Aparentemente se percibe la existencia de un conflicto entre los intereses públicos del concejo de la ciudad y los privados de los usurpadores, si bien este antagonismo resulta más complejo, ya que a menudo los usurpadores eran personajes relevantes en la ciudad y ocupaban puestos claves en las instituciones municipales.
Mientras los nobles encontraban un medio de incrementar sus fuentes de rentas, los campesinos perdían una de las bases de su sustento esencial en los medios rurales de la Edad Media, esto es los bienes comunales y derechos colectivos. Y en algunos casos, perdieron algo más: su independencia y libertad, cayendo en ocasiones bajo la tutela de un poderoso que, no contento con apoderarse de espacios de pastos o terrenos de labranza, que adehesaba o convertía en coto redondos apoderaba de la justicia y la soberanía del lugar, convirtiéndolo en su señorío particular.
En este conflicto ente los usurpadores y los campesinos, que lo era entre fuertes y débiles, los primeros cometieron muchos atropellos, abusos y violencias contra los segundos, que dan idea también del talante y la mentalidad soberbia y arrogante de los caballeros. Los campesinos tenían pocas posibilidades de resistencia. Pero en ocasiones lo hicieron, denunciando los hechos o al menos organizándose, utilizando el trabajo de sus representantes elegidos. De parte de los intereses populares o vecinales podía estar, y esta era su principal baza, la voluntad concejil o regia de garantizar la integridad de estos territorios dependientes de los concejos de villa y tierra asegurando el uso público del que tanto daño hacía a los patrimonios concejiles y comunales. Las 4/5 partes de las acusaciones por motivo de usurpación tenían como protagonistas los caballeros urbanos y el resto entre eclesiásticos y vecinos del pueblo.
De la H. de Salamanca. (45)
Mientras los nobles encontraban un medio de incrementar sus fuentes de rentas, los campesinos perdían una de las bases de su sustento esencial en los medios rurales de la Edad Media, esto es los bienes comunales y derechos colectivos. Y en algunos casos, perdieron algo más: su independencia y libertad, cayendo en ocasiones bajo la tutela de un poderoso que, no contento con apoderarse de espacios de pastos o terrenos de labranza, que adehesaba o convertía en coto redondos apoderaba de la justicia y la soberanía del lugar, convirtiéndolo en su señorío particular.
En este conflicto ente los usurpadores y los campesinos, que lo era entre fuertes y débiles, los primeros cometieron muchos atropellos, abusos y violencias contra los segundos, que dan idea también del talante y la mentalidad soberbia y arrogante de los caballeros. Los campesinos tenían pocas posibilidades de resistencia. Pero en ocasiones lo hicieron, denunciando los hechos o al menos organizándose, utilizando el trabajo de sus representantes elegidos. De parte de los intereses populares o vecinales podía estar, y esta era su principal baza, la voluntad concejil o regia de garantizar la integridad de estos territorios dependientes de los concejos de villa y tierra asegurando el uso público del que tanto daño hacía a los patrimonios concejiles y comunales. Las 4/5 partes de las acusaciones por motivo de usurpación tenían como protagonistas los caballeros urbanos y el resto entre eclesiásticos y vecinos del pueblo.
De la H. de Salamanca. (45)