La explotación ganadera tiene prioridad para la oligarquía salmantina que no permite según sus fueros el sembrar en grandes extensiones de su alfoz para que los ganados pasten en ellos, sobre todo en lo que llaman el extremo. Vacas, bueyes, cerdos y ovejas principalmente, sobre todo hasta el último cuarto de S XII. Por otra parte tenían la existencia de ganadería estante como bueyes y vacas destinados a realizar las diferentes tareas agrícolas de las que además tenían ingresos complementarios mediante la cría de terneros. Mulos, mulas, yeguas, asnos, aves de corral (ánsares, gallinas, ánades y palomas) completan la ganadería estante de este periodo.
De otro lado estaban las grandes cabañas ganaderas que controlaban los grandes propietarios que residían en la ciudad y formaban grandes cabañas ganaderas que sobrepasaba el término de la ciudad, yendo al extremo, es a la que suele referirse el Fuero salmantino.
Este predomino ganadero se traduciría en una serie de acuerdo entre los dueños de las grandes cabañas ganadera, o en algunas ocasiones, impuesto por el rey, traería como consecuencia la formación de nuevas mestas que posteriormente se reuniría en una sola, “la mesta”, fueron reconocidas por Alfonso X en 1.273.
La trashumancia de estos ganados fue dando origen a los cordeles de paso o cañadas reales.
A finales de S. XII se forman nuevos concejos en la zona de la sierra; Miranda del Castañar, Montemayor, Monleón, Herguijuela, Sotoserrano, Salvatierra, etc, con lo que se recorta el poder del Concejo salmantino dando prioridad a estos nuevos concejos para impulsar la repoblación de estas tierras. A partir del S. XIII, los grandes Sres, se van afianzando sobre la posesión de tierras que son las que comienzan a darle mayores rentas.
Salamanca y su alfoz S. XII y XIII de J. L. Sánchez Iglesias. (42)
De otro lado estaban las grandes cabañas ganaderas que controlaban los grandes propietarios que residían en la ciudad y formaban grandes cabañas ganaderas que sobrepasaba el término de la ciudad, yendo al extremo, es a la que suele referirse el Fuero salmantino.
Este predomino ganadero se traduciría en una serie de acuerdo entre los dueños de las grandes cabañas ganadera, o en algunas ocasiones, impuesto por el rey, traería como consecuencia la formación de nuevas mestas que posteriormente se reuniría en una sola, “la mesta”, fueron reconocidas por Alfonso X en 1.273.
La trashumancia de estos ganados fue dando origen a los cordeles de paso o cañadas reales.
A finales de S. XII se forman nuevos concejos en la zona de la sierra; Miranda del Castañar, Montemayor, Monleón, Herguijuela, Sotoserrano, Salvatierra, etc, con lo que se recorta el poder del Concejo salmantino dando prioridad a estos nuevos concejos para impulsar la repoblación de estas tierras. A partir del S. XIII, los grandes Sres, se van afianzando sobre la posesión de tierras que son las que comienzan a darle mayores rentas.
Salamanca y su alfoz S. XII y XIII de J. L. Sánchez Iglesias. (42)