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BARBADILLO: Mañana se inicia un nuevo mes en el que, cuando era...

Mañana se inicia un nuevo mes en el que, cuando era uno niño, parecía que comenzaba a abandonarnos el invierno. Ese frío que siempre venía de fuera yo creía que nos tenía manía quedándose tanto tiempo entre nosotros. Los sabañones que adornaban los dedos de las manos (eran los anillos que nos ponía el invierno y que madres y abuelas -con sus remedios caseros- trataban de apaciguar dolores y picores) y no digamos los de las orejas que parecían pequeños caracoles sobre los cartílagos del pabellón auditivo. Pero centrémonos en el mes que nos visita y no en la diferencia "ABISMAL" si nos comparamos con los nuevos tiempos. La llegada del día de las Candelas, donde se dice que a partir de aquí crecen los días, luego las Águedas, fiesta de las mujeres en recuerdo a su heroicidad frente a las tropas portuguesas, preludio de los carnavales donde quintos y galleros protagonistas de ancestral tradición mostraban su pericia a lomos de acémila, burro o caballo. Costumbre bárbara para algunos pero tradición significativa para aquellos mozos que poco después pasaban a ser hombres enrolando las filas del ejército. Para algunos sería la primera vez que abandonaban el pueblo y familia dirigiéndose (la mayoría de las veces) a lugares lejanos que con el tiempo les acompañó en sus recuerdos. Era un mes de transición donde a la vuelta de la esquina esperaba la primavera pero donde viento, lluvia, nieve, sol y todo tipo de actividades atmosféricas ocurrían con breves días de diferencia. Por eso quedó como febrerillo loco donde hace de todo un poco. Un saludo. Rober.