En este S. X lo que pretende el campesinado que emigra desde el otro lado del Duero hacia estas tierras es reproducir las condiciones de independencia de las que había gozado y eludir el sometimiento a la nobleza.
Entre el campesinado que inicia la colonización de la parte norte del Duero en el S. IX y el del S. X que coloniza las riberas del Tormes existe una gran diferencia tanto en el orden social como económico. Ahora es la familia como núcleo y la explotación familiar, siendo esta en la mayoría de los casos la que ostenta el pleno derecho de propiedad por lo que el campesino está familiarizado con la propiedad de la tierra y las desigualdades derivadas de la diferencia de riqueza por lo que se tiende a establecer diversas jerarquías sociales. Estas condiciones y el peligro derivado de la inmediatez del enemigo por la proximidad de frontera ofrecían a los que se arriesgaban en expediciones de saqueo contra las comunidades del otro lado del Sistema Central, el botín en bienes muebles, cabezas de ganado y en cautivos era una fuente de ingresos y por tanto de enriquecimiento personal, sin embargo la principal actividad económica estaba basada en la asociación de la agricultura y ganadería.
Otra de las condiciones que influyó para jerarquizar la sociedad está basada en la necesidad de militarización de la línea del Tormes ya que era una posición de vanguardia comprometida al desgajarse de estas comunidades la articulación política y social que las integraba en una estructura superior del reino de León, pero debido a las luchas de los nobles y debilidad real, aquí no llegaba la protección de la barrera de fortificaciones del Duero y ante las campañas de Almanzor fue un sector de la población, aquel que tenía mayor poder adquisitivo y podía disponer de caballo de guerra fuese adquiriendo la dirección de la lucha y la coordinación de la defensa, por lo que surgieron los caballeros-villanos como nobleza local asumiendo la organización de la vida de estas comunidades.
Estas comunidades campesinas independientes que no reconocían ningún poder por encima de su comunidad y que tampoco están integradas en un sistema político superior se van a ver sometidas por los centros de poder que coordinan la lucha y que están asumiendo el control del territorio
De la H. de Salamanca. 17
Entre el campesinado que inicia la colonización de la parte norte del Duero en el S. IX y el del S. X que coloniza las riberas del Tormes existe una gran diferencia tanto en el orden social como económico. Ahora es la familia como núcleo y la explotación familiar, siendo esta en la mayoría de los casos la que ostenta el pleno derecho de propiedad por lo que el campesino está familiarizado con la propiedad de la tierra y las desigualdades derivadas de la diferencia de riqueza por lo que se tiende a establecer diversas jerarquías sociales. Estas condiciones y el peligro derivado de la inmediatez del enemigo por la proximidad de frontera ofrecían a los que se arriesgaban en expediciones de saqueo contra las comunidades del otro lado del Sistema Central, el botín en bienes muebles, cabezas de ganado y en cautivos era una fuente de ingresos y por tanto de enriquecimiento personal, sin embargo la principal actividad económica estaba basada en la asociación de la agricultura y ganadería.
Otra de las condiciones que influyó para jerarquizar la sociedad está basada en la necesidad de militarización de la línea del Tormes ya que era una posición de vanguardia comprometida al desgajarse de estas comunidades la articulación política y social que las integraba en una estructura superior del reino de León, pero debido a las luchas de los nobles y debilidad real, aquí no llegaba la protección de la barrera de fortificaciones del Duero y ante las campañas de Almanzor fue un sector de la población, aquel que tenía mayor poder adquisitivo y podía disponer de caballo de guerra fuese adquiriendo la dirección de la lucha y la coordinación de la defensa, por lo que surgieron los caballeros-villanos como nobleza local asumiendo la organización de la vida de estas comunidades.
Estas comunidades campesinas independientes que no reconocían ningún poder por encima de su comunidad y que tampoco están integradas en un sistema político superior se van a ver sometidas por los centros de poder que coordinan la lucha y que están asumiendo el control del territorio
De la H. de Salamanca. 17