Las murallas de las villas con concejo no sólo era una construcción defensiva, sino todo un emblema señorial para el entorno rural y un límite de la desigualdad social y fiscal que las distintas normas consutuedinarias o legales refrendaban. En las puertas de las murallas o en los “fielatos” que había junto a ellas se cobraban portazgos y otros tributos a mercaderes y aldeanos que penetraban en la villa. La residencia dentro o fuera de los muros marcaba una clara línea de separación discriminatoria entre personas exentas y con capacidad de excusa y familias sin ningún tipo de privilegios. Los grupos rurales mantendrán siempre un carácter subordinado. Durante esta fase plenomedieval los pueblos no contaban más que con una parroquia, le estaba vedado construir muros y no tenías castillos, e incluso la construcción de torres que podía tener alguna función militar, requería el permiso del concejo urbano.
Por otra parte tenemos un campesinado con sólidos derechos de dominio útil sobre sus explotaciones, con bastante libertad de movimiento, que permaneció completamente al margen de trabas personales de condición jurídica servil y que vivía al lado mismo de sus tierras, es desde luego el responsable principal de estos peculiares paisajes agrarios.
Dentro del poblamiento salmantino a mediados del S. XII tenemos que el cuarto de Baños tiene una superficie de 530 Km2 con 53 nº de lugares y una densidad de población del 10% de H/Km2 quedando a finales de este siglo 21 poblaciones con un 39,6% de H/Km2.
La mayoría de los pueblos contaban apenas con una o dos docenas de familias.
La ocupación agraria y el poblamiento aldeano del alfoz de C. Rodrigo no sólo comenzó con cierto retraso, sino que se vio frenado tanto por su permanente carácter militar, sino con frecuentísimas incursiones portuguesas, como por el interés de su caballería urbana por reservar espacios que desde muy pronto quedaron acotados como tierras de pasto para ganado impidiendo de esta forma la roturación y creación de labrantíos.
De la H. de Salamanca. 34
Por otra parte tenemos un campesinado con sólidos derechos de dominio útil sobre sus explotaciones, con bastante libertad de movimiento, que permaneció completamente al margen de trabas personales de condición jurídica servil y que vivía al lado mismo de sus tierras, es desde luego el responsable principal de estos peculiares paisajes agrarios.
Dentro del poblamiento salmantino a mediados del S. XII tenemos que el cuarto de Baños tiene una superficie de 530 Km2 con 53 nº de lugares y una densidad de población del 10% de H/Km2 quedando a finales de este siglo 21 poblaciones con un 39,6% de H/Km2.
La mayoría de los pueblos contaban apenas con una o dos docenas de familias.
La ocupación agraria y el poblamiento aldeano del alfoz de C. Rodrigo no sólo comenzó con cierto retraso, sino que se vio frenado tanto por su permanente carácter militar, sino con frecuentísimas incursiones portuguesas, como por el interés de su caballería urbana por reservar espacios que desde muy pronto quedaron acotados como tierras de pasto para ganado impidiendo de esta forma la roturación y creación de labrantíos.
De la H. de Salamanca. 34