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BARBADILLO: Desde el S. III, la presión de los bárbaros sobre las...

Desde el S. III, la presión de los bárbaros sobre las fronteras romanas de occidente fue en aumento, lo que supuso un esfuerzo militar y una mayor presión fiscal. La división del Imperio hecha por Teodosio ente sus hijos Arcadio y Horacio y las sucesivas luchas entre los ejércitos romanos hacen que en la noche de Navidad del año 406, bandas de Alanos, Suevos y Vándalos asdingos y silingos crucen el Rhin helado entrando en el Imperio, de occidente devastando todo a su paso.
Con los pasos de los Pirineos sin defensa, la invasión se lleva a cabo en el 409 con gran facilidad; quedando los suevos y vándalos asdingos asentados en Galaecia, vándalos silingos en la Bética y Alanos en la Lusitania, quedando la Tarraconense libre de invasores.
Estas invasiones coinciden con revueltas campesinas. (bagaudas).
En el 415 llegan los visigodos, al mando de Ataulfo, como federados de Roma. Hay un periodo de unos cincuenta años donde se suceden las luchas entre los distintos pueblos germánicos o entre estos y los romanos y sus aliados los visigodos, lo que hizo inestable la vida social y política.
Los visigodos, al mando de Valia, exterminaron prácticamente a los vándalos silingos y a los alanos. Los suevos y vándalos asdingos de Galaecia, guerrean entre ellos, abandonando estos la Galicia y se establecen en la Cartaginense y la Bética, saqueando Cartagena y Sevilla, en el 425 pasan al note de Africa donde se asientan quedando tan solo los Suevos en Galicia y los visigodos.
El nº aproximado de godos que entró en la Península, sobre todo a partir de la derrota que sufrieron con los francos, se calcula entre 80.000 y 100.000, apenas representa el 2% sobre los 4.000.000 de hispano romanos que se considera habitaban en la Península, si bien los asentamientos principales fueron en la Meseta, tanto norte como sur del Sistema central, quedando al norte los vascones, cántabros y astures, así como los suevos en Galicia y norte de Portugal, teniendo como frontera estos últimos el Duero. Los visigodos al ser arrianos, tenían cementerios propios, uno de ellos cerca de Salvatierra de Tormes en Salamanca, S. V y VI, una vez convertidos al cristianismo fueron comunes los enterramientos. La mayoría de las villas desaparecieron, incluso algunas fueron arrasadas. En esta época la población fue preeminentemente rural, las ciudades con escasa población apenas influyeron sobre el entorno rural. Salvo Toledo, Zaragoza y Córdoba (Tarragona, Barcelona, Cartagena, Sevilla, Mérida y Braga (entre los suevos) las demás son insignificantes.
De la H. de Salmanca. 10