Hace unos días, cuando comenzábamos a organizar el cartel de estas fiestas, afirmaba categóricamente un vecino: “Barbadillo está muerto”.
Creo que a menudo comentarios como éste no están exentos de razón. Sin embargo, un pueblo no muere por sí solo. Pueden morir las ilusiones, pueden desaparecer las ganas de trabajar cuando apenas te responden, cuando solo unos pocos se preocupan de solucionar los problemas que día a día plantea tu municipio, cuando lo único que recibes son reprobaciones llenas de malicia al no hacer o permitir lo que algunos desean conseguir a toda costa sin importarles, incluso, saltarse todas las normas tanto legales como de convivencia. Un pueblo muere cuando no somos capaces de aparcar nuestras diferencias y seguimos inmersos en el rencor en la malicia y en la crítica destructiva que nos ha caracterizado a lo largo de tantos años por el hecho de pertenecer a uno y otro bando.
Se habla mucho de que esta generación de jóvenes es una generación perdida. Pero realmente aquí, en nuestro pueblo, en Barbadillo, ¿cuántas generaciones se han perdido ya y cuántas más tienen que desaparecer para que este pueblo pueda mirar al futuro sin estar coaccionados por uno u otro bando?
Al preparar las actividades de estas fiestas, se nos compara inevitablemente con otros pueblos como si el éxito o fracaso de unas fiestas se midiera únicamente por el mayor o menor número de copas consumidas o por el pago de las orquestas más caras. Cada pueblo es diferente y la fiesta popular es algo más que eso; es armonía, es convivencia, es PARTICIPACION.
Hoy vemos aquí, como en ocasiones anteriores, mucha gente que a pesar de todo lo antedicho quiere ayudar a que las fiestas, dentro del escaso presupuesto que nos permiten las arcas municipales, sean un éxito, de participación y convivencia.
Quiero desde aquí expresar mi reconocimiento a la comisión de festejos de 2012, a la comisión de festejos de 2013, a nuestros “Cheffs” Pedro, Fernando, oficiales de cocina y ayudantes, a los que colaboráis en los concurso de tortillas, en los disfraces, en los bailes y en general a todos los que de una u otra forma estáis presentes en todas y cada una de las actividades programadas. ”
Quisiera aprovechar también esta ocasión para recordar a todos aquellos a los que nos hubiera gustado tener con nosotros y que desgraciadamente ya son parte de la historia de nuestro pueblo, los que con sus virtudes y limitaciones nos dejaron lo mejor de sí mismos. Sin duda alguna hoy nos animarían a todos a seguir hacia adelante, a luchar por nuestro pueblo de la misma forma que os animamos a que la preparación de las fiestas no sean sólo el objetivo de una semana anterior. Tenemos todo un año para forjar ideas, contrastar opiniones y organizar actividades; y si tenéis que criticar hacedlo, pero hacedlo a tiempo, no os dejéis llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos.
Decía el filósofo inglés Willian Penn: “Tienen derecho a censurar, los que tienen corazón para ayudar”. Y yo os digo: “Mientras haya grupos y personas que no tienen miedo a la crítica ni a la censura, mientras haya personas que deseen ayudar sin obtener ningún tipo de renta, mientras haya personas que, como vosotros, quieren a su pueblo, Barbadillo no está muerto. “ ¡VIVA BARBADILLO!
Creo que a menudo comentarios como éste no están exentos de razón. Sin embargo, un pueblo no muere por sí solo. Pueden morir las ilusiones, pueden desaparecer las ganas de trabajar cuando apenas te responden, cuando solo unos pocos se preocupan de solucionar los problemas que día a día plantea tu municipio, cuando lo único que recibes son reprobaciones llenas de malicia al no hacer o permitir lo que algunos desean conseguir a toda costa sin importarles, incluso, saltarse todas las normas tanto legales como de convivencia. Un pueblo muere cuando no somos capaces de aparcar nuestras diferencias y seguimos inmersos en el rencor en la malicia y en la crítica destructiva que nos ha caracterizado a lo largo de tantos años por el hecho de pertenecer a uno y otro bando.
Se habla mucho de que esta generación de jóvenes es una generación perdida. Pero realmente aquí, en nuestro pueblo, en Barbadillo, ¿cuántas generaciones se han perdido ya y cuántas más tienen que desaparecer para que este pueblo pueda mirar al futuro sin estar coaccionados por uno u otro bando?
Al preparar las actividades de estas fiestas, se nos compara inevitablemente con otros pueblos como si el éxito o fracaso de unas fiestas se midiera únicamente por el mayor o menor número de copas consumidas o por el pago de las orquestas más caras. Cada pueblo es diferente y la fiesta popular es algo más que eso; es armonía, es convivencia, es PARTICIPACION.
Hoy vemos aquí, como en ocasiones anteriores, mucha gente que a pesar de todo lo antedicho quiere ayudar a que las fiestas, dentro del escaso presupuesto que nos permiten las arcas municipales, sean un éxito, de participación y convivencia.
Quiero desde aquí expresar mi reconocimiento a la comisión de festejos de 2012, a la comisión de festejos de 2013, a nuestros “Cheffs” Pedro, Fernando, oficiales de cocina y ayudantes, a los que colaboráis en los concurso de tortillas, en los disfraces, en los bailes y en general a todos los que de una u otra forma estáis presentes en todas y cada una de las actividades programadas. ”
Quisiera aprovechar también esta ocasión para recordar a todos aquellos a los que nos hubiera gustado tener con nosotros y que desgraciadamente ya son parte de la historia de nuestro pueblo, los que con sus virtudes y limitaciones nos dejaron lo mejor de sí mismos. Sin duda alguna hoy nos animarían a todos a seguir hacia adelante, a luchar por nuestro pueblo de la misma forma que os animamos a que la preparación de las fiestas no sean sólo el objetivo de una semana anterior. Tenemos todo un año para forjar ideas, contrastar opiniones y organizar actividades; y si tenéis que criticar hacedlo, pero hacedlo a tiempo, no os dejéis llevar por la mala costumbre de criticar sólo después de consumados los hechos.
Decía el filósofo inglés Willian Penn: “Tienen derecho a censurar, los que tienen corazón para ayudar”. Y yo os digo: “Mientras haya grupos y personas que no tienen miedo a la crítica ni a la censura, mientras haya personas que deseen ayudar sin obtener ningún tipo de renta, mientras haya personas que, como vosotros, quieren a su pueblo, Barbadillo no está muerto. “ ¡VIVA BARBADILLO!