"El Tiempo"
Un saludo para todos los que ocasional o de forma habitual entráis en el foro de Barbadillo. Supongo que el motivo que os lleva a ello es porque vuestras raíces, bien de nacimiento o sentimentales, están arraigadas con este lugar rodeado de campos de labor y suaves colinas donde donde la luz hace infinito sus horizontes.
El motivo de este título no es otro que el saludo que me dio Nati cuando fui a darle el pésame por el fallecimiento de su hermana Pepi. Al ver que no me reconocía (cosa poco extraña pues hace la friolera de, aproximadamente, unos 53 ó 55 años que no nos veíamos). Me presenté como Rober, el hijo de Tere y Rodrigo, aquel niño que tanto ella como su hermana habían tenido entre sus brazos cuando apenas iniciaba a balbucear las primeras palabras.
Mirándome a la cara y apoyando su mano en mi brazo me dice: "Es posible que haya pasado tanto tiempo".
Me recordó que tiene una foto en la que precisamente me tiene cogido en brazos cuando todavía no andaba. (Hoy día tengo la friolera de 70 tacos)
Por eso quiero aprovechar para mandarle un saludo a ella y a toda su familia (gallega) de los que fuimos sus vecinos en aquellos tiempos de su mocedad.
Sabrás que de la familia de la Sra. María y el Sr. Esteban (la casa lleva muchos años cerrada), solo queda Ester que marchó a vivir a Golpejas. De la de mis abuelos pasó a mi tío Manolo y hoy día no vive nadie pues mi primo Jesús vive en Alcalá de Henares y Flory falleció hace ocho años. Del estanco aún queda Mª Carmen que ya se va ayudando de una muleta para hacer sus paseos.
Ya ves, de todo aquel bullicio que había en nuestra calle, hace tiempo que cesó el trajín de los carros con sus baluartes llenos de haces y el paso de gentes con sus carretillos o serillos para el trasiego de las cosas cotidianas. Barbadillo perdió el color de sus estaciones, sus barros, su recogida de agua en los canalones, sus regateras, el trasiego de sus animales, etc. Todo un símbolo del pasado sustituido casi por el silencio de sus calles y la edad de sus gentes. Apenas hay niños (cerraron la escuela) y los jóvenes renuncian ha hacer vida en él.
Pues sí, el tiempo, esa medida del movimiento, sigue implacable ante todos los seres que un día abrazaron la vida y en el momento menos inesperado, ante el espejo del ayer nos hace exclamar: "Es posible que haya pasado tanto tiempo".
Poe eso, con esas palabras quiero tener un recuerdo para todos aquellos que un día estuvieron junto a nosotros y nos los ha arrebatado el tiempo.
Un saludo. Rober.
Un saludo para todos los que ocasional o de forma habitual entráis en el foro de Barbadillo. Supongo que el motivo que os lleva a ello es porque vuestras raíces, bien de nacimiento o sentimentales, están arraigadas con este lugar rodeado de campos de labor y suaves colinas donde donde la luz hace infinito sus horizontes.
El motivo de este título no es otro que el saludo que me dio Nati cuando fui a darle el pésame por el fallecimiento de su hermana Pepi. Al ver que no me reconocía (cosa poco extraña pues hace la friolera de, aproximadamente, unos 53 ó 55 años que no nos veíamos). Me presenté como Rober, el hijo de Tere y Rodrigo, aquel niño que tanto ella como su hermana habían tenido entre sus brazos cuando apenas iniciaba a balbucear las primeras palabras.
Mirándome a la cara y apoyando su mano en mi brazo me dice: "Es posible que haya pasado tanto tiempo".
Me recordó que tiene una foto en la que precisamente me tiene cogido en brazos cuando todavía no andaba. (Hoy día tengo la friolera de 70 tacos)
Por eso quiero aprovechar para mandarle un saludo a ella y a toda su familia (gallega) de los que fuimos sus vecinos en aquellos tiempos de su mocedad.
Sabrás que de la familia de la Sra. María y el Sr. Esteban (la casa lleva muchos años cerrada), solo queda Ester que marchó a vivir a Golpejas. De la de mis abuelos pasó a mi tío Manolo y hoy día no vive nadie pues mi primo Jesús vive en Alcalá de Henares y Flory falleció hace ocho años. Del estanco aún queda Mª Carmen que ya se va ayudando de una muleta para hacer sus paseos.
Ya ves, de todo aquel bullicio que había en nuestra calle, hace tiempo que cesó el trajín de los carros con sus baluartes llenos de haces y el paso de gentes con sus carretillos o serillos para el trasiego de las cosas cotidianas. Barbadillo perdió el color de sus estaciones, sus barros, su recogida de agua en los canalones, sus regateras, el trasiego de sus animales, etc. Todo un símbolo del pasado sustituido casi por el silencio de sus calles y la edad de sus gentes. Apenas hay niños (cerraron la escuela) y los jóvenes renuncian ha hacer vida en él.
Pues sí, el tiempo, esa medida del movimiento, sigue implacable ante todos los seres que un día abrazaron la vida y en el momento menos inesperado, ante el espejo del ayer nos hace exclamar: "Es posible que haya pasado tanto tiempo".
Poe eso, con esas palabras quiero tener un recuerdo para todos aquellos que un día estuvieron junto a nosotros y nos los ha arrebatado el tiempo.
Un saludo. Rober.