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El 76 es un año donde en el pueblo ya se va notando que se van produciendo grandes cambios. Existe gran cantidad de estudiantes, los salarios ya no los da el campo, la mayoría de los obreros están empleados en la capital y comienzan a tener coche propio, las televisiones, cocinas de butano, lavadoras están instaladas en la inmensa mayoría de las casas. Los pozos que habían surtido a los vecinos durante siglos dejan de ser indispensables con la llegada de la canalización de aguas y las pozas pierden su atractivo y dejan de ser el punto de reunión de las mujeres. En definitiva, la ciudad comenzaba a estar cada vez más cerca y el producto de nuestra economía ya no salía de nuestros campos ni montes, la facilidad de un mejor jornal en la capital llamó a las puertas de muchas familias y el pueblo sufre un nuevo vaciamiento.
Las elecciones de junio de 1.977, donde por primera vez votamos la mayoría de los que habitábamos entonces el pueblo, parece darnos un margen de tranquilidad ante el triunfo de Adolfo Suárez al frente de UCD, formación política que había aglutinado las fuerzas de centro derecha. A partir de ahí los representantes elegidos nos dieron una Constitución como marco y garantía de nuestros derechos y libertades, consensuada por las principales fuerzas parlamentarias y refrendada el 6 de diciembre de 1.978 por el pueblo español.
Barbadillo, años 70-II. Rober
Las elecciones de junio de 1.977, donde por primera vez votamos la mayoría de los que habitábamos entonces el pueblo, parece darnos un margen de tranquilidad ante el triunfo de Adolfo Suárez al frente de UCD, formación política que había aglutinado las fuerzas de centro derecha. A partir de ahí los representantes elegidos nos dieron una Constitución como marco y garantía de nuestros derechos y libertades, consensuada por las principales fuerzas parlamentarias y refrendada el 6 de diciembre de 1.978 por el pueblo español.
Barbadillo, años 70-II. Rober