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El obispo y el cabildo de Salamanca percibían el “préstamo” (tercera parte del diezmo) de 104 lugares de su diócesis, éste a veces se otorgaba a otro como recompensa, o bien en arrendamiento, así en el S. XVII, tenemos que el préstamo de Arapiles estaba valorado en 100 dicados y era beneficio de un canónigo de la Iglesia de Zamora, por este mismo procedimiento un capellán del Rey obtenía rentas de Barbadillo; (L-III. Pág. 85) y un canónigo de Córdoba el de Cojos de Rollán.
De esta forma algunas órdenes religiosas se veían beneficiadas por “el préstamo” como la Compañía de Jesús; Orden de predicadores Salamanca; Orden de predicadores Segovia; Orden de predicadores Villalpando que cobraba el préstamo de Calzada del Camino (hoy Calzada de D. Diego) y Villalpando de Canillas. También otras organizaciones como La Catedral de Salamanca que recogía el préstamo de 66 lugares del obispado y el Cabildo lo hacía de 21.
Otra gran perceptora de rentas era la Universidad de Salamanca, que a parte de los censos y juros, así como el arrendamiento de las muchas casas que disponía en el casco urbano. Su principal ingreso procedía de las tercias reales. Por privilegio del Papa Clemente V en 1313, a la que se le fueron añadiendo nuevos privilegios a lo largo de su historia. Se cuantificaba en unos 8,5 millones de mrs en 1590, más de 8,6 en 1553 y por debajo de 7,4 en 1600. Ostentaba derechos diezmales en 21 villas o aldeas de Medina del Campo, en 8 de Ávila, en 156 de la Tierra de Salamanca, en 29 de Ledesma y en 39 de las tierras de Alba de Tormes y Salvatierra, así como de 17 iglesias de la ciudad de Salamanca.
La percepción de rentas, el ejercicio de jurisdicción eclesiástica y la propiedad de tierras, complementaron la base sobre la que se constituyó el poder y la influencia de la Iglesia en una sociedad sacralizada.
Poco a poco, la Iglesia, fue perdiendo la jurisdicción sobre muchas de sus tierras por medio de Bulas papales a favor de los Reyes, a finales del S. XVIII el Obispo de Salamanca apenas cuenta con 1.506 vasallos y el de Ciudad Rodrigo 3.292. El obispado de Salamanca y de Ciudad Rodrigo eran los mayores hacendados en 54 y 43 lugares respectivamente junto con el Cabildo de Salamanca que poseía tierras en 86 lugares de la provincia, como ej.- en Castrejón donde tenía entre 50 y 100 huebras.
El señorío territorial de los canónigos salmantinos fue típico del Antiguo Régimen, a mediados del S. XVIII, las viejas instituciones eclesiásticas, las nobiliarias y la Universidad, cuyo comportamiento económico fue muy similar, controlaban algo más del 75 % de las tierras rentables de los mejores diezmos, que en términos de rente venía a significar que el 90% de la tierra cultivable salmantina estuviese en manos que no la explotaban directamente. Y que sólo el 1% estaba en manos de labradores y ganaderos.
Entre los S. XII al XVII; la sangre y la religión, la nobleza y el clero, o la religión y la sangre (tanto monta, monta tanto) señorializaron la sociedad y con el principio de la desigualdad instalado y reconocido en los comportamientos desde mucho tiempo antes, contribuyeron a fijar el ser salmantino y su mentalidad.
De la Hª de Salamanca. (59)
De esta forma algunas órdenes religiosas se veían beneficiadas por “el préstamo” como la Compañía de Jesús; Orden de predicadores Salamanca; Orden de predicadores Segovia; Orden de predicadores Villalpando que cobraba el préstamo de Calzada del Camino (hoy Calzada de D. Diego) y Villalpando de Canillas. También otras organizaciones como La Catedral de Salamanca que recogía el préstamo de 66 lugares del obispado y el Cabildo lo hacía de 21.
Otra gran perceptora de rentas era la Universidad de Salamanca, que a parte de los censos y juros, así como el arrendamiento de las muchas casas que disponía en el casco urbano. Su principal ingreso procedía de las tercias reales. Por privilegio del Papa Clemente V en 1313, a la que se le fueron añadiendo nuevos privilegios a lo largo de su historia. Se cuantificaba en unos 8,5 millones de mrs en 1590, más de 8,6 en 1553 y por debajo de 7,4 en 1600. Ostentaba derechos diezmales en 21 villas o aldeas de Medina del Campo, en 8 de Ávila, en 156 de la Tierra de Salamanca, en 29 de Ledesma y en 39 de las tierras de Alba de Tormes y Salvatierra, así como de 17 iglesias de la ciudad de Salamanca.
La percepción de rentas, el ejercicio de jurisdicción eclesiástica y la propiedad de tierras, complementaron la base sobre la que se constituyó el poder y la influencia de la Iglesia en una sociedad sacralizada.
Poco a poco, la Iglesia, fue perdiendo la jurisdicción sobre muchas de sus tierras por medio de Bulas papales a favor de los Reyes, a finales del S. XVIII el Obispo de Salamanca apenas cuenta con 1.506 vasallos y el de Ciudad Rodrigo 3.292. El obispado de Salamanca y de Ciudad Rodrigo eran los mayores hacendados en 54 y 43 lugares respectivamente junto con el Cabildo de Salamanca que poseía tierras en 86 lugares de la provincia, como ej.- en Castrejón donde tenía entre 50 y 100 huebras.
El señorío territorial de los canónigos salmantinos fue típico del Antiguo Régimen, a mediados del S. XVIII, las viejas instituciones eclesiásticas, las nobiliarias y la Universidad, cuyo comportamiento económico fue muy similar, controlaban algo más del 75 % de las tierras rentables de los mejores diezmos, que en términos de rente venía a significar que el 90% de la tierra cultivable salmantina estuviese en manos que no la explotaban directamente. Y que sólo el 1% estaba en manos de labradores y ganaderos.
Entre los S. XII al XVII; la sangre y la religión, la nobleza y el clero, o la religión y la sangre (tanto monta, monta tanto) señorializaron la sociedad y con el principio de la desigualdad instalado y reconocido en los comportamientos desde mucho tiempo antes, contribuyeron a fijar el ser salmantino y su mentalidad.
De la Hª de Salamanca. (59)