Ciudad Rodrigo.- También con sede episcopal fue siempre ciudad de realengo, su vecindad con Portugal, en la guerra y en la paz. Ser un bastión fronterizo tuvo su cara y su cruz para C. Rodrigo: Ocasionó a veces la destrucción de la ciudad y su Tierra, pero también atrajo privilegios regios y consciencia regia y también respecto de la transcendencia de ser enclave estratégico.
Su titularidad realenga también fue amenazada por las apetencias de grandes linajes nobles que pusieron sus ojos en la ciudad. En 1.442 se prepararon todos los trámites para que doña María tomase posesión de la ciudad. Un mes después, el concejo, representado por los dos regidores cabezas de los dos bandos-linajes, Diego García de Chaves y Esteban Pacheco, rechazó la concesión.
La única amenaza seria posterior vendría en los momentos más bajos del reinado de Enrique IV en 1.465 en el que le concede a D. García Alvarez de Toledo “por juro heredad” C. Rodrigo con toda sus jurisdicción. Nuevas promesas en 1.467, 71 y 75 de entregar C. Rodrigo al Duque de Alba, pero nada de eso ocurrió.
En 1.475 fue la situación de más riesgo pasando por momentos difíciles, al tener los portugueses de Alfonso V y Juana la Beltraneja fuertes apoyos en la ciudad, de tanto peso como el partido isabelino. La Casa de Alba posee un albalá, documento de 19 de mayo de 1.475 en que la reina Isabel entrega al duque de Alba C. Rodrigo “con sus vasallos y tierra y juridyçyon”
El hombre clave en toda esta década en C. R. fue Diego del Aguila, nombrado gobernador general de la frontera en 1.470, al tiempo que se fue erigiendo en uno de los miembros de la oligarquía mirobrigense, fue quien controló militarmente la ciudad en los momentos de guerra, siempre al servicio de los Reyes Católicos.
De la H. de Salamanca. (38)
Su titularidad realenga también fue amenazada por las apetencias de grandes linajes nobles que pusieron sus ojos en la ciudad. En 1.442 se prepararon todos los trámites para que doña María tomase posesión de la ciudad. Un mes después, el concejo, representado por los dos regidores cabezas de los dos bandos-linajes, Diego García de Chaves y Esteban Pacheco, rechazó la concesión.
La única amenaza seria posterior vendría en los momentos más bajos del reinado de Enrique IV en 1.465 en el que le concede a D. García Alvarez de Toledo “por juro heredad” C. Rodrigo con toda sus jurisdicción. Nuevas promesas en 1.467, 71 y 75 de entregar C. Rodrigo al Duque de Alba, pero nada de eso ocurrió.
En 1.475 fue la situación de más riesgo pasando por momentos difíciles, al tener los portugueses de Alfonso V y Juana la Beltraneja fuertes apoyos en la ciudad, de tanto peso como el partido isabelino. La Casa de Alba posee un albalá, documento de 19 de mayo de 1.475 en que la reina Isabel entrega al duque de Alba C. Rodrigo “con sus vasallos y tierra y juridyçyon”
El hombre clave en toda esta década en C. R. fue Diego del Aguila, nombrado gobernador general de la frontera en 1.470, al tiempo que se fue erigiendo en uno de los miembros de la oligarquía mirobrigense, fue quien controló militarmente la ciudad en los momentos de guerra, siempre al servicio de los Reyes Católicos.
De la H. de Salamanca. (38)