PALABRAS EN DESUSO.-5ª (Continuación
-REDE (REDIL):- Vocablo no encontrado en ningún diccionario, pero esta voz era usada para denominar los rediles o apriscos que los pastores formaban para la recogida del ganado en distintos lugares del término, custodiados, en ausencia del pastor, por enormes mastines, que con sus ladridos roncos, ásperos y broncos, creadores de miedos nocturnos, como brotando de la profunda obscuridad de la noche, ahuyentaban y hacían desistir de cualquier intento de ataque al ganado. Deduzco que “rede”, por deformación, era el singular de redes. 1.- Aparejo hecho con hilos, cuerdas o alambres trabados en forma de mallas, y convenientemente dispuesto para pescar, cazar, cercar, sujetar, etc. 2.-Aprisco cercado con un vallado de estacas y redes, o de trozos de barrera armados con listones. En el DRAE existe más acepciones del término redil o aprisco.
-REBATIÑA:- 1.-Acción de coger deprisa algo entre muchos que quieren cogerlo a la vez. 2.-Concurrir a porfía a coger algo, arrebatándoselo de las manos unos a otros. Está en el DRAE, DUE y el diccionario del castellano tradicional.
Costumbre, la cual para nosotros era más conocida, de lanzar los padrinos de bautizos y bodas puñados de dulces, confites, y si el valedor de turno era excesivamente rumboso, hasta monedas.
Y allí, esperando a la puerta de la iglesia a que finalizara la ceremonia religiosa, -y a lo largo del recorrido hasta el domicilio familiar-, estábamos la chiquillería dispuesta y apostada estratégicamente, para, interpretando el canto de guerra de “padrino roñoso que cojo al niño y lo tiro al pozo”, provocar su ánimo generoso, dadivoso y liberal, a fin de que lanzase al aire el ansiado y esperado don, que como maná bíblico caía sobre nuestras cabezas, y en ese instante, entre el enredo, el bullicio, la maraña y la confusión de cuerpos, se producían las caídas, codazos, empellones y empujones para hacerse con la mayor cantidad de dulces y monedas. Y como en todos los órdenes de la vida, los más atrevidos, fuertes y ”vivillos” eran los triunfantes, incluso de la rapiña a los más débiles.
-ACIGUAR:-Falta de tino, habilidad o despropósito para hacer algún menester. No lo encuentro en ningún diccionario. Por el sentido y el valor de la palabra en la composición y formación de la frase, deduzco su significado que al principio hago constar.
-ACIAL:- Instrumento con que, oprimiendo un labio, la parte superior del hocico, o una oreja de las bestias, se las hacía estar quietas mientras las herraban, curaban o esquilaban. El acial es, o era, como recordaréis, un instrumento formado por dos palos fuertes dentados o por dos barras de hierro, unidas en uno de los extremos por un pernio y en el otro por una cuerda que se apretaba según necesidad, hasta obtener el fin deseado. Estampa común y típica era ver, en la trasera del tío Olimpio, al Sr. Agualimpia, rodeado como ayudantes a los propietarios de los animales dispuesto al herraje. Por obligación e imperativo legal, los medios de difusión audiovisuales debieran de disponer de ellos, me refiero a los aciales, para colocarlos en los labios de algunos tertulianos. ¿A que sí? ¡Gracias!
-TACHUELA:- 1.-Clavo corto y de cabeza grande. 2.- Tiritona, sucesión de escalofríos, definición del Dic. del castellano tradicional
-CHALÁN:- Que trata en compras y ventas, especialmente de caballos u otras bestias, y tiene para ello maña y persuasiva. Tratante de ganado. Era habitual, en aquellos tiempos y en determinadas épocas del año, su presencia por nuestra comarca, mayormente de etnia gitana, con su genuina, gallarda, altiva, arrogante y suficiente personalidad, ataviados con la tradicional indumentaria, largos blusones, sombreros y cayados, algunos artísticamente labrados y usados con aristocrática elegancia y maestría, formando con su cayada, imaginarias figuras aéreas en el acompañamiento de la acción, en los ademanes, en los movimientos y gestos de los diálogos. Se expresaban con calor, vehemencia y apasionamiento en la exposición de las cualidades y méritos de sus productos e imperfecciones y defectos ajenos. Su idiosincrasia “chalanera” estaba formada y constituida por unas cualidades y aptitudes magistrales, envolventes y persuasivas en la habilidad y sagacidad del uso de una genuina y peculiar oratoria y de un refinamiento sutil, afectado y delicado en el trato o chalaneo, que les facultaban para conseguir, de manera segura, el beneficio e interés perseguidos, a través de su prodigiosa verborrea, no disfrazada de terminología técnica o en subterfugios conceptuales. Eran poseedores de una psicología y una sabiduría naturales, propias del constante aprendizaje que la escuela de la vida proporciona, dominadores y conocedores de todas las artes del chalaneo, y que les capacitaban para conocer a la persona, por medio de sus reacciones, sus modulaciones en la voz, su lenguaje gesticular, siempre posicionados en planos y dimensiones más elevados que su oponente para obtener y conseguir, a través de su hábil, persuasiva y halagadora elocuencia, llegando si fuera preciso a la adulación personal, los fines perseguidos. Era un mundo de difícil acceso, hermético, propio de clanes familiares y transmitido de padres a hijos, a semejanza de una sociedad secreta con sus códigos de comportamientos y conductas, infranqueables para el neófito.
-Examinaban y analizaban inquisitiva y minuciosamente, toda la anatomía del animal en cuestión-, burros, mulos, caballos-, desde sus ojos, para descubrir algún defecto o carencia visual (nubes en los ojos), corvejones, hasta tantear lomo y barriga para comprobar su estado de salud. Pero lo más sorprendente y enigmático para mí, fue observar, cuando, de pequeño, mi padre me llevó en alguna ocasión al mercado de ganado, en el Teso de Peñaranda, creo recordar, cómo, levantando el belfo del animal, calculaban la edad observando la estructura de su dentadura. Supe de la condición y cualidad de estas personas para ello, al correr de los tiempos. ¡Por cierto! Cuando se cerraba un trato, la validez del acuerdo de la operación se firmaba con un apretón de manos y posterior alboroque. ¡Mundo mágico!
-ZAURIL:-Niño inquieto, rebelde y vivaracho. Esta definición la recoge solamente el Dic. del castellano tradicional. Supongo que es una deformación de zahorí, que la DRAE la define como: 1.- Persona a quien se atribuye la facultad de descubrir lo que está oculto, especialmente manantiales subterráneos. 2.- Persona perspicaz y escudriñadora, que descubre o adivina fácilmente lo que otras personas piensan o sienten. Los maños dicen zaurín, para expresar lo mismo que zauril. No sabías si cuando te lo llamaban era una cualidad o un defecto, un insulto, un piropo o una lisonja. Era muy habitual y usado este calificativo en nuestra infancia.
Saludos
¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez desde Valladolid, con día templado y lluvioso.
-REDE (REDIL):- Vocablo no encontrado en ningún diccionario, pero esta voz era usada para denominar los rediles o apriscos que los pastores formaban para la recogida del ganado en distintos lugares del término, custodiados, en ausencia del pastor, por enormes mastines, que con sus ladridos roncos, ásperos y broncos, creadores de miedos nocturnos, como brotando de la profunda obscuridad de la noche, ahuyentaban y hacían desistir de cualquier intento de ataque al ganado. Deduzco que “rede”, por deformación, era el singular de redes. 1.- Aparejo hecho con hilos, cuerdas o alambres trabados en forma de mallas, y convenientemente dispuesto para pescar, cazar, cercar, sujetar, etc. 2.-Aprisco cercado con un vallado de estacas y redes, o de trozos de barrera armados con listones. En el DRAE existe más acepciones del término redil o aprisco.
-REBATIÑA:- 1.-Acción de coger deprisa algo entre muchos que quieren cogerlo a la vez. 2.-Concurrir a porfía a coger algo, arrebatándoselo de las manos unos a otros. Está en el DRAE, DUE y el diccionario del castellano tradicional.
Costumbre, la cual para nosotros era más conocida, de lanzar los padrinos de bautizos y bodas puñados de dulces, confites, y si el valedor de turno era excesivamente rumboso, hasta monedas.
Y allí, esperando a la puerta de la iglesia a que finalizara la ceremonia religiosa, -y a lo largo del recorrido hasta el domicilio familiar-, estábamos la chiquillería dispuesta y apostada estratégicamente, para, interpretando el canto de guerra de “padrino roñoso que cojo al niño y lo tiro al pozo”, provocar su ánimo generoso, dadivoso y liberal, a fin de que lanzase al aire el ansiado y esperado don, que como maná bíblico caía sobre nuestras cabezas, y en ese instante, entre el enredo, el bullicio, la maraña y la confusión de cuerpos, se producían las caídas, codazos, empellones y empujones para hacerse con la mayor cantidad de dulces y monedas. Y como en todos los órdenes de la vida, los más atrevidos, fuertes y ”vivillos” eran los triunfantes, incluso de la rapiña a los más débiles.
-ACIGUAR:-Falta de tino, habilidad o despropósito para hacer algún menester. No lo encuentro en ningún diccionario. Por el sentido y el valor de la palabra en la composición y formación de la frase, deduzco su significado que al principio hago constar.
-ACIAL:- Instrumento con que, oprimiendo un labio, la parte superior del hocico, o una oreja de las bestias, se las hacía estar quietas mientras las herraban, curaban o esquilaban. El acial es, o era, como recordaréis, un instrumento formado por dos palos fuertes dentados o por dos barras de hierro, unidas en uno de los extremos por un pernio y en el otro por una cuerda que se apretaba según necesidad, hasta obtener el fin deseado. Estampa común y típica era ver, en la trasera del tío Olimpio, al Sr. Agualimpia, rodeado como ayudantes a los propietarios de los animales dispuesto al herraje. Por obligación e imperativo legal, los medios de difusión audiovisuales debieran de disponer de ellos, me refiero a los aciales, para colocarlos en los labios de algunos tertulianos. ¿A que sí? ¡Gracias!
-TACHUELA:- 1.-Clavo corto y de cabeza grande. 2.- Tiritona, sucesión de escalofríos, definición del Dic. del castellano tradicional
-CHALÁN:- Que trata en compras y ventas, especialmente de caballos u otras bestias, y tiene para ello maña y persuasiva. Tratante de ganado. Era habitual, en aquellos tiempos y en determinadas épocas del año, su presencia por nuestra comarca, mayormente de etnia gitana, con su genuina, gallarda, altiva, arrogante y suficiente personalidad, ataviados con la tradicional indumentaria, largos blusones, sombreros y cayados, algunos artísticamente labrados y usados con aristocrática elegancia y maestría, formando con su cayada, imaginarias figuras aéreas en el acompañamiento de la acción, en los ademanes, en los movimientos y gestos de los diálogos. Se expresaban con calor, vehemencia y apasionamiento en la exposición de las cualidades y méritos de sus productos e imperfecciones y defectos ajenos. Su idiosincrasia “chalanera” estaba formada y constituida por unas cualidades y aptitudes magistrales, envolventes y persuasivas en la habilidad y sagacidad del uso de una genuina y peculiar oratoria y de un refinamiento sutil, afectado y delicado en el trato o chalaneo, que les facultaban para conseguir, de manera segura, el beneficio e interés perseguidos, a través de su prodigiosa verborrea, no disfrazada de terminología técnica o en subterfugios conceptuales. Eran poseedores de una psicología y una sabiduría naturales, propias del constante aprendizaje que la escuela de la vida proporciona, dominadores y conocedores de todas las artes del chalaneo, y que les capacitaban para conocer a la persona, por medio de sus reacciones, sus modulaciones en la voz, su lenguaje gesticular, siempre posicionados en planos y dimensiones más elevados que su oponente para obtener y conseguir, a través de su hábil, persuasiva y halagadora elocuencia, llegando si fuera preciso a la adulación personal, los fines perseguidos. Era un mundo de difícil acceso, hermético, propio de clanes familiares y transmitido de padres a hijos, a semejanza de una sociedad secreta con sus códigos de comportamientos y conductas, infranqueables para el neófito.
-Examinaban y analizaban inquisitiva y minuciosamente, toda la anatomía del animal en cuestión-, burros, mulos, caballos-, desde sus ojos, para descubrir algún defecto o carencia visual (nubes en los ojos), corvejones, hasta tantear lomo y barriga para comprobar su estado de salud. Pero lo más sorprendente y enigmático para mí, fue observar, cuando, de pequeño, mi padre me llevó en alguna ocasión al mercado de ganado, en el Teso de Peñaranda, creo recordar, cómo, levantando el belfo del animal, calculaban la edad observando la estructura de su dentadura. Supe de la condición y cualidad de estas personas para ello, al correr de los tiempos. ¡Por cierto! Cuando se cerraba un trato, la validez del acuerdo de la operación se firmaba con un apretón de manos y posterior alboroque. ¡Mundo mágico!
-ZAURIL:-Niño inquieto, rebelde y vivaracho. Esta definición la recoge solamente el Dic. del castellano tradicional. Supongo que es una deformación de zahorí, que la DRAE la define como: 1.- Persona a quien se atribuye la facultad de descubrir lo que está oculto, especialmente manantiales subterráneos. 2.- Persona perspicaz y escudriñadora, que descubre o adivina fácilmente lo que otras personas piensan o sienten. Los maños dicen zaurín, para expresar lo mismo que zauril. No sabías si cuando te lo llamaban era una cualidad o un defecto, un insulto, un piropo o una lisonja. Era muy habitual y usado este calificativo en nuestra infancia.
Saludos
¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez desde Valladolid, con día templado y lluvioso.