No es que sea nuestra historia de forma directa, pero en este libro de Eugenio García Zarza, se nos muestras muchas similitudes con lo que pudo ocurrir en estos siglos si no propiamente dicho en el mismo pueblo, sí en el entorno cercano al mismo, por lo que me parece interesante dar a con ocerlo a todos los que os acercais al mismo.
Los despoblados – dehesas – salmantinos en el S. XVIII (Eugenio García Zarza)
El 6 de agosto de 1.811 queda abolido el régimen señorial sobre la tierra. Con esta medida los sres, perdieron el ejercicio de las funciones públicas y cobranza de impuestos inherentes a la jurisdicción y vasallaje, pero los convirtió en propietarios directos de la tierra sobre la que habían ejercido o tenían alguno de los derechos señoriales. Por ese motivo, pese a la abolición del régimen señorial, se conservó la estructura agraria existente en el Antiguo Régimen, continuando los nobles e instituciones civiles y religiosas como las mayores latifundistas. Las desamortizaciones del S. XIX no cambiaron esta estructura sino que produjo un cambio de las propiedades de las instituciones a manos de los que ya tenían más o de burgueses enriquecidos por otras actividades y que deseaban tierras; por ello el régimen de propiedad o estructura agraria salmantina, de finales del S. XVIII, ha llegado a nuestros días con escasas modificaciones. Razón por la que los latifundios ocupan gran extensión en la provincia.
Salamanca es una excepción en la submeseta norte en cuanto a la distribución de tierras, siendo mas parecida a Extremadura y Andalucìa occidental por el gran número de latifundios existente en la misma (dehesas). Tiene la peculiaridad que estos latifundios (llamados despoblados) surgieron en épocas y por causas diferentes que los del resto de España. No fueron latifundios que surgieron del poblamiento de la repoblación medieval, sino por la despoblación de numerosas aldeas y lugares ocurrido después de la reconquista.
Carlos III y el conde Romanones emprendieron la terea de devolver a estas aldeas la población perdida y sobre todo, que se incrementara la superficie cultivada y así aumentar la producción agrícola ya que estas extensiones estaban dedicadas en su mayoría a la ganadería extensiva. Fracasaron en su intento.
Manuscritos del S. XV existentes en la Biblioteca Nacional, nos narran los abusos cometidos por nobles salmantinos a finales del S XIV y principios del S XV, ocasionando con ello la despoblación de numerosas aldeas con el fin de apoderarse de sus tierras y convertirlas en latifundios.
En el S XVIII se pretende llevar a cabo una reforma agraria encaminada al aumento de tierras de cultivo y producción agrícola. Los ministros de los distintos gobiernos son conscientes de la desigualdad existente en el reparto de tierras y que hay grandes extensiones en manos de nobles y de instituciones religiosas que se hallan poco explotadas mientras existe una gran cantidad de demanda para cultivarlas.
El Conde Aranda, Campomanes, Marqués de Floridablanca y D. Pedro de Olavide, siendo éste último el que más se distinguió por su lucha contra estas desigualdades en el informe que hace para la reforma agraria, en el nos dice: “Uno de los males que padecemos es la desigual repartición de tierras y que las mas de ellas están en pocas manos, siendo constante que esto perjudica a la agricultura y al Estado por lo que las labranzas extensivas se cultivan peor que las menores y producen menos a proporción, encuentra sería muy conveniente reducir estas grandes labores y convertir los cortijos (dehesas) en pueblos por el medio de repartir las tierras de que se componen en suertes de cincuenta fanegas, con la obligación de edificar en cada una sus respectivas casas donde habitase el colono”…
El ministro Campomanes, también deja escrito:”La población, objeto principal de todo buen gobierno, nace del buen repartimiento de las tierras y de que se establezcan buenas leyes agrarias por virtud de la cual todo vecino tenga, a lo menos, repartimiento de tierras para una yunta, aunque para ello se a preciso limitar las labranzas de los grandes hacendados”
Por Real Cédula de 1.788 se permite cercar a los campesinos los olivares, viñedos, huertos, el libre transporte de grano y libertad de cultivos (patata, maíz americano, etc)
La expansión de la agricultura plantea un conflicto entre campesinos y ganaderos, ya desde los Reyes Católicos se resolvió a favor de la Mesta (poderosa organización ganadera)
Jovellanos también pone sobre la mesa los obstáculos para la agricultura en España.
Causas políticas.- Como los baldíos, las tierras concejiles, la apertura de las heredades, la prohibición de cercar las propiedades, la Mesta, los bienes de manos muertas, los mayorazgos y los latifundios.
Causas morales.- Prejuicios sobre los agricultores. (cargas sobre el campesino)
Causas físicas.- Medios de transporte defectuosos, ausencia de mercados, la falta de agua para regar los campos y las deficiencias en las técnicas agrícolas.
La despoblación y el atraso agrícola que afecta a muchas zonas y población rural, herencia de siglos anteriores, serán dos de los problemas más importantes del S. XVIII.
Dicha despoblación tenía en su origen casi los mismos factores que han provocado hoy el intenso éxodo rural: Dureza de vida, trabajos mal remunerados, desigualdad respecto a la población urbana, absentismo y abuso de los poderosos, pago de onerosos e injustos impuestos y estructuras arcaicas con un régimen de propiedad muy desigual.
Como veis he querido abrir de nuevo otro frente un poco generalizado sobre nuestras tierras puesto que lo más puntillista es mas elaborado y lleva mucho tiempo. De todas formas seguiremos haciendo lo que buenamente se pueda.
Hablando este verano con uno de los jóvenes del pueblo, me preguntaba cual era la compensación de este trabajo. Sencillamente el que sigais leyendo este foro y que podamos dar solución a algunas de las necesidades (sobre todo de los que están lejos de nosotros). Seguro que Claudio se lleva una alegría con el msm anterior. Esa es nuestra recompensa (al menos la mía)
Un saludo. rober.
Los despoblados – dehesas – salmantinos en el S. XVIII (Eugenio García Zarza)
El 6 de agosto de 1.811 queda abolido el régimen señorial sobre la tierra. Con esta medida los sres, perdieron el ejercicio de las funciones públicas y cobranza de impuestos inherentes a la jurisdicción y vasallaje, pero los convirtió en propietarios directos de la tierra sobre la que habían ejercido o tenían alguno de los derechos señoriales. Por ese motivo, pese a la abolición del régimen señorial, se conservó la estructura agraria existente en el Antiguo Régimen, continuando los nobles e instituciones civiles y religiosas como las mayores latifundistas. Las desamortizaciones del S. XIX no cambiaron esta estructura sino que produjo un cambio de las propiedades de las instituciones a manos de los que ya tenían más o de burgueses enriquecidos por otras actividades y que deseaban tierras; por ello el régimen de propiedad o estructura agraria salmantina, de finales del S. XVIII, ha llegado a nuestros días con escasas modificaciones. Razón por la que los latifundios ocupan gran extensión en la provincia.
Salamanca es una excepción en la submeseta norte en cuanto a la distribución de tierras, siendo mas parecida a Extremadura y Andalucìa occidental por el gran número de latifundios existente en la misma (dehesas). Tiene la peculiaridad que estos latifundios (llamados despoblados) surgieron en épocas y por causas diferentes que los del resto de España. No fueron latifundios que surgieron del poblamiento de la repoblación medieval, sino por la despoblación de numerosas aldeas y lugares ocurrido después de la reconquista.
Carlos III y el conde Romanones emprendieron la terea de devolver a estas aldeas la población perdida y sobre todo, que se incrementara la superficie cultivada y así aumentar la producción agrícola ya que estas extensiones estaban dedicadas en su mayoría a la ganadería extensiva. Fracasaron en su intento.
Manuscritos del S. XV existentes en la Biblioteca Nacional, nos narran los abusos cometidos por nobles salmantinos a finales del S XIV y principios del S XV, ocasionando con ello la despoblación de numerosas aldeas con el fin de apoderarse de sus tierras y convertirlas en latifundios.
En el S XVIII se pretende llevar a cabo una reforma agraria encaminada al aumento de tierras de cultivo y producción agrícola. Los ministros de los distintos gobiernos son conscientes de la desigualdad existente en el reparto de tierras y que hay grandes extensiones en manos de nobles y de instituciones religiosas que se hallan poco explotadas mientras existe una gran cantidad de demanda para cultivarlas.
El Conde Aranda, Campomanes, Marqués de Floridablanca y D. Pedro de Olavide, siendo éste último el que más se distinguió por su lucha contra estas desigualdades en el informe que hace para la reforma agraria, en el nos dice: “Uno de los males que padecemos es la desigual repartición de tierras y que las mas de ellas están en pocas manos, siendo constante que esto perjudica a la agricultura y al Estado por lo que las labranzas extensivas se cultivan peor que las menores y producen menos a proporción, encuentra sería muy conveniente reducir estas grandes labores y convertir los cortijos (dehesas) en pueblos por el medio de repartir las tierras de que se componen en suertes de cincuenta fanegas, con la obligación de edificar en cada una sus respectivas casas donde habitase el colono”…
El ministro Campomanes, también deja escrito:”La población, objeto principal de todo buen gobierno, nace del buen repartimiento de las tierras y de que se establezcan buenas leyes agrarias por virtud de la cual todo vecino tenga, a lo menos, repartimiento de tierras para una yunta, aunque para ello se a preciso limitar las labranzas de los grandes hacendados”
Por Real Cédula de 1.788 se permite cercar a los campesinos los olivares, viñedos, huertos, el libre transporte de grano y libertad de cultivos (patata, maíz americano, etc)
La expansión de la agricultura plantea un conflicto entre campesinos y ganaderos, ya desde los Reyes Católicos se resolvió a favor de la Mesta (poderosa organización ganadera)
Jovellanos también pone sobre la mesa los obstáculos para la agricultura en España.
Causas políticas.- Como los baldíos, las tierras concejiles, la apertura de las heredades, la prohibición de cercar las propiedades, la Mesta, los bienes de manos muertas, los mayorazgos y los latifundios.
Causas morales.- Prejuicios sobre los agricultores. (cargas sobre el campesino)
Causas físicas.- Medios de transporte defectuosos, ausencia de mercados, la falta de agua para regar los campos y las deficiencias en las técnicas agrícolas.
La despoblación y el atraso agrícola que afecta a muchas zonas y población rural, herencia de siglos anteriores, serán dos de los problemas más importantes del S. XVIII.
Dicha despoblación tenía en su origen casi los mismos factores que han provocado hoy el intenso éxodo rural: Dureza de vida, trabajos mal remunerados, desigualdad respecto a la población urbana, absentismo y abuso de los poderosos, pago de onerosos e injustos impuestos y estructuras arcaicas con un régimen de propiedad muy desigual.
Como veis he querido abrir de nuevo otro frente un poco generalizado sobre nuestras tierras puesto que lo más puntillista es mas elaborado y lleva mucho tiempo. De todas formas seguiremos haciendo lo que buenamente se pueda.
Hablando este verano con uno de los jóvenes del pueblo, me preguntaba cual era la compensación de este trabajo. Sencillamente el que sigais leyendo este foro y que podamos dar solución a algunas de las necesidades (sobre todo de los que están lejos de nosotros). Seguro que Claudio se lleva una alegría con el msm anterior. Esa es nuestra recompensa (al menos la mía)
Un saludo. rober.