Al amparo de los poderosos señores de Béjar, los duques, siempre hubo practicantes de la religión de Moisés, pero como en tantos sitios de nuestra geografía, en 1492 fueron expulsados o se diluyeron conformando lo que se llegó a conocer como "cristianos nuevos"; en recuerdo de aquellos tiempos, Béjar tiene un pequeño museo dedicado a los judíos.