Muchas veces he oído las quejas sobre las riquezas de la iglesia.
Bueno, no le llovieron por obra y gracia del Espíritu Santo, sino que fue obra de una buena política organizativa a través de un largo periodo de tiempo.
Reorganización y crecimiento de los grandes señoríos.- En Salamanca el auge de los dominicos de S. Esteban se manifiesta en el crecimiento paralelo y equilibrado del nº de miembros del convento y del patrimonio, mientras que el cabildo reafirma su liderazgo entre las organizaciones eclesiásticas por su peso jurisdiccional, por la variedad de sus ámbitos de influencia y por la magnitud de sus propiedades y rentas. San Esteban se convierte en las últimas décadas del S. XV en uno de los conventos de más éxitos en España con 51 dominicos en 1.489, destaca sobre los de Valladolid, Segovia, Sevilla, Burgos, Toledo, etc.
El convento salmantino es el origen o lugar de formación de otros frailes que luego se trasladan de convento, por lo que la impronta salamantina se difunde por toda la geografía castellana.
En 1.490 los Reyes Católicos reconocieron a los frailes derechos sobre los bienes de los herejes que ingresaban en el fisco real, como ayuda para la construcción del convento y asignaron a S. Esteban las propiedades confiscadas a los herejes en los obispados de Salamanca, Zamora y C. Rodrigo.
Los dominicos inician el desarrollo de una política patrimonial que consiste en la tendencia a concentrar propiedades en pocos lugares pero próximos a la ciudad. El punto de partida suele ser una donación importante completada con adquisiciones realizadas directamente por el monasterio con la finalidad de controlar la mayor parte del lugar. Como sucedió en la zona de Valverdón donde los dominicos recibieron en donación la aldea de Zorita de Inés de Limoges en 1.328 por lo que comienzan las adquisiciones de Valcuevo, Rascón, Tesonera. También poseían la Torre de Perales, desde antes de 1.372; Pericalvo desde 1.450 … heredades en lugares como Golpejas, Porqueriza, etc.
Por regla general, el convento tan solo era el propietario de los lugares pero en algunos casos iban más allá pues también tenían jurisdicción sobre las personas pues consta que los frailes tenían solariegos y excusados de martiniega y de otros tributos tanto en los Villares de la Reina como en la Torre de Martín Pascual y en diversos pueblos que le pertenecían.
Los dominicos logran formar señoríos catedralicios con la concentración de propiedades hasta conseguir grandes cotos. A finales del S. XV era el mayor propietario de unos 25 lugares o en algunos casos como el único. Este patrimonio no es fruto de la casualidad sino de una política destinada a la formación de esos cotos cerrados de explotación totalmente privada. El cabildo realiza las compras más importantes en toda la Edad Media en lugares del Campo Charro, en la Valdobla, donde era desde tiempo atrás su gran propietario y además disponía de derechos jurisdiccionales. Algunos lugares disponían de castillo o torre, de vasallos y jurisdicción por lo que su titular podía considerarse al nivel de cualquier noble.
Y es que los canónigos se habían convertido en empresarios que dirigen personalmente la explotación de las fincas del cabildo. En las subastas participaban también laicos, pero con unas fianzas saneadas y la influencia de algunos familiares suyos, a finales de la Edad Media, gestionaban la explotación de más de la mitad de la tierra de la iglesia.
El ingreso más importante de la iglesia era el diezmo, que se repartía casi en su totalidad, salvo la tercia real, entre distintos eclesiásticos: el obispo, el arcediano, el párroco del lugar, la obra de la iglesia, el cabildo. Los canónigos tenían asignado un nº determinado como remuneración por su tarea, además de los ingresos por sus oficios litúrgicos, por lo que no sólo eran empresarios agricultores, sino también rentistas y protagonistas de arriesgadas operaciones económicas; una mezcla compleja de la que deriva sobre todo influencia y poder. (H. Salamanca. 29) Rober
Bueno, no le llovieron por obra y gracia del Espíritu Santo, sino que fue obra de una buena política organizativa a través de un largo periodo de tiempo.
Reorganización y crecimiento de los grandes señoríos.- En Salamanca el auge de los dominicos de S. Esteban se manifiesta en el crecimiento paralelo y equilibrado del nº de miembros del convento y del patrimonio, mientras que el cabildo reafirma su liderazgo entre las organizaciones eclesiásticas por su peso jurisdiccional, por la variedad de sus ámbitos de influencia y por la magnitud de sus propiedades y rentas. San Esteban se convierte en las últimas décadas del S. XV en uno de los conventos de más éxitos en España con 51 dominicos en 1.489, destaca sobre los de Valladolid, Segovia, Sevilla, Burgos, Toledo, etc.
El convento salmantino es el origen o lugar de formación de otros frailes que luego se trasladan de convento, por lo que la impronta salamantina se difunde por toda la geografía castellana.
En 1.490 los Reyes Católicos reconocieron a los frailes derechos sobre los bienes de los herejes que ingresaban en el fisco real, como ayuda para la construcción del convento y asignaron a S. Esteban las propiedades confiscadas a los herejes en los obispados de Salamanca, Zamora y C. Rodrigo.
Los dominicos inician el desarrollo de una política patrimonial que consiste en la tendencia a concentrar propiedades en pocos lugares pero próximos a la ciudad. El punto de partida suele ser una donación importante completada con adquisiciones realizadas directamente por el monasterio con la finalidad de controlar la mayor parte del lugar. Como sucedió en la zona de Valverdón donde los dominicos recibieron en donación la aldea de Zorita de Inés de Limoges en 1.328 por lo que comienzan las adquisiciones de Valcuevo, Rascón, Tesonera. También poseían la Torre de Perales, desde antes de 1.372; Pericalvo desde 1.450 … heredades en lugares como Golpejas, Porqueriza, etc.
Por regla general, el convento tan solo era el propietario de los lugares pero en algunos casos iban más allá pues también tenían jurisdicción sobre las personas pues consta que los frailes tenían solariegos y excusados de martiniega y de otros tributos tanto en los Villares de la Reina como en la Torre de Martín Pascual y en diversos pueblos que le pertenecían.
Los dominicos logran formar señoríos catedralicios con la concentración de propiedades hasta conseguir grandes cotos. A finales del S. XV era el mayor propietario de unos 25 lugares o en algunos casos como el único. Este patrimonio no es fruto de la casualidad sino de una política destinada a la formación de esos cotos cerrados de explotación totalmente privada. El cabildo realiza las compras más importantes en toda la Edad Media en lugares del Campo Charro, en la Valdobla, donde era desde tiempo atrás su gran propietario y además disponía de derechos jurisdiccionales. Algunos lugares disponían de castillo o torre, de vasallos y jurisdicción por lo que su titular podía considerarse al nivel de cualquier noble.
Y es que los canónigos se habían convertido en empresarios que dirigen personalmente la explotación de las fincas del cabildo. En las subastas participaban también laicos, pero con unas fianzas saneadas y la influencia de algunos familiares suyos, a finales de la Edad Media, gestionaban la explotación de más de la mitad de la tierra de la iglesia.
El ingreso más importante de la iglesia era el diezmo, que se repartía casi en su totalidad, salvo la tercia real, entre distintos eclesiásticos: el obispo, el arcediano, el párroco del lugar, la obra de la iglesia, el cabildo. Los canónigos tenían asignado un nº determinado como remuneración por su tarea, además de los ingresos por sus oficios litúrgicos, por lo que no sólo eran empresarios agricultores, sino también rentistas y protagonistas de arriesgadas operaciones económicas; una mezcla compleja de la que deriva sobre todo influencia y poder. (H. Salamanca. 29) Rober