BARBADILLO: En el mismo año el libro parroquial 139/23 nos da fe...

En el mismo año el libro parroquial 139/23 nos da fe de un documento donde consta la autorización por parte del Ministerio de Gobernación (con nº 2.934) para la exhumación de los enterrados en el antiguo cementerio que se hallaba junto a la iglesia.
También existe un documento encuesta del año 1.957 de la parroquia de Barbadillo donde consta el nº de habitantes (1.240 todos católicos)
Se dice un SI donde pregunta si se cumple en general por los feligreses el descanso dominical y que tan solo un 10% no lo observa, como causa pone la pobreza y a la pregunta de si faltan a él con conciencia de pecado un NO. Que los niños SI suelen ser bautizados y que por término medio lo reciben entre el octavo y décimo día de nacimiento. La comunión se hace a la edad de siete años y los padres No se oponen a que sus hijos la hagan.
Defunciones tenemos 65 en el mismo periodo, de los cuales 47 recibieron los últimos sacramentos, 3 sólo la absolución y extremaunción. NO ha habido entierros civiles.
Como Asociaciones Piadosas tenemos la Cofradía del Santísimo Sacramento con 137 socios y que existe la del Apostolado de la Oración y Rosario Perpetuo; en la rama de Acción Católica hay 34 mujeres, 17 jóvenes varones y 32 jóvenes mujeres con otros 17 y 64 aspirantes respectivamente.
Hay 124 niños en edad de catequesis y acuden todos, la catequesis la imparten las de Acción Católica y que para fomentar la asistencia a catequesis se hace por medio de vales y cine parroquial y como obstáculo para la obtención de buen fruto está “la falta de ambiente propicio”. Que en la escuela se enseña el catecismo con buen resultado. Tenemos dos escuelas de niños con 47 asistentes habituales, otras dos de niñas con 52 y una de párvulos con 30 asistentes. Que los padres cumplen de forma “regular” con el deber de educar cristianamente a sus hijos y que hay unos 165 fieles que asisten al catecismo de adultos en tiempo de invierno al anochecer. Como vocaciones de la parroquia figuran Dos seminaristas y Seis religiosas.
Los que en esa década abrimos los ojos por primera vez, vimos un pueblo pobre donde las Navidades era más fantasía e ilusión que realidad material. Inviernos largos, eternamente largos. Las mujeres eran dueñas del pueblo por un día con su festividad de las Águedas y los quintos protagonistas de los carnavales (a los que los niños no teníamos acceso por ser de tendencia pecaminosa según mentalidad de la época) con sus festejos desperezaban el pueblo del letargo invernal. Para los mozos que entraban en quintas el día de nochevieja era un día especial en el que se nos entregaba el testigo (el tamboril y permiso para rondar por la noche a las mozas todas las vísperas de fiesta hasta los carnavales). El lunes de carnaval se corría los gallos a lomos de burros o caballos y el martes las cintas, en bicicleta, por los que marchaban a la mili. La cuaresma, que mira tú por donde, de esto si nos hacían participar a los niños en el ayuno de carne y el potaje de los viernes, era tiempo en que los mozos se quedaban sin el baile del domingo y las mozas procuraban ser algo más recatadas. San Isidro aglutinaba a los labradores el 15 de mayo que con devoción lo portaban en andas mostrándole las casi siempre a su juicio canijas cosechas que regaban nuestros campos.
Años 50. VII. Rober