Los astures, desde muy antiguo se organizaban para realizar incursiones en los territorios hasta el Duero para conseguir botón y esclavos por lo que ya Roma y después los visigodos trataron de aminorar los efectos de estas acciones sobre los territorios vinculados a la romanización, pero desmantelada la capacidad militar romano-visigoda podían realizar de forma impune sus acciones predatorias sobre todo hasta el Duero.
Por lo que durante estos siglos del VIII al XII van a actuar sobre la población del territorio salmantino (si bien mantiene una independencia sobre los gobiernos leonés y andalusí) por un lado las invasiones astur-leonesas y por el otro la relativa conquista musulmana.
La consecuencia última de este complejo de acciones es que a mediados del S. VIII las grandes propiedades que la iglesia y la nobleza visigoda poseían en estos territorios son prácticamente eliminadas lo que llevó a la quiebra de las funciones de articulación social y económica que habían venido desempeñando en la fase terminal del sistema esclavista romano-visigodo. La base social se ve alterada al ser liberados como fuerza de trabajo en los latifundios, tanto si eran esclavos como campesinos dependientes, fuesen colonos o encomendados, por lo que es muy posible que esta población campesina no huyese hacia las montañas y litoral cantábrico puesto que no hay motivo para suponer que las sociedades o grupos del norte representasen un peligro menor que los nuevos invasores del sur. Por lo que la desarticulación del sistema político, desaparición de la aristocracia como grupo de poder y desaparición de un sistema integrador posibilitarían a este campesinado una total independencia respecto de un poder superior o ineficaz por lo que posiblemente comenzasen a emerger las antiguas formas ancestrales de organización social y económica teniendo su propia autonomía hasta que fueron integrados en el S. XII en el especio político castellano-leonés pero conservando en principio sus usos y costumbres vigentes (plasmados en fueros) cuando llegó la repoblación oficial del Alfonso VI.
De la H. de Salamanca. (14)
Por lo que durante estos siglos del VIII al XII van a actuar sobre la población del territorio salmantino (si bien mantiene una independencia sobre los gobiernos leonés y andalusí) por un lado las invasiones astur-leonesas y por el otro la relativa conquista musulmana.
La consecuencia última de este complejo de acciones es que a mediados del S. VIII las grandes propiedades que la iglesia y la nobleza visigoda poseían en estos territorios son prácticamente eliminadas lo que llevó a la quiebra de las funciones de articulación social y económica que habían venido desempeñando en la fase terminal del sistema esclavista romano-visigodo. La base social se ve alterada al ser liberados como fuerza de trabajo en los latifundios, tanto si eran esclavos como campesinos dependientes, fuesen colonos o encomendados, por lo que es muy posible que esta población campesina no huyese hacia las montañas y litoral cantábrico puesto que no hay motivo para suponer que las sociedades o grupos del norte representasen un peligro menor que los nuevos invasores del sur. Por lo que la desarticulación del sistema político, desaparición de la aristocracia como grupo de poder y desaparición de un sistema integrador posibilitarían a este campesinado una total independencia respecto de un poder superior o ineficaz por lo que posiblemente comenzasen a emerger las antiguas formas ancestrales de organización social y económica teniendo su propia autonomía hasta que fueron integrados en el S. XII en el especio político castellano-leonés pero conservando en principio sus usos y costumbres vigentes (plasmados en fueros) cuando llegó la repoblación oficial del Alfonso VI.
De la H. de Salamanca. (14)