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BARBADILLO: Ciudades Realengos, Villas señoriales y pequeños concejos.-...

Ciudades Realengos, Villas señoriales y pequeños concejos.- Durante los S. XIV y XV la provincia de Salamanca carecía de identidad histórica, en ella coexistían diversas fuentes de poder y ámbitos jurisdiccionales, unas dependían de rey, otras de los señores y otras de los concejos, siendo estos los que articulaban el territorio. Todas las aldeas o pequeños grupos de poblamiento tenían su concejo que a su vez estaban integrados en otros superiores que tenían como capital una ciudad o una villa.
Durante estos siglos. Algunas aldeas se fueron haciendo independientes teniendo una pequeña autonomía pero sin dominio de la tierra. (villa sobre sí) (jurisdicción propia solo dentro de la villa)
En 1.230 se unen definitivamente Castilla y León, si bien hay que recordar que la mayoría de la provincia perteneció al reino de León, el concejo de Béjar perteneció a Castilla y al obispado de Plasencia, en el S. XVI tenía 38 lugares; 24 hoy día pertenecen a la provincia, el resto están ubicados en las provincias de Cáceres y Ávila. También tenemos Montemayor, perteneciente a la diócesis de Coria, concejo con una tierra de 14 lugares que originariamente había estado unido a Miranda pero en la Baja Edad Media pasó a ser concejo propio con seis aldeas y otros 11 anejos que se reparten en la actualidad ente las provincias de Cáceres y Salamanca. Sin embargo, la villa cacereña de Granadilla, contaba con dos enclaves en territorio hoy salmantino, Sotoserrano y La Alberca con la particularidad que ésta última, son sus majadas y núcleos habitados, era la principal tierra de Granadilla y tres veces más poblada.
Repoblada Salamanca bajo el único señorío del rey, o realengo; los grandes concejos fueron perdiendo pequeñas partes de sus originales alfoces concejiles, convertidos en concejos propios bajo poder de señoríos que comenzó a mitad del S. XIII y se dio con mayor profundidad en la época Trastámara.
Conviene distinguir tres escalas o tipos de concejos durante los S. XIV y XV.
Primero el de las dos ciudades con sede episcopal, Salamanca y C. Rodrigo, las de mayor influencia y superficie y las únicas que lograron mantenerse en el realengo.
En segundo lugar los concejos de “villa y tierra” de Béjar, Ledesma, Alba, Salvatierra, Miranda y Montemayor, estos núcleos cayeron bajo familias pertenecientes a la nobleza.
En tercer lugar los “pequeños concejos” de aldeas sin Tierra, señorializados al desgajarse de los concejos principales pertenecientes a miembros de la baja nobleza u oligarquía urbana.
De la H. de Salamanca. (37)