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DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA
En la década de los 70 aunque el pueblo seguía perdiendo habitantes con la continua y goteante emigración parece que comienza a recoger los frutos de los acelerados cambios que dinero, turismo y otros motores económicos dinamizaban la bonanza económica.
Los labradores, casi todos ellos con sus aperos mecánicos de nueva adquisición (tractores, arados, vertederas, abonadoras, sembradoras) y la mejor fertilización de los campos veían incrementar sus cosechas con lo que antiguas paneras y tenadas son remozadas. Las casas visten los nuevos adelantos tecnológicos y se abandonan los viejos arcones. Armarios para las alcobas y muebles de formica llegan para cocinas y salones donde aparte de adornos y otros enseres lucen en ellos aparatos de radio y televisión. Los obreros con sueldos mejorados (salario mínimo 120 pts diarias) y la posibilidad de horas extras sacan dignamente sus familias adelante con lo que el pueblo comienza a motorizarse. Coches y motos van desplazando a carros y caballerías haciendo que la aventura de viajar fuese mas llevadera.
Un día aparecen por el ayuntamiento unos señores vestidos con camisa azul-oscuro que llevaban bordados en rojo el yugo y las flechas. Vienen acompañados de una cámara fotográfica y una proposición para los jóvenes: Si nos hacemos de la Guardia de Franco nos hacen un campo de fútbol y nos regalan las camisetas para formar un equipo. Un amplio grupo de jóvenes nos vimos convertidos en pretorianos de última hora a costa de un balón y unas camisetas, pero a mí no me importó porque me sirvió para aprobar Formación del Espíritu Nacional sin mirar el libro, bastaba con que fueras de la Guardia de Franco.
Y así nos vimos convertidos en el primer equipo de fútbol del pueblo cuya puesta de largo fue el día de Corpus ante Parada de los Lecheros (1.970). Días antes el sr Cipria nos acompañó para demarcar el campo, junto a la charca Muñovela, ayudados de unas largas cuerdas y unos sacos de cal. Aprovechamos toda la explanada de hierba que pudimos en perjuicio de las vacas que durante un tiempo compartieron el prado con nosotros. A partir de entonces el campo de fútbol comienza a desplazar al juego de pelota en nuestras aficiones deportivas y a la vez que decaían los buenos pelotaris se formaban algunos grandes futbolistas como años después demostró Paco (hijo del sr Fabi) que militó en las filas de la Unión Deportiva Salamanca.
Barbadillo, años 70. Rober
En la década de los 70 aunque el pueblo seguía perdiendo habitantes con la continua y goteante emigración parece que comienza a recoger los frutos de los acelerados cambios que dinero, turismo y otros motores económicos dinamizaban la bonanza económica.
Los labradores, casi todos ellos con sus aperos mecánicos de nueva adquisición (tractores, arados, vertederas, abonadoras, sembradoras) y la mejor fertilización de los campos veían incrementar sus cosechas con lo que antiguas paneras y tenadas son remozadas. Las casas visten los nuevos adelantos tecnológicos y se abandonan los viejos arcones. Armarios para las alcobas y muebles de formica llegan para cocinas y salones donde aparte de adornos y otros enseres lucen en ellos aparatos de radio y televisión. Los obreros con sueldos mejorados (salario mínimo 120 pts diarias) y la posibilidad de horas extras sacan dignamente sus familias adelante con lo que el pueblo comienza a motorizarse. Coches y motos van desplazando a carros y caballerías haciendo que la aventura de viajar fuese mas llevadera.
Un día aparecen por el ayuntamiento unos señores vestidos con camisa azul-oscuro que llevaban bordados en rojo el yugo y las flechas. Vienen acompañados de una cámara fotográfica y una proposición para los jóvenes: Si nos hacemos de la Guardia de Franco nos hacen un campo de fútbol y nos regalan las camisetas para formar un equipo. Un amplio grupo de jóvenes nos vimos convertidos en pretorianos de última hora a costa de un balón y unas camisetas, pero a mí no me importó porque me sirvió para aprobar Formación del Espíritu Nacional sin mirar el libro, bastaba con que fueras de la Guardia de Franco.
Y así nos vimos convertidos en el primer equipo de fútbol del pueblo cuya puesta de largo fue el día de Corpus ante Parada de los Lecheros (1.970). Días antes el sr Cipria nos acompañó para demarcar el campo, junto a la charca Muñovela, ayudados de unas largas cuerdas y unos sacos de cal. Aprovechamos toda la explanada de hierba que pudimos en perjuicio de las vacas que durante un tiempo compartieron el prado con nosotros. A partir de entonces el campo de fútbol comienza a desplazar al juego de pelota en nuestras aficiones deportivas y a la vez que decaían los buenos pelotaris se formaban algunos grandes futbolistas como años después demostró Paco (hijo del sr Fabi) que militó en las filas de la Unión Deportiva Salamanca.
Barbadillo, años 70. Rober