ALDEASECA DE LA FRONTERA: LA MEMORIA Y LAS EMOCIONES...

LA MEMORIA Y LAS EMOCIONES

Dejo hoy en el foro unas reflexiones sobre la memoria y las emociones, que surgen como consecuencia del mensaje de Locrisan a propósito del relato de Paco sobre el bollo maimón y otros bollos propios de nuestra tierra... Como se ve en vuestros mensajes, Paco y Locrisan, las emociones son capaces de crear recuerdos resistentes al olvido, aunque también pueden hacernos perder la memoria, bloquearla.

Hace ya muchos años, el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, dijo que “no hay memoria sin contexto emocional”. Dicho de otra forma, que recordamos mejor aquellas cosas, agradables o desagradables, que estuvieron relacionadas con el mundo de las emociones, con la alegría, el bienestar, el amor..., o con la tristeza, la desesperación, el miedo, el enojo, el odio, la violencia, los celos...

Sin embargo, son los neurocientíficos actuales quienes están comenzando a descubrir como funciona la memoria emocional. Ellos creen que nuestro cerebro se aprovecha de las emociones fuertes y de los neurotransmisores que se liberan durante la respuesta al estrés, para regular la intensidad con que almacenamos nuestros recuerdos, de manera que los recuerdos que están asociados a una información cargada emocionalmente permanecen grabados en el cerebro. Esta sería la razón por la que recordamos con más facilidad aquellos datos, hechos o experiencias que tienen una carga emocional y afectiva, aquellos que nos han marcado o conmovido.

Con su último relato, Paco nos ha traído a la memoria datos, experiencias, sensaciones..., aromas de bollo maimón, de chicharrón caliente y sabroso, olor a tierra mojada, a humos de carrasca y de paja, a mies recién segada, a estiércol, a cuadra, a establo... Todo esto lo aprendimos siendo niños, y fue entonces cuando lo instalamos en nuestra memoria, rodeados seguramente de climas alegres y festivos, o quizá mientras contemplábamos “la singular belleza del cielo castellano repleto de brillantes y titilantes estrellas en noches serenas y despejadas”. Por eso está todo tan asentado en nuestro cerebro. Jamás podremos olvidarlo. Cuando aprendimos estos olores y sabores vivimos con toda seguridad emociones tan positivas, que al recordarlos vuelven esas mismas emociones con fuerza, aunque a veces queden empañadas por la nostalgia de un tiempo que ya no volverá nunca.

Aprovecho la ocasión para saludar a todos.
Saludos cordiales desde Zaragoza, JEP