Los rieles de hierro, traviesas y balastro han desaparecido de la plataforma por la que circularon los trenes que unían el norte y sur de España a través de Salamanca. Lo que se conoció como ruta ferroviaria de Vía de la Plata ha quedado desmantelada en sus infraestructuras, incluso el edificio que servía de estación de Arapiles ha sido demolido. La plataforma ha sido transformada en ruta verde para los amantes de la bicicleta o el senderismo; el transito de vehículos de cualquier tipo está prohibida, estos solamente pueden cruzarla por los lugares que antiguamente eran pasos a nivel. Fue una pena dejar morir el ferrocarril; espero que esta nueva ruta, con el tiempo, no deje de ser para el tránsito peatonal o bicicletas; mi deseo es que no ocurra lo mismo que sistemáticamente ha venido ocurriendo en este país con lo que eran calzadas o cordeles para el transito o trashumancia de ganados, ahora casi desaparecida por la falta de vigilancia del Estado y la voraz desvergüenza de quienes agregaron los márgenes de las mismas a sus propiedades.