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BARBADILLO: Como resultado de toda una serie de circunstancias...

Como resultado de toda una serie de circunstancias adversas, con repetidos azotes de epidemias o de hambrunas, malas cosechas, devastaciones militares y catástrofes naturales se frena el crecimiento demográfico allá por la tercera década del S. XIV, con lo que los pueblos no volvieron a exigir demandas de tierra de labor. Da la sensación que la población rural trata de encontrar un régimen demográfico distinto, debido a los atropellos sistemáticos de los poderosos y al aumento de la mortandad, con lo que se produjo una reducción brusca de las áreas de cultivo y el abandono de algunas aldeas. Los montes comunales y ejidos de las aldeas fueron un conflicto permanente al ser objetivo de las tropelías de los poderosos así como de las ambiciones eclesiásticas. Las usurpaciones fueron más frecuentes desde los años centrales del S. XIV para prolongarse en algunos territorios durante más de cien años.
Las guerras internas del reino, pero sobre todo los conflictos casi permanentes con Portugal durante el S. XIV tuvieron una gran incidencia en la despoblación y abandono de aldeas en las zonas más próximas a la frontera, en especial zonas de C. Rodrigo y Ledesma.
La repetición de epidemias y carestía de alimentos, con sus repercusiones inmediatas como crisis de mortalidad están documentadas en territorio salmantino. En 1.350 en S. Felices de los Gallegos. En 1.400 una nueva peste cuyos efectos debieron ser tan mortíferos que en las cortes celebradas por Enrique III en Cantalapiedra se decidió permitir que las viudas pudieran contraer nuevas nupcial durante el primer año de enviudamiento. En 1.414 se padeció otra peste que produjo tal mortandad que el cabildo de su catedral no encontró renteros para explotar sus tierras y en 1.425, D. Juan, rey de Navarra y señor de Alba de Tormes rebaja considerablemente a sus vasallos el pedido anual por los pecheros estar menesterosos e pobres por razón de la carestía del pan.
En los lugares cabeceros de los señoríos, con el apoyo de sus respectivos señores o de la misma monarquía se produce un aumento de población y siguen destacando frente a las aldeas los privilegios de villazgo, con la concesión de mercados y ferias, estimulan el crecimiento demográfico así como la cercanía del señor para solucionar asuntos y el estatuto privilegiado de algunos de sus habitantes en la exención de pagos de tributos.
En la jurisdicción de Alba se abandonaron 35 pueblos de 96 que existían antes; en Salamanca 66 de un total de 252, etc.
Las “aldeyuelas” que caracterizan el poblamiento intercalar tuvieron en muchos casos una vida demasiado corta, parece tratarse de una recolocación de poblamiento en los pueblos mayores y más antiguos, reduciendo los espacios cultivados.
Las guerras y las devastaciones tuvieron una frecuencia inusitada y unos efectos negativos en la zona. Entre los años 1.475 y 1.478 la guerra con los portugueses se esgrimía como causa de empobrecimiento, despoblación y carestía. A finales del S. XIII la sierra está mucho más poblada que el llano y se trasforma en un antagonismo que se complementan; pueblos agricultores en el llano y ganaderos en la sierra. Los pueblos serranos integrados en señoríos; se da una competencia entre agricultura y ganadería e incluso dentro de las propias aldeas por el reparto de tierra. A finales de este siglo se da una expansión agraria con rompimiento de comunales y cañadas así como aprovechamiento de rastrojeras.
De la H. de Salamanca. 36