Me imagino Gusti, que hoy firmas tu escrito el CACHARRERO, con un gusto y un orgullo enorme, siento mucho lo de tu padre. Dices que aunque hace 20 años se marchó del pueblo, pero que siempre lo llevó muy dentro, mi madre me marchó mucho más joven que él, y sin embargo, lo tuvo en su mente y en su corazón toda su vida, de hecho, se compró la casa del señor Desiderio el electricista, con la ilusión de morir en su pueblo, la pobre no lo consiguió, porque sus hijos tenían la vida muy lejos, y allí ya no la podían cuidar, lo mismo le pasaría a tu padre, y a cuantos se han tenido que marchar de él, no tendrá las comodidades, el ocio, los momentos culturales, monumentos, y todos los adjetivos que le queráis poner, pero las raíces de tu pueblo, no se secan, y si se abandonan, en algún momento de la vida, se siente la necesidad de buscarlas, como me ha pasado a mi, y me siento feliz de haber podido encontrarlas, en fin, creo que estoy filosofando un poco, y lo único que quería era darle el pésame a Gusti y su familia. Con todo mi cariño, Pilar.