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BARBADILLO: Al principio de la llegada de los romanos a la Península,...

Al principio de la llegada de los romanos a la Península, la mayoría de los hispanii eran considerados peregrinos por lo que el dcho romano solo se aplicaba a sus propios ciudadanos que se trasladaban a España (comerciantes, soldados, funcionarios) y de forma excepcional se concedía la ciudadanía romana como recompensa u honor a miembros de la aristocracia indígena. (El íbero Moericus fue el primero).
También en ocasiones se concedía de forma colectiva como ocurrió en el año 89 a. C. por Cneo Pompeyo Estrabón a un escuadrón de treinta jinetes hispanos por su valentía en una batalla que se realizó cerca de Ascoli.
La romanización de algunos territorios, como la Bética fue rápido, ya que en el S. I a. C. estaba romanizada prácticamente en su totalidad.
En el año 73-74 d. C. el Emperador Vespasiano concedió el “ius latii” a todas las ciudades de la Península en gratitud por la fidelidad de sus habitantes en momentos políticos difíciles. Mediante esta concesión los hispanii recibieron la condición de latini colonarii lo que supuso que muchas ciudades indígenas pudieron organizarse como municipios romanos, con curia o senado y magistraturas municipales.
Poco a poco fue ampliándose la concesión de la ciudadanía, la mayor dificultad fue para la zona montañosa y el campo, dados sus configuraciones tribales era mas difícil la adaptación de la organización romana.
El emperador Antonio Caracalla otorgó a todos los súbditos del Imperio romano de la ciudadanía exceptuando a los dediticios con lo que se unificó el dcho (las leyes) en todo el territorio.
De la H. del Derecho de los pueblos. Rober.