Órdenes militares y monasterios masculinos.- En tierras de Salamanca ningún monasterio adquirió el relieve y el patrimonio que tuvieron al Norte del Duero, pues fue un modelo distinto de ocupación del suelo y de organización eclesiástica que se apoya en la diócesis, los prelados y las parroquias. Las órdenes militares del Temple, Alcántara, Santiago y del Hospital poseyeron algunos pueblos en la provincia (Hopitalarios-Paradinas, donada por la reina Urraca…, el Temple-Armenteros…, Alcántara – Rollán…, Santiago- Barruecopardo, Ledesma, etc) En el S. XII los benedictinos se instalaron en Salamanca, los monstratenses en Alba y C. Rodrigo.
Entre las comunidades femeninas tenemos a un gran grupo de mujeres que ingresaba en los conventos no solo por vocación, sino que también lo hacían algunas mujeres que enviudaban o que por otras razones tenían ante sí un futuro de soledad. Entre ellas tenemos: Las Dueñas de San Esteban, seguidoras de la regla de San Benito, monasterio fundado por las monjas de Sta. María de Carvajal de León; El monasterio del Sancti Spíritus, consecuencia entre el acuerdo entre Martín Alonso y su mujer María Méndez con la Orden de Santiago muy arraiga en la sociedad salmantina y el Convento de Clarisas, formado por mujeres de combatientes en la guerra contra los musulmanes que desean compartir una vida de recogimiento mientras sus esposos están en campaña, y que buscan también la compañía y seguridad ante una posible desgracia familiar.
Ordenes mendicantes.- Los dominicos (primeras décadas del S. XIII) Encontraron muy pronto el espacio adecuado para su actividad en la predicación pública, que los clérigos seculares tenían abandonada por falta de preparación y, de manera complementaria, en la dirección privada de la conciencia de los feligreses. También se interesaron desde muy pronto por los estudios; tanto en sus conventos como en la Universidad se integran en las aulas y enseguida se detecta que cierto número de maestros proceden de conventos mendicantes. Los franciscanos adcritos en un principio a Santiago de Compostela
De la H. de S. (23)
Entre las comunidades femeninas tenemos a un gran grupo de mujeres que ingresaba en los conventos no solo por vocación, sino que también lo hacían algunas mujeres que enviudaban o que por otras razones tenían ante sí un futuro de soledad. Entre ellas tenemos: Las Dueñas de San Esteban, seguidoras de la regla de San Benito, monasterio fundado por las monjas de Sta. María de Carvajal de León; El monasterio del Sancti Spíritus, consecuencia entre el acuerdo entre Martín Alonso y su mujer María Méndez con la Orden de Santiago muy arraiga en la sociedad salmantina y el Convento de Clarisas, formado por mujeres de combatientes en la guerra contra los musulmanes que desean compartir una vida de recogimiento mientras sus esposos están en campaña, y que buscan también la compañía y seguridad ante una posible desgracia familiar.
Ordenes mendicantes.- Los dominicos (primeras décadas del S. XIII) Encontraron muy pronto el espacio adecuado para su actividad en la predicación pública, que los clérigos seculares tenían abandonada por falta de preparación y, de manera complementaria, en la dirección privada de la conciencia de los feligreses. También se interesaron desde muy pronto por los estudios; tanto en sus conventos como en la Universidad se integran en las aulas y enseguida se detecta que cierto número de maestros proceden de conventos mendicantes. Los franciscanos adcritos en un principio a Santiago de Compostela
De la H. de S. (23)