si algún ciudadano sensato reprobaba estos comportamientos caían sobre él la ira y la cólera de los fieles seguidores de tales códigos de costumbre y de su culto, anatematizando su proceder por transgresores de “las buenas y sanas tradiciones”.

-Algunas de las chanzas, mofas y actos burlescos eran: --Por la noche los “atrevidos y osados mozos” hacían la petaca en las cama de los novios. -- Ponían cencerros en la cama para que al menor movimiento sonaran. --Al día siguiente de la boda, exhibían por las calles las sábanas donde los novios habían pasado la noche y así mostrar la pérdida de la virginidad…si hubiera, de la novia. --Montados en un carro, los llevaban al charco de Paradinas, donde, con una escoba, se los rociaban con agua hasta que el novio accedía a las peticiones y requerimientos de los mozos de una cantidad de dinero para gastar en vino. --En otras ocasiones, cargaban a la novia al hombro, con las faldas al aire en posiciones donde involuntariamente enseñaba sus intimidades y de esta guisa se la paseaba por el pueblo con el beneplácito y aplauso generales o se los uncía a un carro para, cual animales, tiraran de él. --Rociarlos el lecho conyugal con abundante sal.-- Otras veces, sentaban a la novia en un montón de “picos” con el consiguiente dolor que en sus posaderas producían las punzantes hierbas, etc., etc. y más etc. Se intentaban por todos los medios y tretas que no pasaran dichosa y felizmente juntos la dulce noche de bodas, o en su defecto producirles intranquilidad, desasosiego y preocupación, y para evitarlo los recién contrayentes, en lo posible, ocultaban, en connivencia con familiares y amigos, el lugar de la casa o el domicilio al efecto de algún pariente donde tenían preparado su lecho conyugal.

Saludos

¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez.- Valladolid (Se vislumbra en el cielo revuelta meteorológica)