Querido o querida EFE, por desconocimiento de la condición orgánica.
Sin valorar la calidad y belleza de las fotografías, que indudablemente las tienen, y máxime cuando el artífice y autor es aficionado, me imagino, se añade e incrementa el mérito, apreciación y reconocimiento de las cosas hechas por el natural sentido de la belleza y no sólo por la aprendida especialización. Pero hay algunas manifestaciones y expresiones sobre las fotos, que quiero resaltar, algunas sobrecogedoras, refiriéndote a las nevadas y que según tus vaticinios y presagios, “no vamos a tener ocasión para contemplar el fenómeno meteorológico en la vida real” ¡Tétrico ¿no? Es un futuro apocalíptico, tenebroso y espantoso el que presentas y que dan ganas de meterse en la cama cubierto de sábanas y mantas y así hasta el Juicio Final. Desconozco tu edad, pero ten seguro que volverás a ver el maravilloso espectáculo del pueblo cubierto de nieve y jugarás lanzando bolas, y si coincidimos en el pueblo en semejante momento, me lanzarás una…o varias y hasta crearás el popular muñeco de nieve. ¡Ya lo verás! ¡Arriba los ánimos, leñe!
En cuanto a la foto que muestra la carretera SA-801 y que atraviesa el pueblo, efectiva y realmente entraña un peligro latente y permanente, dado el intenso y constante tráfico de vehículos de todas las características que por ella circulan, y que siendo una carretera catalogada, creo, en la escala de la red vial, no ya nacional, sino provincial, de categoría e importancia inferiores, es el tránsito y paso, yo diría que obligados, de los pueblos de todos conocidos, para su comunicación y contacto ya comerciales, ya lúdicos, ya culturales y sanitarios con el núcleo comarcal de Peñaranda. De aquí se deriva la densidad del tráfico, creo yo. Sin magnificar, exagerar y sin excesivas desproporciones, es más intenso el tráfico en esta carretera, que la de Peñaranda-Medina del Campo, la que con cierta frecuencia transito. Te informo que existe un proyecto, creo que lo sabrás al menos, de desviación de la carretera por el exterior, circunvalando el pueblo, de fecha de ejecución fijada y determinada, desconocida para mí. Pero intuyo, no obstante, que va para largo, dada la reforma, reparación y ampliación que últimamente se ha hecho.
Efectivamente, el trazado de la carretera, clara e indudablemente peligroso, y que necesita una modificación, cumplimiento y ejecución del proyecto indicado, ¡lleva así toda la vida! Pero te diré que, excepto un accidente con muerte que hubo años ha, no imputable ni achacable al diseño de la vía, ¡en toda la vida! que yo recuerde, se ha producido accidente alguno. Sin embargo, el punto peligroso para mí, no está en esa invisible curva, donde, efectivamente, el efecto óptico simula el final de la carretera, y que por tal naturaleza y conformidad se extreman la prudencia y la sensatez, sino en la entrada del pueblo, a partir del lugar conocido como “el primer alto”, donde están los silos. Desde este punto hasta escasos metros antes de llegar a la citada curva, las velocidades desarrolladas son dignas del mejor circuito de F-1. Y para acrecentar más el peligro, este tramo es el más concurrido, por estar comprendidos en él los dos bares, incrementándose el tránsito de personas en verano, con niños en bicicleta y personas que regresan de las piscinas. Esta afirmación es producto de la observación de las situaciones y estados, que me llevan a la conclusión de lo que expreso y del origen de ciertos efectos causados por el incivismo de algunos ciudadanos, de actitudes y comportamientos que transgreden las leyes con el peligro de vidas que de ello se deriva. Y para comprobarlo, te invito a sentarnos en la terraza de uno de los bares, y a la vez que disfrutamos, saboreando y degustando con delectación de una aromática copa de Ribera y de la complacencia de tu agradable compañía y amena y fluida conversación, veremos la insensatez de alocados conductores, practicando una conducción temeraria y peligrosa por las altas velocidades que llevan sus vehículos, sobrepasando los límites de velocidad establecidos a la entrada del pueblo. Y esto, para mí es más peligroso. No obstante, hay prioridades. He comentado con las autoridades correspondientes del pueblo tal situación, para que pongan los medios que a ellos les competan, correspondan y atañan como tales, y se leen este escrito, que les sirva de recordatorio para llevar a cabo su corrección en evitación de males mayores. Saludos
¡PAZ Y BIEN! ¡SALUD Y ALEGRÍA!
Paco García Sánchez.- Valladolid
Sin valorar la calidad y belleza de las fotografías, que indudablemente las tienen, y máxime cuando el artífice y autor es aficionado, me imagino, se añade e incrementa el mérito, apreciación y reconocimiento de las cosas hechas por el natural sentido de la belleza y no sólo por la aprendida especialización. Pero hay algunas manifestaciones y expresiones sobre las fotos, que quiero resaltar, algunas sobrecogedoras, refiriéndote a las nevadas y que según tus vaticinios y presagios, “no vamos a tener ocasión para contemplar el fenómeno meteorológico en la vida real” ¡Tétrico ¿no? Es un futuro apocalíptico, tenebroso y espantoso el que presentas y que dan ganas de meterse en la cama cubierto de sábanas y mantas y así hasta el Juicio Final. Desconozco tu edad, pero ten seguro que volverás a ver el maravilloso espectáculo del pueblo cubierto de nieve y jugarás lanzando bolas, y si coincidimos en el pueblo en semejante momento, me lanzarás una…o varias y hasta crearás el popular muñeco de nieve. ¡Ya lo verás! ¡Arriba los ánimos, leñe!
En cuanto a la foto que muestra la carretera SA-801 y que atraviesa el pueblo, efectiva y realmente entraña un peligro latente y permanente, dado el intenso y constante tráfico de vehículos de todas las características que por ella circulan, y que siendo una carretera catalogada, creo, en la escala de la red vial, no ya nacional, sino provincial, de categoría e importancia inferiores, es el tránsito y paso, yo diría que obligados, de los pueblos de todos conocidos, para su comunicación y contacto ya comerciales, ya lúdicos, ya culturales y sanitarios con el núcleo comarcal de Peñaranda. De aquí se deriva la densidad del tráfico, creo yo. Sin magnificar, exagerar y sin excesivas desproporciones, es más intenso el tráfico en esta carretera, que la de Peñaranda-Medina del Campo, la que con cierta frecuencia transito. Te informo que existe un proyecto, creo que lo sabrás al menos, de desviación de la carretera por el exterior, circunvalando el pueblo, de fecha de ejecución fijada y determinada, desconocida para mí. Pero intuyo, no obstante, que va para largo, dada la reforma, reparación y ampliación que últimamente se ha hecho.
Efectivamente, el trazado de la carretera, clara e indudablemente peligroso, y que necesita una modificación, cumplimiento y ejecución del proyecto indicado, ¡lleva así toda la vida! Pero te diré que, excepto un accidente con muerte que hubo años ha, no imputable ni achacable al diseño de la vía, ¡en toda la vida! que yo recuerde, se ha producido accidente alguno. Sin embargo, el punto peligroso para mí, no está en esa invisible curva, donde, efectivamente, el efecto óptico simula el final de la carretera, y que por tal naturaleza y conformidad se extreman la prudencia y la sensatez, sino en la entrada del pueblo, a partir del lugar conocido como “el primer alto”, donde están los silos. Desde este punto hasta escasos metros antes de llegar a la citada curva, las velocidades desarrolladas son dignas del mejor circuito de F-1. Y para acrecentar más el peligro, este tramo es el más concurrido, por estar comprendidos en él los dos bares, incrementándose el tránsito de personas en verano, con niños en bicicleta y personas que regresan de las piscinas. Esta afirmación es producto de la observación de las situaciones y estados, que me llevan a la conclusión de lo que expreso y del origen de ciertos efectos causados por el incivismo de algunos ciudadanos, de actitudes y comportamientos que transgreden las leyes con el peligro de vidas que de ello se deriva. Y para comprobarlo, te invito a sentarnos en la terraza de uno de los bares, y a la vez que disfrutamos, saboreando y degustando con delectación de una aromática copa de Ribera y de la complacencia de tu agradable compañía y amena y fluida conversación, veremos la insensatez de alocados conductores, practicando una conducción temeraria y peligrosa por las altas velocidades que llevan sus vehículos, sobrepasando los límites de velocidad establecidos a la entrada del pueblo. Y esto, para mí es más peligroso. No obstante, hay prioridades. He comentado con las autoridades correspondientes del pueblo tal situación, para que pongan los medios que a ellos les competan, correspondan y atañan como tales, y se leen este escrito, que les sirva de recordatorio para llevar a cabo su corrección en evitación de males mayores. Saludos
¡PAZ Y BIEN! ¡SALUD Y ALEGRÍA!
Paco García Sánchez.- Valladolid