Se refiere al Fuero de la ciudad. Los pueblos estaban bajo la tutela de la misma.
El Fuero Salmantino
Estos fueros son puestos por escritos, o al menos la mayor parte, a mediados del S. XIII en un momento en que la política de los reyes trataba de injerir en el control de los municipios y dotarlos de un Fuero único y conjunto. Los municipios se defienden poniendo por escrito sus normas, tratando de resaltar sus privilegios y la antigüedad de estos.
La primera referencia documenta del Fuero de Salamanca (1.113). En el “fórum” se reflejaban los derechos particulares de un territorio.
En el tipo de sociedades extremaduranas, que se han estructurado teniendo en cuenta sus características “guerreras y pastoriles”, se configuró un asentamiento característico y peculiar que la historiografía ha denominado con el nombre de villas-frontera con peculiaridades propias y que, “alejadas del centro del poder” tenderían a su propio autogobierno. Por lo que crearon su propio derecho mediante la entrada en vigor de las normas consituedinarias, es decir, la costumbre, que los reyes ante la necesidad de una política de guerra, consienten y aprueban.
En aquellas nuevas poblaciones donde los nuevos “populatore” son mayoría, se someten al fuero común que surge del acuerdo entre las distintas “naturas”. Por ejem.- Según la costumbre, la venganza privada en caso de muerte corresponde a los familiares del difunto. Posteriormente esta venganza privada va dando paso a la justicia pública.
En los Fueros se recoge también cómo ha de seguir la provisión de cargos como el de mayordomo, quien deber preceder a quien con el estandarte de la cuidad y como formar el juzgado, etc..
Como fecha mas probable de la repoblación (organización política) 1.102 cuando el conde procede a la donación de una serie de iglesias al obispo de Salamanca (Jerónimo)
Nota.- Según Villar y Macias.- Cree que las cuatro barras del escudo de la ciudad de Salamanca se debe al conde de Urgel, Armengol VII que fue señor de Salamanca, Ledesma y de Barruecopardo, entre otros… entre 1.180 y 1.184.
Del libro Salamanca y su Alfoz, de J. L. Sánchez Iglesias.
El Fuero Salmantino
Estos fueros son puestos por escritos, o al menos la mayor parte, a mediados del S. XIII en un momento en que la política de los reyes trataba de injerir en el control de los municipios y dotarlos de un Fuero único y conjunto. Los municipios se defienden poniendo por escrito sus normas, tratando de resaltar sus privilegios y la antigüedad de estos.
La primera referencia documenta del Fuero de Salamanca (1.113). En el “fórum” se reflejaban los derechos particulares de un territorio.
En el tipo de sociedades extremaduranas, que se han estructurado teniendo en cuenta sus características “guerreras y pastoriles”, se configuró un asentamiento característico y peculiar que la historiografía ha denominado con el nombre de villas-frontera con peculiaridades propias y que, “alejadas del centro del poder” tenderían a su propio autogobierno. Por lo que crearon su propio derecho mediante la entrada en vigor de las normas consituedinarias, es decir, la costumbre, que los reyes ante la necesidad de una política de guerra, consienten y aprueban.
En aquellas nuevas poblaciones donde los nuevos “populatore” son mayoría, se someten al fuero común que surge del acuerdo entre las distintas “naturas”. Por ejem.- Según la costumbre, la venganza privada en caso de muerte corresponde a los familiares del difunto. Posteriormente esta venganza privada va dando paso a la justicia pública.
En los Fueros se recoge también cómo ha de seguir la provisión de cargos como el de mayordomo, quien deber preceder a quien con el estandarte de la cuidad y como formar el juzgado, etc..
Como fecha mas probable de la repoblación (organización política) 1.102 cuando el conde procede a la donación de una serie de iglesias al obispo de Salamanca (Jerónimo)
Nota.- Según Villar y Macias.- Cree que las cuatro barras del escudo de la ciudad de Salamanca se debe al conde de Urgel, Armengol VII que fue señor de Salamanca, Ledesma y de Barruecopardo, entre otros… entre 1.180 y 1.184.
Del libro Salamanca y su Alfoz, de J. L. Sánchez Iglesias.