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BARBADILLO: Hola Luis, no se si al final aunaremos posturas ante...

Hola Luis, no se si al final aunaremos posturas ante este acontecimiento tan decisivo para nuestras tierras.
He leído el libro del P. Cesar Morán sobre Salamanca y su historia, pero me convence más el escrito por JOSE LUIS SANCHEZ IGLESIAS sobre Salamanca y su Alfoz en la Edad Media (S. XII y XIII)
Trataré de poner los orígenes del descontento.

Del periodo de apogeo a la crisis de la Ciudad Salmantina.

.-La época de Alfonso VII.

A la muerte de Alfonso VI (1.109) pasa a reinar su hija mayor Dñª Urraca (1.109-1.126) casada con Raimundo, (del que tuvo al futuro rey Alfonso VII), viuda de éste fue obligada a casarse con el rey Alfonso I de Aragón y Navarra (1.104-1.134)
En 1.110 Alfonso de Aragón entra en Castilla y León con un fuerte ejército de aragoneses, navarros y normandos, esto origina grandes tensiones en las ciudades entre partidarios de la reina y los alfonsinos que ven en él un gran guerrero para luchar contra el islam.
Posteriormente se hace con el poder Alfonso VII en 1.126-1.157 que tiene que dedicarse a pacificar a los nobles y restablecer obispos afines a su causa en las sedes episcopales.
Mientras tanto en este periodo de tiempo los almorávides, situados en Andalucía, pierden su dominio africano que pasa a poder de una nueva secta bereber “almohades”. Y así mismo muere su tío “Alfonso el Batallador” 1.133 y su tía Teresa (casada con D. Enrique, primo de su padre Reimundo) por lo que se siente mas seguro en su trono.
Durante su reinado se suceden una serie de donaciones a la ciudad en cuanto a villas y aldeas por lo que Salamanca en este periodo toma gran importancia cuyos hombres en armas tienen la fuerza suficiente para extender sus dominios hasta los puntos mas avanzados de la frontera musulmana, conquistando el castillo de Albalat y asediando Coria, por entonces el hacer correrías por tierras de moros suponía un botín en cautivos, oro, plata, caballos, mulos, camellos, toros y vacas. Estas huestes llamadas “fronterizos” se organizaban según costumbre en grupos de mil, dos mil, cinco mil o diez mil caballeros adentrándose en tierras de dominio musulmán sin que rey o nobles se pusieran al frente de las mismas.
El castillo de Abalat, situado sobre el rio Tajo, cerca de Navalmoral, era el punto desde donde partían las aceifas muslimes sobre territorio salmantino, por lo que lo arrasaron totalmente (junto con las huestes abulenses). Las crónicas nunca hacen referencia a ejércitos leoneses o castellanos, si no que se refiere a ellos como “hombres de la Extremadura del Duero”
“…. Religiosos militares, precursores de los caballeros de las órdenes, que por penitencia o exaltación religiosa hacían la guerra sin tregua…. Llevaban un ropón pardo, llamándoles también fronteros y caballeros villanos”
Caballeros salmantinos de la época (1.136) Micael Dominiquiz, Gómez Sancho, Sancho Godomar, Velasco Enego, Martín Alfaiat, Monuio Sáncho…. Estos caballeros villanos poseen casas en la ciudad, también son dueños de posesiones en el campo, en aldeas, disfrutan de un alto nivel económico. Su forma de adquirirlo no parece que ofrezca dudas.
El reinado de Alfonso VII fue muy azaroso y problemático por lo que grupos de gentes abandonaron sus tierras dirigiéndose hacia territorio salmantino asentándose como hombres libres y así evitar la presión y los cargos a los que los sometían los poderosos, vinculándose a aldeas o núcleos urbanos.
Salamanca tiene una gran importancia como puesto fortificado que es por su situación estratégica, por lo que es escogida como base por el rey leonés para la conquista de Coria pasando a convertirse junto con Avila y Segovia una de las tres ciudades más importantes de la Extremadura. Todos los grupos que fueron llegando a ella, levantaron sus iglesias en los barrios que fueron poblando, impulsando fuertemente la economía, por entonces ya se está construyendo la catedral.
En 1.156 se crea una milicia de caballeros salmantinos llamada S. Julián del Pereiro, sujeta a la regla del Cister que daría lugar a la Orden de Alcántara. Esta milicia, aun dependiendo del control real, tiene tanta autonomía que en ocasiones hace razias por su cuenta, sin conde o representante real que los dirija. La defensa de estos territorios fronterizos corre a cargo de los guerreros-pastores asentados en el territorio y conocedores del terreno.
El auge político y económico atraen hacia el territorio salamantino grupos de pobladores que se van a ir instalando en la ciudad y parte de la Armuña principalmente con un gran intercambio comercial tanto de oro, como de esclavos entre la zona cristiana y musulmana convirtiéndola en una de las mas ricas del reino castellanoleonés.

Fernando II.- Fin de una época.
La división del reino por Alfonso VII, entre Fernando II (León y Galicia) y Alfonso VIII (Castilla). Deja a Salamanca en una situación delicada ante sus vecinos, ya que Portugal se había independizado anteriormente.
Salamanca queda bajo el reino de León, mientras Avila queda en Castilla situándose la frontera entre los dos reinos en la Calzada de la Plata o de la Guinea, cerca de Béjar, esto no debió resultar agradable ni para salmantinos ni para abulenses pues los situaba en diferentes reinos, incluso como enemigos a grupos que quizás tenían el mismo origen.
Portugal presionaba hacia el oeste amenazando el estrecho corredor que a los leoneses les quedaba hacia el sur poniendo en peligro las conquistas de éstos en la Transierra, en especial Coria (ahora punto avanzado del reino de León)
Siendo menor de edad Alfonso VIII, ya se inician por parte de Fernando II la intervención en el conflicto castellano entre dos linajes de nobles, los Castro y los Lara, apoderándose de parte del territorio castellano.
Pero el hecho mas preocupante se estaba produciendo en al- Andalus. Los almohades que desde 1.146 habían desembarcado en la península afianzando su poder en al Andalucía occidental y en la Extremadura meridional, habían iniciado una campaña para reunificar al-Andalus y recuperar los territorios perdidos desde la conquista cristiana de Toledo. La amenaza sobre la frontera del Tajo era evidente, como la amenaza sobre Coria (perteneciente a León) por lo que impulsa una repoblación sobre Ledesma y Ciudad Rodrigo (1.161), Ciudad Rodrigo como confluencia de las dos calzadas, la Colimbriana (Salamanca-Coimbra) y la Dalmacia, que cruza la Sierra de Gata por el actual puerto de Perales. Siendo detrás de Coria el segundo punto estratégico frente una agresión almohade y bastión frente a Portugal, quedando Ledesma en retaguardia, asignándole un gran alfoz y convirtiéndola en un centro de vital importancia para articular las comunicaciones con la parte norte del reino, Zamora y León, como con Alba y Salamanca.
Estas funciones las podía haber desempeñado Salamanca con más medios que C. Rodrigo y Ledesma, que Fernando II trata de organizar políticamente. Pero el alto grado de poder y autonomía que había logrado la ciudad salmantina, así como el origen de buena parte de sus pobladores y los de su territorio, lo que motivó al rey leonés a configurar sus baluartes defensivos frente a los presumibles ataques de sus enemigos, en la organización de otros dos concejos más fieles y leales a su persona que la ciudad de Salamanca, a la vez que recortaba en lo posible el poder de la misma, tanto en el sentido económico como político y demográfico.
Al recortar la influencia de la ciudad en beneficio de C. Rodrigo y Ledesma concediéndoles amplios territorios que anteriormente controlaba Salamanca, esto supuso un duro golpe a las posibilidades económicas y de expansión de la ciudad del Tormes y a sus caballeros, que vieron recortados y reducidos los territorios donde seguir desarrollando su medio de vida. La disminución del nº de habitantes en beneficio de C. Rodrigo y Ledesma, principalmente de gente dedicada a la guerra y por lo tanto beligerantes y difíciles de manejar, ya que están acostumbrados a seguir sus propias normas (fuero) y no obedecer más órdenes que las que ellos mismos se daban.
Fernando II formó los concejos de C. Rodrigo y Ledesma, dando al de Ciudad Rodrigo mayor rango, haciendo de ella sede episcopal dependiente de la sede de Santiago de Compostela tanto sus iglesias de la ciudad como de su término, las que existían como las que se pudiesen crear, así como sus monasterios. Sometía todos los clérigos a la autoridad del obispo y exentos de la autoridad real. A los salmantinos se les recortaba su amplio alfoz y se potenciaba la marcha de alguno de sus pobladores hacia el nuevo concejo, a la vez que se delimitaba el control que había venido teniendo sobre la Transierra desde 1.136, lo que repercutirá negativamente en las posibilidades de expansión política y económica de la ciudad. Por lo que no tardaré en reaccionar.

Un saludo Rober.