EL PEREGRINAR DE UN SIGLO
En medio de todo esto, nuestro pueblo va acompañando los avatares de este siglo sumándose a los vaivenes del mismo, sobreponiéndose al trauma que supuso la Guerra de Independencia para verse zarandeado, la generación siguiente con la llegada del cólera, pero a pesar de las dificultades sus gentes supieron hacerse más fuertes. Aumenta el nº de habitantes, además de los 1.007 bautismos que se celebraron en Barbadillo desde 1.816 hasta 1.868 hay que añadirle 452 que se llevan a cabo en la iglesia de Sto. Tomé de Colledo pertenecientes a Galindo, Perahuy y Sto Tomé que mantienen un gran vinculo de casamientos con nuestro pueblo.
Son 359 los matrimonios que hacen sus promesas en nuestra parroquia de Sto Domingo de Guzmán y otros 80 en Sto. Tomé en esos 52 años. La cifra de fallecimientos entre 1.811-1.870 también es alta, 826 pero el seguimiento de los mismos es muy irregular ya que entre los fallecidos se dan tanto de los que son lugareños como de aquellos que se hallan de paso.
Los libros de fallecimientos son el mejor referente para saber el nivel económico de los parroquianos, si hacemos una estadística por decenios vemos que según el L-139/16 tenemos que en la segunda década del XIX de los 55 fallecidos, 17 son enterrados de caridad y en la siguiente década de 58 fallecidos a 24 se le da categoría de pobres y uno pobre de solemnidad.
De 1.831 a 1.840 la mortandad se dispara pasando a 172 fallecimientos de los cuales 57 son párvulos, 52 pobres, 19 pobres de solemnidad y 4 pobres mendicantes. Hay que tener en cuenta que en esta tercer década estalla la primera guerra Carlista, se da el cólera morbo y hay mucho trasiego de gente pidiendo por caridad. También se deja de enterrar a los muertos en el interior de las iglesias y se buscan lugares alejados del casco urbano.
En nuestro pueblo, los enterramientos pasan al llamado “Prao de los muertos” que se hallaba situado en la parte derecha del camino de Galindo a la altura donde hoy día se bifurca con el ramal que va al actual cementerio. Posteriormente se siguió utilizando como camposanto, hasta fecha bastante reciente, el terreno adosado a la parte norte de la iglesia donde en la actualidad se halla la casa y huerto del cura, al que se accedía a través de una puerta que conectaba iglesia y cementerio.
Anotaciones-II. Rober
En medio de todo esto, nuestro pueblo va acompañando los avatares de este siglo sumándose a los vaivenes del mismo, sobreponiéndose al trauma que supuso la Guerra de Independencia para verse zarandeado, la generación siguiente con la llegada del cólera, pero a pesar de las dificultades sus gentes supieron hacerse más fuertes. Aumenta el nº de habitantes, además de los 1.007 bautismos que se celebraron en Barbadillo desde 1.816 hasta 1.868 hay que añadirle 452 que se llevan a cabo en la iglesia de Sto. Tomé de Colledo pertenecientes a Galindo, Perahuy y Sto Tomé que mantienen un gran vinculo de casamientos con nuestro pueblo.
Son 359 los matrimonios que hacen sus promesas en nuestra parroquia de Sto Domingo de Guzmán y otros 80 en Sto. Tomé en esos 52 años. La cifra de fallecimientos entre 1.811-1.870 también es alta, 826 pero el seguimiento de los mismos es muy irregular ya que entre los fallecidos se dan tanto de los que son lugareños como de aquellos que se hallan de paso.
Los libros de fallecimientos son el mejor referente para saber el nivel económico de los parroquianos, si hacemos una estadística por decenios vemos que según el L-139/16 tenemos que en la segunda década del XIX de los 55 fallecidos, 17 son enterrados de caridad y en la siguiente década de 58 fallecidos a 24 se le da categoría de pobres y uno pobre de solemnidad.
De 1.831 a 1.840 la mortandad se dispara pasando a 172 fallecimientos de los cuales 57 son párvulos, 52 pobres, 19 pobres de solemnidad y 4 pobres mendicantes. Hay que tener en cuenta que en esta tercer década estalla la primera guerra Carlista, se da el cólera morbo y hay mucho trasiego de gente pidiendo por caridad. También se deja de enterrar a los muertos en el interior de las iglesias y se buscan lugares alejados del casco urbano.
En nuestro pueblo, los enterramientos pasan al llamado “Prao de los muertos” que se hallaba situado en la parte derecha del camino de Galindo a la altura donde hoy día se bifurca con el ramal que va al actual cementerio. Posteriormente se siguió utilizando como camposanto, hasta fecha bastante reciente, el terreno adosado a la parte norte de la iglesia donde en la actualidad se halla la casa y huerto del cura, al que se accedía a través de una puerta que conectaba iglesia y cementerio.
Anotaciones-II. Rober