El Rey no parece que perdone a los ciudadanos salmantinos, si no que los destierra, por lo menos a buen nº de ellos. También pudiera ser que estos se desterrasen voluntariamente para escapar del castigo real, refugiándose en el reino vecino de Portugal a cuyo rey habían aceptado como señor de la ciudad de Salamanca antes de la batalla de la Valmuza. El rey desposee a estos caballeros de sus propiedades y hace donación de ellas (o parte de ellas) al Obispo de Salamanca. La mayoría de estos caballeros ya no regresan a la ciudad, con el paso del tiempo otros volverán a ella después de años de ausencia, algunos ya solo para morir. Algunos de ellos ayudaron a Alfonso Enríquez de Portugal en su enfrentamiento con el rey Fernando II de León y la victoria de éste en los campos de Argañán los hubiese retenido en Portugal.
La ciudad también pagó las consecuencias, pues según documentos de la época, para juzgar determinados actos y delitos, no se hace referencia al Fuero de Salamanca, como si este hubiese quedado en suspenso. Es el castigo con el que el soberano sanciona a la ciudad por su osadía al rebelarse contra su autoridad. Los vecinos de la ciudad, que no perecieron en la batalla y no fueron desterrados tanto de la ciudad y posiblemente del reino, bien temporal o definitivamente también van a pagar la osadía de enfrentarse al rey; y su castigo será la pérdida durante un tiempo de sus privilegios y derechos que desde hacía tiempo venían disfrutando. Desde 1.167 a 1.173 la ciudad pierde sus derechos como realidad institucional siendo privada de toda actuación jurídica, por lo que tanto el Concejo como el Cabildo no existen a efectos de legalidad.
Por lo que se puede afirmar que la Batalla de la Valmuza no fue un simple episodio anecdótico contra el soberano leonés Fernando II, ni tan solo la exaltación del valor y arrogancia demostrada por los salmantinos según la historiografía local. Significó para Salamanca el fin de una época, de un largo periodo de tiempo en el que los salmantinos habían configurado su peculiar forma de vida. A partir de entonces la ciudad perderá, en gran medida su razón de ser, pues ésta la conformaban caballeros belicosos y arrogantes que habían hecho de la guerra su principal fuente de ingresos que completaban con el cuidado de sus rebaños. La ciudad más importante de toda la Extremadura (según los cronistas) era una ciudad por y para la guerra. Su situación geográfica y la evolución histórica hicieron de ella una ciudad eminentemente militar, lugar de concentración de numerosas huestes y punto de partida de razias hacia territorio musulmán. En definitiva una ciudad demasiado poderosa y autónoma como para encajar en el proyecto que el rey leonés tenía para su reino. Su población, constituida en buena medida por portugueses y familiares de los pobladores abulenses, no era la compañía más fiel para un rey que tenía graves problemas con portugueses y castellanos.
La repoblación oficial de C. Rodrigo fue la mecha que encendió un conflicto que mas pronto o mas tarde, hubiese terminado por estallar. Y vencido los caballeros salmantinos, el rey aprovechó el momento para debilitar a la ciudad y favorecer al Cabildo salmantino como recompensa a su fidelidad. A partir de esta fecha (1.163) la ciudad será otra, teniendo que reorientar su economía. Las razias y cabalgadas por tierras musulmanas se han acabado por lo que gran parte de sus ingresos se perdieron. Desde entonces la ciudad contribuirá a la “hueste real” cuando el rey lo demande y estará únicamente el tiempo que se estipula acompañando al soberano. Se acabaron los botines tan suculentos que la hicieron prosperar, dando un gran giro a su economía y pujanza social, trayendo a ella nuevos pobladores.
Como se puede ver en este episodio, la primera mitad del S. XII. la historia da a Salamanca su gran oportunidad. Es derrotada por las tropas reales.
Una segunda oportunidad le llega por su cultura. La Universidad da fama universal a su nombre. Es nuestro orgullo, espero sepamos conservarlo pues los poderes públicos hace tiempo que nos han dado la espalda. Aquella Salamanca que según Cervantes "enhechiza la voluntad de volver a ella" y que Unamuno la piropeaba "Salamanca, Salamanca... académica palanca.." aún vive.
Un saludo. Rober
La ciudad también pagó las consecuencias, pues según documentos de la época, para juzgar determinados actos y delitos, no se hace referencia al Fuero de Salamanca, como si este hubiese quedado en suspenso. Es el castigo con el que el soberano sanciona a la ciudad por su osadía al rebelarse contra su autoridad. Los vecinos de la ciudad, que no perecieron en la batalla y no fueron desterrados tanto de la ciudad y posiblemente del reino, bien temporal o definitivamente también van a pagar la osadía de enfrentarse al rey; y su castigo será la pérdida durante un tiempo de sus privilegios y derechos que desde hacía tiempo venían disfrutando. Desde 1.167 a 1.173 la ciudad pierde sus derechos como realidad institucional siendo privada de toda actuación jurídica, por lo que tanto el Concejo como el Cabildo no existen a efectos de legalidad.
Por lo que se puede afirmar que la Batalla de la Valmuza no fue un simple episodio anecdótico contra el soberano leonés Fernando II, ni tan solo la exaltación del valor y arrogancia demostrada por los salmantinos según la historiografía local. Significó para Salamanca el fin de una época, de un largo periodo de tiempo en el que los salmantinos habían configurado su peculiar forma de vida. A partir de entonces la ciudad perderá, en gran medida su razón de ser, pues ésta la conformaban caballeros belicosos y arrogantes que habían hecho de la guerra su principal fuente de ingresos que completaban con el cuidado de sus rebaños. La ciudad más importante de toda la Extremadura (según los cronistas) era una ciudad por y para la guerra. Su situación geográfica y la evolución histórica hicieron de ella una ciudad eminentemente militar, lugar de concentración de numerosas huestes y punto de partida de razias hacia territorio musulmán. En definitiva una ciudad demasiado poderosa y autónoma como para encajar en el proyecto que el rey leonés tenía para su reino. Su población, constituida en buena medida por portugueses y familiares de los pobladores abulenses, no era la compañía más fiel para un rey que tenía graves problemas con portugueses y castellanos.
La repoblación oficial de C. Rodrigo fue la mecha que encendió un conflicto que mas pronto o mas tarde, hubiese terminado por estallar. Y vencido los caballeros salmantinos, el rey aprovechó el momento para debilitar a la ciudad y favorecer al Cabildo salmantino como recompensa a su fidelidad. A partir de esta fecha (1.163) la ciudad será otra, teniendo que reorientar su economía. Las razias y cabalgadas por tierras musulmanas se han acabado por lo que gran parte de sus ingresos se perdieron. Desde entonces la ciudad contribuirá a la “hueste real” cuando el rey lo demande y estará únicamente el tiempo que se estipula acompañando al soberano. Se acabaron los botines tan suculentos que la hicieron prosperar, dando un gran giro a su economía y pujanza social, trayendo a ella nuevos pobladores.
Como se puede ver en este episodio, la primera mitad del S. XII. la historia da a Salamanca su gran oportunidad. Es derrotada por las tropas reales.
Una segunda oportunidad le llega por su cultura. La Universidad da fama universal a su nombre. Es nuestro orgullo, espero sepamos conservarlo pues los poderes públicos hace tiempo que nos han dado la espalda. Aquella Salamanca que según Cervantes "enhechiza la voluntad de volver a ella" y que Unamuno la piropeaba "Salamanca, Salamanca... académica palanca.." aún vive.
Un saludo. Rober
Hola Rober. Aunque no participe escribiendo sí que sigo el foro, me invitó Luis de Canillas a verlo y me parece encomiable tu labor. Es un repaso de la historia sobre el fondo de un pequeño pueblo. Os invito a visitar mi web sobre Montemayor del Río, si hay alguien que entre en el foro ysea de esa zona.
Un saludo.
Miguel
Un saludo.
Miguel