C).- Los grupos políticos y sus intereses.- Durante el reinado de Felipe II se destacaba un posicionamiento claro en torno a dos partidos: el del Príncipe de Éboli, Ruy Gómez da Silva, duque de Pastrana, portugués de alto linaje y compañero del Rey desde que era príncipe, casado con una mujer muy influyente, Ana de Mendoza y de la Cerda; y el Duque de Alba, Fernández Álvarez de Toledo, un militar de brillante ingenio y muy reconocido por sus grandes victorias. El Príncipe de Éboli era partidario de las soluciones mediante pactos y utilizando la vía diplomática, mientras que los partidarios del Duque de Alba preferían las medidas contundentes y sin negociar.
En el reinado de Fernando VI tenemos a los partidarios de Zenón de Soldevilla, marqués de Ensenada y por otra parte a los de José Carvajal y Lancaster.
En el reinado de Carlos III tenemos al partido aragonés capitaneado por el Conde de Aranda, partidario de la descentralización y el golilla por el Conde de Floridablanca contrarios a la misma.
D).- El poder real y el poder señorial.- La nobleza moderna continúa con un carácter señorial: posee grandes propiedades agrarias, que incluso se amplían por la acumulación constante por las continuas ventas de tierras de los reyes, establecidas entorno a relaciones de producción en las que la población es la que soporta la parte esencial de la carga fiscal.
E).- La delegación del poder regio: Privados y Validos.- El Valido es un precedente del Primer Ministro; desde casi siempre el monarca tenía sus favoritos, en ellos el monarca encontraba a un amigo y a la vez a alguien que trabajara por él o al menos le ayudara en el trabajo. El valido le unía una estrecha amistad con el monarca e intervenía en asuntos de gobierno.
Como Validos tenemos al Duque de Lerma y el Duque de Uceda, en el reinado de Felipe III; a Baltasar de Zúñiga, Al Conde Duque de Olivares y a D. Luis de Haro, en el de Felipe IV; y al padre Nithard y a Valenzuela en el de Carlos II
Las Cortes bajo los Austrias continúan en Castilla, Aragón, Navarra y el Congreso de ciudades de Indias. En el S. XVIII se suprimen las Cortes de Aragón al incorporarse a las de Castilla; sólo Navarra conservó sus propias Cortes.
Del manual de la Hª y del Derecho. (53)
En el reinado de Fernando VI tenemos a los partidarios de Zenón de Soldevilla, marqués de Ensenada y por otra parte a los de José Carvajal y Lancaster.
En el reinado de Carlos III tenemos al partido aragonés capitaneado por el Conde de Aranda, partidario de la descentralización y el golilla por el Conde de Floridablanca contrarios a la misma.
D).- El poder real y el poder señorial.- La nobleza moderna continúa con un carácter señorial: posee grandes propiedades agrarias, que incluso se amplían por la acumulación constante por las continuas ventas de tierras de los reyes, establecidas entorno a relaciones de producción en las que la población es la que soporta la parte esencial de la carga fiscal.
E).- La delegación del poder regio: Privados y Validos.- El Valido es un precedente del Primer Ministro; desde casi siempre el monarca tenía sus favoritos, en ellos el monarca encontraba a un amigo y a la vez a alguien que trabajara por él o al menos le ayudara en el trabajo. El valido le unía una estrecha amistad con el monarca e intervenía en asuntos de gobierno.
Como Validos tenemos al Duque de Lerma y el Duque de Uceda, en el reinado de Felipe III; a Baltasar de Zúñiga, Al Conde Duque de Olivares y a D. Luis de Haro, en el de Felipe IV; y al padre Nithard y a Valenzuela en el de Carlos II
Las Cortes bajo los Austrias continúan en Castilla, Aragón, Navarra y el Congreso de ciudades de Indias. En el S. XVIII se suprimen las Cortes de Aragón al incorporarse a las de Castilla; sólo Navarra conservó sus propias Cortes.
Del manual de la Hª y del Derecho. (53)