Mis amigos no me entienden cuando les digo que mi pueblo es como un mar en calma, tan solo que a las crestas de las olas las llamamos tesos. Llega a nuestro término cuando ya a dejado atrás, muy atrás la furia de los vientos. Eso si que son olas, en el Sur tenemos la Sierra de Béjar que se alza como un maremoto en medio de la planicie, continúa con la Sierra de Gata, avanza por la entresierrra dejando atrás la de Linares, Tamames y la Peña de Francia para llegar a nuestro término manso, tan maso que apenas se nota sus pequeñas ondulaciones. Si llega desde los tesos, parece descender suavemente hacia la nava como si no quisiera despertar al pueblo.
Mi pueblo, es un mar en calma, donde florecen sus campos en hileras de color verde como trenzados a punto de cruz mostrando sus cabezas de corolas amarillas, esos girasoles arrogantes alternan con la mies dorada de un sol diáfano, deslumbrante.
Durante la noche, el mar se invierte y sobre nuestras cabezas asoman miles y miles de bombillas lejanas y esa calma...
Mis amigos no me entienden, no me entienden cuando les digo que mi pueblo no sólo es lo que ven, mi pueblo son también todas esas gotas de mar que las olas han llevado a otros puertos y hoy día navegan en otros lugares.
Mis amigos no me entienden cuando les digo que mi pueblo es la quietud de los tiempos y a la vez el ímpetu del viento, intranquilo, que está de paso y en cada generación lleva su esencia a otros puertos.
Dedicado a la memoria de todos aquellos que tienen sus raíces en nuestro pueblo.
Un saludo. Rober.
Mi pueblo, es un mar en calma, donde florecen sus campos en hileras de color verde como trenzados a punto de cruz mostrando sus cabezas de corolas amarillas, esos girasoles arrogantes alternan con la mies dorada de un sol diáfano, deslumbrante.
Durante la noche, el mar se invierte y sobre nuestras cabezas asoman miles y miles de bombillas lejanas y esa calma...
Mis amigos no me entienden, no me entienden cuando les digo que mi pueblo no sólo es lo que ven, mi pueblo son también todas esas gotas de mar que las olas han llevado a otros puertos y hoy día navegan en otros lugares.
Mis amigos no me entienden cuando les digo que mi pueblo es la quietud de los tiempos y a la vez el ímpetu del viento, intranquilo, que está de paso y en cada generación lleva su esencia a otros puertos.
Dedicado a la memoria de todos aquellos que tienen sus raíces en nuestro pueblo.
Un saludo. Rober.