Mirando y remirando los libros sobre nuestros antepasados, algo atrae mi curiosidad al comprobar la gran mortandad que existió en nuestro pueblo en un corto periodo de tiempo y la constante reseña del entonces sacerdote que asistía a los enfermos (mucho me temo que para boticas había pocos caudales en gran parte de los moradores) en donde hace incapié en que se le administraban los Santos Sacramentos de Extrema Unción, pero no el Sagrado Viático por no permitirlo la enfermedad o riesgo de vómito.
Compruebo por internet estas etapas y coinciden con las pestes de Cólera que azotaron a nuestro país durante el S. XIX, nuestro pueblo no fue una excepción.
El cólera, originario de India fue extendiéndose como una balsa de aceite por toda Asia y Europa a medida que fueron llegando los barcos que comerciaban con la India. Remedio para la enfermedad no se conocía. Fue el azote de dicho siglo que diezmaba principalmente a las capas menos favorecidas por carecer de higiene y medios con que alimentarse decentemente.
Como veis, nuestro pueblo también rebela parte de la historia común. Como nota quiero mostraros una partida de defunción del año 1.834 de una tal Manuela.
En el libro 139/17 pág-37 (Barbadillo) me encuentro con una nota de fecha 15 de Septiembre de 1.834 que considero merece la pena reseñar.
Nota considerable: Estas y las siguientes partidas hasta el día 26 de Septiembre en que falleció el Sr. Beneficiado no fueron puestas por él con motivo de hallarse seriamente ocupado en la asistencia de los atacados del cólera pues dejó apuntes exactos que me dirigen para estamparlos sin peligro de error. (Firmado por Vicente Penedo, cura ecónomo)
Al comprobar las partidas de defunción de estas fechas posteriores a la anotación, vemos que a todos los fallecidos se le administran los Santos Sacramentos de la penitencia y extremaunción pero no el sagrado viático por no permitirlo la enfermedad o riesgo de vómito. Son muchos los fallecidos durante estos meses de Septiembre, Octubre y Noviembre de 1.834. Estos, no dejan testamento, la mayoría por ser pobres y unos pocos debido a la enfermedad. El cólera visitó nuestro pueblo (al igual que grandes zonas de España durante los años 1.833 y 1.834).
Entre las partidas de defunción se encuentra la de una tal Manuela que me resulta curiosa y dice así: “En quince días del mes de Septiembre del año de mil ochocientos treinta y quatro falleció en este pueblo y se sepultó en el cementerio del mismo una infeliz pordiosera, cuyo nombre era Manuela; se ignora su apellido, pero vulgarmente se llamaba la remendona; No recibió sacramento alguno por lo repentino de su muerte, por esto y porque no tenía casa alguna de que disponer, no testó; era forastera y se ignora su patria natural, y para que conste lo firmo en Barbadillo y Septiembre 30 de 1.834.
Fr. Vicente Penedo.
Cura ecónomo.
Compruebo por internet estas etapas y coinciden con las pestes de Cólera que azotaron a nuestro país durante el S. XIX, nuestro pueblo no fue una excepción.
El cólera, originario de India fue extendiéndose como una balsa de aceite por toda Asia y Europa a medida que fueron llegando los barcos que comerciaban con la India. Remedio para la enfermedad no se conocía. Fue el azote de dicho siglo que diezmaba principalmente a las capas menos favorecidas por carecer de higiene y medios con que alimentarse decentemente.
Como veis, nuestro pueblo también rebela parte de la historia común. Como nota quiero mostraros una partida de defunción del año 1.834 de una tal Manuela.
En el libro 139/17 pág-37 (Barbadillo) me encuentro con una nota de fecha 15 de Septiembre de 1.834 que considero merece la pena reseñar.
Nota considerable: Estas y las siguientes partidas hasta el día 26 de Septiembre en que falleció el Sr. Beneficiado no fueron puestas por él con motivo de hallarse seriamente ocupado en la asistencia de los atacados del cólera pues dejó apuntes exactos que me dirigen para estamparlos sin peligro de error. (Firmado por Vicente Penedo, cura ecónomo)
Al comprobar las partidas de defunción de estas fechas posteriores a la anotación, vemos que a todos los fallecidos se le administran los Santos Sacramentos de la penitencia y extremaunción pero no el sagrado viático por no permitirlo la enfermedad o riesgo de vómito. Son muchos los fallecidos durante estos meses de Septiembre, Octubre y Noviembre de 1.834. Estos, no dejan testamento, la mayoría por ser pobres y unos pocos debido a la enfermedad. El cólera visitó nuestro pueblo (al igual que grandes zonas de España durante los años 1.833 y 1.834).
Entre las partidas de defunción se encuentra la de una tal Manuela que me resulta curiosa y dice así: “En quince días del mes de Septiembre del año de mil ochocientos treinta y quatro falleció en este pueblo y se sepultó en el cementerio del mismo una infeliz pordiosera, cuyo nombre era Manuela; se ignora su apellido, pero vulgarmente se llamaba la remendona; No recibió sacramento alguno por lo repentino de su muerte, por esto y porque no tenía casa alguna de que disponer, no testó; era forastera y se ignora su patria natural, y para que conste lo firmo en Barbadillo y Septiembre 30 de 1.834.
Fr. Vicente Penedo.
Cura ecónomo.