En S. Julián de la Valmuza (la villa romana está debajo del actual caserío) aparecieron diferentes mosaicos, uno de ellos representando el mito de Pegaso. Lo que aseguran los estudiosos es que esta villa residencial era muy lujosa y cuyo propietario tenía la cultura suficiente para conocer y gustar de los mitos clásicos. (mosaico descubierto en 1.801)
Estas villas se asientan en los terrenos más fértiles de la provincia, en los valles aluviales por sedimentos del terciario y cuaternario, en oposición al hábitat rural indígena representado por los castros que se concentran en los terrenos paleozoicos de occidente. Desde finales del S. I, por medio de pequeños o grandes propietarios se va introduciendo tanto las técnicas de cultivo como las formas de propiedad agraria, rompiendo con el pasado indígena.
La mayor parte de estas villas se sitúan cerca de cursos de agua pero construida sobre una altura que evite humedades y malos olores, para que proporcione unas condiciones de salubridad y permitan una cómoda vigilancia sobre el terreno circundante.
En esta época se conjugaba los pequeños asentamientos rurales romanos de pequeñas explotaciones agrarias con la existencia de grandes propiedades privadas (las villae) así como terrenos de propiedad pública indispensables para el mantenimiento de las fianzas de la ciudad.
Como moneda se impuso el denario de plata y el áureo de oro.
H. de Salamanca. Rober
Estas villas se asientan en los terrenos más fértiles de la provincia, en los valles aluviales por sedimentos del terciario y cuaternario, en oposición al hábitat rural indígena representado por los castros que se concentran en los terrenos paleozoicos de occidente. Desde finales del S. I, por medio de pequeños o grandes propietarios se va introduciendo tanto las técnicas de cultivo como las formas de propiedad agraria, rompiendo con el pasado indígena.
La mayor parte de estas villas se sitúan cerca de cursos de agua pero construida sobre una altura que evite humedades y malos olores, para que proporcione unas condiciones de salubridad y permitan una cómoda vigilancia sobre el terreno circundante.
En esta época se conjugaba los pequeños asentamientos rurales romanos de pequeñas explotaciones agrarias con la existencia de grandes propiedades privadas (las villae) así como terrenos de propiedad pública indispensables para el mantenimiento de las fianzas de la ciudad.
Como moneda se impuso el denario de plata y el áureo de oro.
H. de Salamanca. Rober