ALDEASECA DE LA FRONTERA: ¡Hola, Adrián!...

¡Hola, Adrián!

Puesto que me formulas una pregunta en tu último escrito, me resulta, más que un desaire y un acto de obligada cortesía y debido cumplimiento, una falta de respeto y consideración personal no satisfacer, por falta de respuesta dentro de mis posibilidades de convicción, tus deseos, procurando que no te produzcan confusión mis “discordantes escritos”. Hubiera sido, efectivamente, más oportuno y conveniente, realizar en el primer escrito, la explicación hecha en el segundo, y no dar la oportunidad de crear, de esta manera, un “problemilla” donde no existe tal, que originara una controversia y debate no buscados, aún cuando en muchas ocasiones, de ellos se extraen buenas conclusiones y sabias enseñanzas.

Hechas las matizaciones que he creído oportunas en mi segundo escrito al origen del ejemplar facsímil, insisto facsímil de Salamanca extraído del Diccionario original, a tu pregunta “ ¿de cuál de estos tomos es facsímil el tuyo?” como respuesta te remito a la evidente y patente explicación que sobre el asunto hace al respecto el editor, así como, para más aseguramiento de la firma del autor, la tenencia por la persona amiga que me obsequió con el ejemplar, de los originales del Diccionario para realizar tal trabajo ¡Qué más certeza de la firma!

Soy, a consejos y a conductas transmitidos por buenos maestros, un simple fisgador, husmeador y “curioseador “–perdón por la estrambótica palabra—de años ha, de cualquier saber, ciencia o facultad y permanecer en la vida en constante y abierto aprendizaje y no encerrarse, como es el caso que nos ocupa, en radicales y extremas puridades propias de eximios y egregios analistas, a cuyo círculo no pertenezco y de los que procuro aprender de ellos y aprehender sus conocimientos.

No me imagino al Sr. Madoz, Adrián, saliendo de su tumba encolerizada, airada y violentamente organizando una partida de caza de brujas contra aquellos, según tú, que por unos intereses espurios, autonómicos y regionalistas han contrariado, han degenerado y han decaído lo que tú crees como única finalidad y exclusiva naturaleza de la transmisión de ideas y principios de la obra. Bien pudiera ser, cambiando, con permiso, el sentido de tú pensamiento, -- y haciendo uso de mi derecho de emitir hipotéticos juicios y conjeturas en nombre del señor Madoz--, que mostrara éste conductas y comportamientos acordes con su condición civilizada, culta y patriótica con aquellos bárbaros e incivilizados causantes de tan ominosa y depravada aberración literaria, se felicitara, mostrara satisfacción y fuera partícipe de que su obra, a través de antologías, florilegios, selecciones o de cualquier tipo de disección o separación de las partes de un todo, sirviera para su estudio y conocimiento más profundos para llegar al todo y de propagar, divulgar y difundir por estos métodos, al margen de anhelos y ansias regionalistas y localistas, entre otras, tan voluminosa obra, que dada su magnitud, para muchos quizá inaccesible.

Soy partidario, si a mi humilde idea se la consiente y autoriza a tener alguna influencia e incidencia en la aplicación y contribución de estos sistemas y metodologías de transmisión cultural, soy partidario como digo, de selecciones y fragmentos de una parte de obras, para llegar al conocimiento del todo, como he dicho más arriba. Hay infinidad de personas que escuchando el Himno de la Alegría – (Oda de la Alegría de Schiller), que es parte del todo de la Novena de Beethoven, o escuchando el espectacular y magistral dúo de Adán y Eva, dándole gracias a Dios por su creación, correspondiente al oratorio de la Creación de Haydn, sin olvidarnos del majestuoso Alleluya del oratorio El Mesías de Haendel, todo ello parte de una obra que ha inducido a estas personas, a ser apasionados y diletantes melómanos y conocedores de estas y otras grandes obras musicales. Otros muchos han leído varias veces el Quijote, porque tuvo un precedente en el conocimiento por episodios sueltos, que le animaron a conocerlo y disfrutarlo gratamente en su totalidad. Precisamente ¡qué curiosidad y coincidencia! Ayer veo un programa en Telemadrid titulado “Las noches blancas”, dirigido por el controvertido y admirado Sánchez Dragó, donde se presentan y se hacen comentarios y análisis literarios, con la participación de personajes críticos y autores del tema, y ayer, entre otros, participaba María Dolores Pradera en calidad de empedernida, tenaz e incansable lectora, siendo sus principios e inicios a tal afición, a través de selecciones y fragmentaciones o textos resumidos, para acometer más adelante empresas lectoras mayores, de más enjundia y contenido. Posiblemente unos y otros, allá en su eternidad, estén palmoteando con entusiasmo y delirio, y celebrando con júbilo el modo de obrar y el modo de dar a conocer y transmitir sus magnificas y extraordinarias obras, tanto musicales, literarias o pictóricas en pro de la cultura.

Bueno Adrián, hasta otra ocasión. Termino con este inesperado debate, y yo me remonto a “más altos vuelos” y me voy a contar algo sobre las cigüeñas, si me da de sí el escaso tiempo del que actualmente dispongo. Saludos.

¡PAZ Y BIEN!
Paco García Sánchez.- Valladolid (Con muchísimo frío)