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"El Carnero" es como figura la finca de la casa de Alba en los libros antiguos. Su comunicación con nuestro pueblo se hacía siguiendo la vereda, por la parte izquierda, del regato de la Ribera hasta las cercanías de Barbadillo donde dicho riachuelo hace un serpenteo buscando el Norte y como quien no quiere la cosa nos deja de lado para dirigirse hacia Galindo. Es como si al otear nuestro pueblo tratase de rehuirlo y se cobijarse al amparo de los tesos para continuar de forma silenciosa cortando como una tijera lo que era la ruta principal del pueblo: "El camino de Salamanca".
Este regato obligó a nuestros antepasados a realizar una de las obras de ingeniería (posiblemente la mejor que poseía el pueblo) donde unos pontones de roca granítica aguantaban las embestidas del agua y la hacían circular bajo unas lanchas de pizarra que crujían bajo la rueda del carro y los sonidos de las pisadas de las caballerías.
Pero volvamos un poco más atrás y situémonos a la altura de lo que hoy es la cerámica. Es decir, una vez que con su curva sigue meciéndose junto a la loma, es cuando comienza a verse el pueblo y el camino, (se supone que anteriormente era carril) se dirige en línea recta hacia Barbadillo.
Este camino insignificante comienza a echarle un pulso al todo orgulloso camino de Salamanca a finales del siglo XIX con la llegada del ferrocarril y la construcción de la estación. (Dicha estación se construye tan alejada del pueblo por que el ayuntamiento de entonces se posicionó en contra de que máquinas tan infernales pasasen cerca del pueblo donde causarían espanto a los animales y el gran riesgo de ser atropellados los niños).
Dicha estación le da la oportunidad de ocupar el lugar que tiene hoy, desplazando al resto de las vías de comunicación a un segundo plano y convirtiéndose en rey indiscutible por el que ha transitado todo tipo de vehículos y carruajes conocidos. Su trazado no es otro que el original, junto a la ribera y a la linde de los prados que llegaban a ella.
Hace apenas una semana se ha vestido de gala y por fin se ha logrado terminar su conexión con la nacional. Enhorabuena y gracias a todos aquellos que lo han echo posible. Un saludo. Rober
P. D.- Luis, a pesar de los inconvenientes y el desánimo que noto en un gran sector del pueblo, sigo creyendo que aún hay gente con capacidad para llevar y llegar a buen puerto. Como decíamos cuando éramos jóvenes ante la dificultad: "MÁS SE PERDIÓ EN CUBA"
Este regato obligó a nuestros antepasados a realizar una de las obras de ingeniería (posiblemente la mejor que poseía el pueblo) donde unos pontones de roca granítica aguantaban las embestidas del agua y la hacían circular bajo unas lanchas de pizarra que crujían bajo la rueda del carro y los sonidos de las pisadas de las caballerías.
Pero volvamos un poco más atrás y situémonos a la altura de lo que hoy es la cerámica. Es decir, una vez que con su curva sigue meciéndose junto a la loma, es cuando comienza a verse el pueblo y el camino, (se supone que anteriormente era carril) se dirige en línea recta hacia Barbadillo.
Este camino insignificante comienza a echarle un pulso al todo orgulloso camino de Salamanca a finales del siglo XIX con la llegada del ferrocarril y la construcción de la estación. (Dicha estación se construye tan alejada del pueblo por que el ayuntamiento de entonces se posicionó en contra de que máquinas tan infernales pasasen cerca del pueblo donde causarían espanto a los animales y el gran riesgo de ser atropellados los niños).
Dicha estación le da la oportunidad de ocupar el lugar que tiene hoy, desplazando al resto de las vías de comunicación a un segundo plano y convirtiéndose en rey indiscutible por el que ha transitado todo tipo de vehículos y carruajes conocidos. Su trazado no es otro que el original, junto a la ribera y a la linde de los prados que llegaban a ella.
Hace apenas una semana se ha vestido de gala y por fin se ha logrado terminar su conexión con la nacional. Enhorabuena y gracias a todos aquellos que lo han echo posible. Un saludo. Rober
P. D.- Luis, a pesar de los inconvenientes y el desánimo que noto en un gran sector del pueblo, sigo creyendo que aún hay gente con capacidad para llevar y llegar a buen puerto. Como decíamos cuando éramos jóvenes ante la dificultad: "MÁS SE PERDIÓ EN CUBA"