Estructura social.- A.- Clases sociales.- El elemento predominante en la España romana continuó siendo la población indígena en tanto que la emigración de ciudadanos romanos no fue considerable. Ambos elementos llegarían a fundirse en el Alto Imperio dando lugar a la constitución de una sociedad hispanorromana a partir del s. II.
Desde el punto de vista social se distinguen dos grandes bloques: los libres y los esclavos.
En la Roma republicana entre los libres podían distinguirse dos clase diferentes: patricios, (senadores, que eran dueños de grandes propiedades) y plebeyos (artesanos, comerciantes, libertos, etc) entre ambas clases estaban los équites (ciudadanos acaudalados que podían costearse el servicio militar a caballo)
Durante el Alto imperio, la nobleza senatorial se fusionó con la de los équites dando lugar a una vigorosa clase media desarrollada principalmente en las ciudades, propietaria de grandes territorios que se convirtió en el gran soporte económico del Principado. Dando lugar a una jerarquización con un sistema de castas. Los honestiores (senadores, ilustres y especiales) humiliores (la plebe y los semilibres) y los mediocres (sacerdotes, militares, etc)
En el Bajo Imperio las anteriores diferencias se radicalizan, los honestiores que acaparan la aristocracia senatorial y burocracia, grandes propietarios y la burguesía ciudadana, los humiliores, la plebe urbana (comerciantes, artesanos) y rural (pequeños poseedores y colonos).
Esta organización vertebró a grandes rasgos la estructura social de la Península ibérica donde, al ponerse en contacto la población romana con la hispana, se operó la fusión de la nobleza indígena con la clase romana de los équites, en cuanto no podía compenetrarse con la nobleza senatorial que salvo excepciones puntuales, no se desplazó de Roma produciéndose también la fusión de ambas clases inferiores (cultivadores y plebe urbana) y los esclavos de uno y otro pueblo.
En el Bajo Imperio quedó constituida en las provincias hispánicas una sociedad formada por dos únicas clases sociales, una superior y poderosa poseedora de grandes latifundios y una clase media urbana empobrecida que había perdido su función rectora o rural de pequeños propietarios. Por debajo de estas dos capas se encontraba el pueblo formado por individuos de condición jurídica libre o con libertades restringidas como ser liberto, cliente o patrocinado a los que se les impedía abandonar la tierra que cultivaban (plebe urbana o plebe rural)
Existía también un gran número de esclavos que no tenían la consideración jurídica de personas, sino de cosa, estaban bajo la potestad de su dueño. En la condición de esclavo se incurría por haber nacido de padres esclavos, por cautiverio de guerra, por la entrega voluntaria del individuo en servidumbre (autoventa), por deuda en pago de una obligación contraída.
Además existían otro grupo como judíos y los extranjeros (bárbaros)
De la H. del Derecho de los pueblos. 9. Rober
Desde el punto de vista social se distinguen dos grandes bloques: los libres y los esclavos.
En la Roma republicana entre los libres podían distinguirse dos clase diferentes: patricios, (senadores, que eran dueños de grandes propiedades) y plebeyos (artesanos, comerciantes, libertos, etc) entre ambas clases estaban los équites (ciudadanos acaudalados que podían costearse el servicio militar a caballo)
Durante el Alto imperio, la nobleza senatorial se fusionó con la de los équites dando lugar a una vigorosa clase media desarrollada principalmente en las ciudades, propietaria de grandes territorios que se convirtió en el gran soporte económico del Principado. Dando lugar a una jerarquización con un sistema de castas. Los honestiores (senadores, ilustres y especiales) humiliores (la plebe y los semilibres) y los mediocres (sacerdotes, militares, etc)
En el Bajo Imperio las anteriores diferencias se radicalizan, los honestiores que acaparan la aristocracia senatorial y burocracia, grandes propietarios y la burguesía ciudadana, los humiliores, la plebe urbana (comerciantes, artesanos) y rural (pequeños poseedores y colonos).
Esta organización vertebró a grandes rasgos la estructura social de la Península ibérica donde, al ponerse en contacto la población romana con la hispana, se operó la fusión de la nobleza indígena con la clase romana de los équites, en cuanto no podía compenetrarse con la nobleza senatorial que salvo excepciones puntuales, no se desplazó de Roma produciéndose también la fusión de ambas clases inferiores (cultivadores y plebe urbana) y los esclavos de uno y otro pueblo.
En el Bajo Imperio quedó constituida en las provincias hispánicas una sociedad formada por dos únicas clases sociales, una superior y poderosa poseedora de grandes latifundios y una clase media urbana empobrecida que había perdido su función rectora o rural de pequeños propietarios. Por debajo de estas dos capas se encontraba el pueblo formado por individuos de condición jurídica libre o con libertades restringidas como ser liberto, cliente o patrocinado a los que se les impedía abandonar la tierra que cultivaban (plebe urbana o plebe rural)
Existía también un gran número de esclavos que no tenían la consideración jurídica de personas, sino de cosa, estaban bajo la potestad de su dueño. En la condición de esclavo se incurría por haber nacido de padres esclavos, por cautiverio de guerra, por la entrega voluntaria del individuo en servidumbre (autoventa), por deuda en pago de una obligación contraída.
Además existían otro grupo como judíos y los extranjeros (bárbaros)
De la H. del Derecho de los pueblos. 9. Rober